El cuidado por el medio ambiente y promover mayores beneficios sociales son dos valores de relevancia en la actualidad. Las empresas también lo han asumido y han ido adaptándolos a su misión: ya no basta con generar buenos ingresos, ahora es importante también contribuir con el mejoramiento de las condiciones ambientales y sociales.
Esto motivó a que se crearan las Empresas B, conocidas en Estados Unidos como Benefit Corporations (B Corps), las cuales utilizan el poder del mercado para dar soluciones a problemas ambientales y sociales.
Este sistema empresarial no solo promueve la transición hacia economías sustentables. B Lab, compañía cofundada en 2006 por Jay Coen Gilbert que creó el concepto de empresa B, las certifica a nivel global. Además, procura crear las condiciones para que prosperen las que tienen vocación sostenible.
“Las empresas B no buscan ser las mejores del mundo, sino las mejores para el mundo”, es la premisa que las rige. ¿La razón? Este tipo de compañías, a diferencia del resto, lleva también en su ADN lo social y medioambiental. Es un cambio de timón hacia una cultura empresarial a favor de la sostenibilidad.
Así que estamos ante un nuevo paradigma en lo que respecta a la responsabilidad social, ya que una empresa B no está determinada por su tamaño o facturación, sino por su compromiso en beneficiar a los consumidores, a los trabajadores, a la comunidad y al medio ambiente.
Y es que este tipo de empresa apunta al triple impacto: económico, ambiental y social. Su objetivo es combinar el negocio, que tiene que ser rentable, con aportes sociales y el cuidado del medioambiente en el que opera.
La empresa de origen brasileño Natura fue pionera en América Latina en certificarse B Corp. Entendió que las culturas indígenas tienen un entendimiento profundo de la interconexión natural con el mundo y de allí que creara sus productos en alianza con comunidades en regiones como el Amazonas.
De manera que la certificación es clave, pues se trata de una revisión detallada de todos los procesos de una empresa y le brinda la oportunidad de evolucionar constantemente en su estrategia y crear nuevas soluciones de negocios sustentables.
El sistema B plantea un compromiso, lo que incentiva el cambio y la innovación. Los rendimientos financieros pasan a ser entendidos como herramienta indispensable para lograr los objetivos. Este modelo de negocios integra los beneficios con el impacto en la sociedad y el medio ambiente.
El atractivo de este modelo ha sido tal que el B Lab se ha extendido de forma rápida por Estados Unidos. Actualmente, cerca de 70.000 empresas en el mundo utilizan la “Herramienta de Evaluación B” con el propósito de medir y gestionar sus impactos en una comunidad, pero no todas logran cumplir los objetivos para certificarse.
Hasta mayo de este año había 2.745 empresas B certificadas en el mundo, de las cuales 401 están en Latinoamérica.
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