En Kouru, Guyana Francesa no es un día ordinario. De hecho, esta provincia ultramarina francesa se prepara desde hace más de tres meses para el cuarto de los lanzamientos espaciales de este año. La invitación es solo para 400 personas que, registradas con anticipación, esperan ansiosas presenciar el lanzamiento del Ariane 5 (VA 250).
Locales, turistas y periodistas integran el grueso del público que deberá, según instrucciones de la invitación, ir debidamente vestidos (sin los shorts y flip flop tan común debido al abrazador calor) e identificados. Y es que si bien el CNES (Centro Nacional de Estudios Espaciales) y el CSG (Centro Espacial Guyanés) son espacios abiertos al público, también son un recinto militar.
La lluvia amenaza con aguar la fiesta, pero por fortuna solo fueron nubes pasajeras. Con el cielo despejado se espera que el avistamiento de este despeje sea memorable. Los fotógrafos que asisten a esta cita sienten que sus oraciones han sido escuchadas.
Satélites de telecomunicaciones
Nos explica el personal del Centro Espacial Guyanés, encargado de organizar este tipo de visitas, en esta ocasión la misión del Ariane 5 VA250 es poner en órbita geoestacionaria. El primero en desplegarse durante la secuencia de vuelo es TIBA-1, una nave espacial de comunicaciones para el gobierno de Egipto, desarrollada por Thales Alenia Space y Airbus Defence and Space como contratistas principales.
El segundo es el GX5, un satélite de telecomunicaciones móviles construido por Thales Alenia Space para Inmarsat, un líder global en comunicaciones satelitales móviles globales. Este último satélite tiene una especial importancia. El GX5 es el quinto satélite de banda Ka en la flota Global Xpress (GX).
Ubicado a 11° Este, GX5 proporcionará más capacidad que toda la flota de GX que ya está en órbita (GX1-GX4) y respaldará el rápido aumento en la demanda de servicios de sus clientes en Europa y Medio Oriente, particularmente para conexiones Wi-Fi en vuelos y servicios marítimos comerciales. Su vida útil se calcula en más de 16 años.
Enviará 72 puntos fijos de la banda Ka, así como cuatro puntos móviles que permiten agregar capacidad de acuerdo con las necesidades de tráfico. GX5 promete ser el primer paso en un avance sin precedentes en la capacidad global de la red GX, que continuará con las siete cargas útiles avanzadas que se desplegarán en órbita en los próximos cuatro años.
Tan cerca y tan lejos
Una vez en el lugar de avistamiento y apostados para ver lo mejor posible el espectáculo, la emoción es apremiante. Los click no paran. Cerca hay una entrada enrejada con soldados armados que hablan de lo privilegiado del lugar en el que estamos. No obstante, Ariane 5 se ve como una hormiguita a lo lejos. Pero la maqueta a tamaño casi real del museo del Centro Aeroespacial nos consuela, al igual que el zoom del fotógrafo que nos acompaña.
El calor empieza a hacer de las suyas. Miramos el reloj con insistencia como si eso fuera adelantar el tiempo. El efecto «espera», suponemos. A lo lejos unas sirenas se dejan oír. Nadie dice nada al respecto. Los militares cercanos se apostan en el techo de la estructura cercana a la torre de comunicaciones. La tranquilidad se rompe. Una voz anuncia en francés por los altavoces que todo está a punto.
Todos esperamos la cuenta regresiva, porque será así, ¿no? Como en las películas. No tenemos respuesta. Hay que esperar. Mientras vemos sobre par un helicóptero militar que pasa muy cerca. Algo pasó. De nuevo una voz en el altavoz confirma las sospechas, el lanzamiento queda suspendido.
La luz roja
Desacostumbrados a este tipo de eventos, empezamos a buscar los porqués. La explicación fue que el día viernes, mientras se iniciaba la cuenta regresiva una luz roja alertó al Centro Nacional de Estudios Espaciales sobre un problema en el suelo, y el “conjunto de lanzamiento”, anomalía que afecta directamente la potencia del aparato.
Tres retos que enfrentan las nuevas plataformas de streaming
Mientras investigábamos los detalles de la nueva fecha del lanzamiento, descubrimos un detalle interesante sobre este y sobre la misión francesa de satélites, y es que, a diferencia de la puesta en órbita realizadas desde Cabo Cañaveral, Florida por SpaceX, el tocado y la primera cápsula de este cohete (ellos prefieren llamarlos lanzadores) no son recuperables. Estos caen en al océano luego de realizar su misión. No obstante, Arianespace está trabajando en la construcción de conceptos reutilizables al estilo de Callisto y Themis.
El lanzamiento podrá ser visto en otros países vía YouTube tanto por el canal del CNES como por el site de Arianespace. Es interesante que este tipo de eventos se den tan cerca de nuestro país sin que tengamos mucha cuenta de ello.
Preparados para ir a Júpiter
Entre las tantas informaciones que pudimos ayer sobre el trabajo de Arianespace y ESA (Agencia Espacial Europea) en Guyana Francesa fue que ambas instituciones se preparan para el lanzamiento en 2022 de Juice: la primera misión del programa Cosmic Vision 2015–2025.
Este será un lanzamiento sin precedentes. El Jupiter Icy Moons Explorer, Juice, viajará al espacio en un vehículo de lanzamiento Ariane, con la misión a completar un recorrido único por el sistema de lunas de Júpiter. Según la información aportada por el ESA, este explorador transportará la carga científica más poderosa que jamás haya volado al Sistema Solar exterior. Juice llevará consigo 10 instrumentos de última generación, más un experimento científico que utiliza el sistema de telecomunicaciones de la nave espacial con radiotelescopios terrestres.
Juice pasará al menos tres años observando detalles del gigante de nuestro sistema solar y así como estudios en profundidad de tres de sus lunas más grandes y satélites potencialmente portadores de océanos: Ganímedes, Europa y Calisto. El período de lanzamiento de Juice comenzará a mediados de 2022 a bordo de un vehículo de lanzamiento Ariane (aun no se sabe cuál versión si Ariane 5 o 64).
Por Perla Crespo-Izaguirre. Corresponsal
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