El primer ministro israelí en funciones, Benjamín Netanyahu, mide este jueves su liderazgo al frente del derechista Likud. Las primarias desvelarán si mantiene el apoyo de los militantes luego de su acusación por corrupción, y si Guideon Saar se convierte en el primer rival interno capaz de hacerle frente.
Desde las 9:00 am y hasta las 11:00 pm, los 116.048 afiliados del Likud votan en las 106 urnas distribuidas en todo el país. Los resultados se esperan este viernes y pueden ser fundamentales para el futuro del que ha sido primer ministro la última década.
Netanyahu está acusado desde noviembre de cohecho, fraude y abuso de confianza en tres casos de corrupción. No logró formar gobierno luego de los comicios de abril y septiembre. Además, pretende retener el liderazgo del partido, que le garantiza el primer puesto de la lista para la repetición electoral del próximo 2 de marzo.
El actual mandatario se enfrenta por primera vez en 14 años como líder del partido a un rival que representa un desafío real y que, además, ha logrado generar unas divisiones internas hasta ahora inéditas en el Likud.
El rival de Netanyahu
Saar es hijo de una maestra israelí y un médico argentino llegado a Israel en la década de los sesenta. Militó desde joven en organizaciones de derecha.
Hizo una breve carrera como periodista y algunos años como funcionario del Ministerio de Justicia. Tuvo su primer puesto importante en el Likud en 1998, como secretario del Gabinete del primer gobierno de Bibi.
Luego de un corto período en el que se dedicó al Derecho, Saar retornó al Likud, entonces ya liderado por Ariel Sharón. En 2003 se convirtió por primera vez en diputado de la Knéset.
Desde ese momento fue escalando posiciones dentro de la formación. Además de ser número dos en la lista del partido en las elecciones de 2009 y 2013, fue ministro de Educación y luego de Interior.
Durante esos años, radicado en la laica Tel Aviv, implementó algunas políticas sociales liberales. También adoptó la férrea línea derechista que lo caracteriza y que ha enfatizado notablemente en las últimas semanas, al prometer como Netanyahu la anexión del Valle del Jordán y de las colonias judías en la Cisjordania ocupada.
Describió la llamada solución de dos Estados al conflicto con los palestinos como «una ilusión». Propuso construir más asentamientos en la parte este de Jerusalén, ocupada y anexionada por Israel.
Pese a haberse significado como rival de Netanyahu, los analistas prevén una victoria del actual primer ministro, aunque recibir un alto apoyo podría posicionar a Saar como sucesor natural al frente del Likud cuando Bibi abandone el cargo, ya sea de forma voluntaria, por la vía electoral o forzado por su situación legal.
Aunque Bibi se mantenga como cabeza de lista, el Tribunal Supremo deberá decidir el próximo martes si un acusado puede o no recibir el encargo de formar Ejecutivo, algo que podría resultar decisivo para el futuro político de Netanyahu.
Como primer ministro, aunque en funciones y con el Parlamento disuelto, todavía puede solicitar a la Cámara la inmunidad hasta el próximo 1° de enero.
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