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La voz desnuda de Nella Rojas

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7:40 pm. El Otro Polo agradece al público, luego de cantar tres canciones: “Traviesa”, de su primer álbum homónimo, “Claridad” y “Bajo el sol”, de su segundo disco Mar Abierto, que lanzó este año. Las luces de la sala de conciertos del Centro Cultural BOD bajan.Se escuchan las palmas: pa, pam, pa, pam, pa, pam. “Al comienzo del día temprano sale la negra Atilia / Con su canasto tejido donde lleva lo de vender”. Es Nella Rojas.

La última vez que se presentó en Caracas fue en abril de 2018, en esta misma sala. Es su segunda presentación luego de ganar el Grammy Latino como Mejor Nuevo Artista, en la gala que se celebró en noviembre en Las Vegas. Y es también el cierre, de Voy, la gira que la paseó por Europa y Estados Unidos con entradas agotadas. “No son las cinco aún / todavía no hay cielo azul que anuncie la mañana/ rumbo al mercado de Porlamar la negrita va”.

Este merengue tiene letra de Henry Martínez y música de Pablo Camacaro. Nella lo descubrió cuando apenas estudiaba música en el Berklee College of Music en Boston, cuando, dice, “las raíces venezolanos fueron a ella”. Es el tema que la llevó a Javier Limón, su mentor.

Es miércoles. La sala de conciertos no está completamente llena. La función se abrió hace un par de semanas. El regreso de Nella Rojas a Caracas se anunció en septiembre. La presentación forma parte de la oferta cultural de la Embajada de España en Venezuela.

“¿Cómo está Caracas?”, pregunta con emoción. “No hay palo de agua que nos pare. Aparentemente cada vez que canto, llueve (risas)”. Claro. Viene de la presentación en su tierra natal Margarita. Era al aire libre, en el Hotel Unik. En medio de un tema, comenzó a llover. Trasladaron el evento a una sala. Pasaron tres horas. Y las personas se quedaron. La función estaba agotada.

Los acordes de “Una y otra vez”, de su disco Voy, comienzan a sonar. Sobre el escenario están ella y el guitarrista colombiano, Andrés Echeverry.

No solo canta. Va contando anécdotas, contextualiza los temas. “Para los que no saben, me fui de Venezuela hace 8 años y vivo en Nueva York. La siguiente canción describe cómo me siento en la Gran Manzana” y que le da inicio a “Mi ciudad perdida”. De una Margarita, donde todos se conocen, paso a estar en un lugar de miles de personas: “Ciudades sin plaza vieja/ Ni mercadillo, ni fuente/ Siempre una experiencia nueva/ Nunca con la misma gente”.

Silencio. “Ya no estás más a mi lado corazón”. A la primera estrófa, la sala le regala aplausos y vítores. “En el alma solo tengo soledad/ Y si ya no puedo verte/ Por qué Dios me hizo quererte/ Para hacerme sufrir más”. Es un bolero de Carlos Eleta Almarán que data de 1955. “Historia de un amor”, que nuevas generaciones conocen por Luis Miguel.

“Este año ha sido… Yo no sé cómo superar esto. Cada año es mejor que el otro. Lo mejor es que cierro esta gira en Venezuela (aplausos). Miren, cuando yo iba a lanzar el disco, tenía muchas ideas. Pensaba como ‘será que me lanzo de un paracaídas y salgo con el disco’ (risas).  Se presentó en un vuelo Madrid-Portugal y canté ‘Voy’ y otro tema que se trata literalmente de un avión. Pero los venezolanos pensaron que era para ellos. Con el tiempo, pienso que los que estamos afuera, nos sentimos identificados con la letra. Le dedicó a Venezuela y, a todos ustedes: ‘Volando”.

Le siguió “Pero hoy”. Una composición de Javier Limón, al igual que el resto de las 12 canciones que conforman Voy. Sin embargo, este espacio, cercano e íntimo, da pie a variaciones y agregar un par de canciones venezolanas. Le da entrada a Efraín González en el cajón y a Fernando Rodríguez en el cuatro para cantar “Tonada de luna llena”, de Simón Díaz y “Viajero del río”, de Manuel Yánez, en la que entra a scena un invitado sorpresa.

“Y con ustedes, Luis Fernando Borjas”, dice con fuerza. Porque es el artista que “escuchaba desde que era pequeña”, al que le abrió un concierto de Guaco, cuando apenas ella estaba empezando en la música, y, ahora, Borjas confiesa: “Es una de las mejores cantantes que ha parido este país”.

Cantan “Te dirán”, un tema que grabó con Ilan Chester, uno de los artistas preferidos de Nella, que escuchaban siempre en su casa. Él era el “Justin Bieber”, de su hermana, 15 años mayor que ella.

Tour Voy - Nella Rojas

Foto Cortesía Gerardo Román

La víspera continuó con “Volveré a mi tierra”, uno de los temas que más emocionó al público, “Voy”, “Por verte otra vez” y “Los nacidos”, todas de ese disco, que se armó en dos años y se grabó entre Madrid, Nueva York y Boston.

Algunos corean, otros sacan su teléfono y graban a Nella. Ya ha pasado más de una hora. Le da la entrada al siguiente tema. Ese que llevó su voz al Festival de Cannes en 2018. Javier Limón haría la banda sonora de Todos lo saben, de Asghar Farhadi. Una película que protagonizan Penélope Cruz, Javier Bardem y Ricardo Darín.

“Yo soy fiel creyente de la visualización. Yo dibujé en un papel el mapa de España, donde se grabaría la película. Lo miraba todos los días. A mí me decían ‘Nella, un concierto en septiembre’ y yo decía ‘No vale. Yo tengo una película que grabar’ (risas). Y no estaba confirmado. Un día me llamaron a las 7:00 am. Yo me estaba despertando y me piden que cantara la canción. Horas después me confirmaron que volaría a Madrid. Vean la película. Mi hombro está en un segundo (risas)”.

“Volver, se muere por volver / Volver, se muere por volver” es el estribillo final de la canción que el público canta con ella. Son las 8:55 pm.

Las luces se van a negro. Las personas piden una canción más. Y no hubo una, fueron dos: “El fin de la fiesta”, que le dedicó a Soledad Bravo, presente en la sala, y “Me llaman Nella”, coreada de principio a fin por el público.

La margariteña Nella Rojas cantó 17 canciones: una hora y cuarto de concierto.

Esta noche le pondrá fin a su gira 2019. Allí estará, de nuevo, con su voz desnuda y quebrada.

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