Reducción de la pobreza, de la desildualdad, de la inflanción, crecimiento del PIB y de reservas fueron algunos de los éxitos ecónomicos de Evo Morales. Todo lo opuesto con su aliado número uno: el régimen chavista. Sin embargo, su similitud política con el modelo que implantó Hugo Chávez en Venezuela le costó su renuncia a la Presidencia de Bolivia.
La economía de Bolivia sufrió una especie de parálisis al menos por 21 días. Una interrupción originada luego del cuestionado resultado en las elecciones generales del 20 de octubre. Así lo afirmó Miguel Velarde, economista y asesor político boliviano, en una entrevista a El Nacional.
Velarde indicó que Evo Morales se proclamó ganador de esos comicios, junto con la complicidad del Tribunal Supremo Electoral. Esa maniobra desató una ola de protestas ciudadanas que desencadenaron en un paro nacional indefinido que persistió hasta el martes en la noche. A partir de ese momento, Bolivia empezó a retomar nuevamente sus actividades.
Paro general
El paro tenía como objetivo principal presionar para la celebración de nuevas elecciones generales, pero después la exigencia cambió de dirección: exigir la renuncia del ex mandatario.
El experto señaló que los nueve departamentos bolivianos acataron ese llamado, lo que originó la paralización del comercio, la industria y la producción boliviana. Además, los reiterados enfrentamientos entre adeptos y adversarios de Morales causaron la interrupción de rutas y caminos que profundizaron el caos económico.
Aseguró que todo eso ha tenido un gran impacto en la economía. Aunque, aclaró que todavía es muy pronto para hablar de números exactos. Se conocerá cuando la presidente interina, Jeanine Áñez, que asumió el martes, comience a tomar el control de las instituciones.
No obstante, resaltó que aunque Bolivia vive una crisis política y no económica, antes de que renunciara Morales había malestar entre la ciudadanía, un síntoma que nació al anunciar que no pagarían doble aguinaldos este año, debido a que los números no daban.
Economía durante Evo Morales
El economista afirmó que en el ámbito político los gobiernos más parecidos al régimen chavista en Latinoamérica son el de Nicaragua y la Bolivia de Evo Morales.
“Sin embargo, en el ámbito económico resultó mucho más cauto e inteligente Morales en 14 años de gobierno, porque no ha arrasado con la economía al extremo que se ha hecho en Venezuela”, expresó.
Velarde añadió que Morales manejó con mucha cautela el proceso económico que se venía recuperando en ese país antes de su primer mandato. Aunque llegó a nacionalizar algunas empresas en Bolivia, además, quiso tener más control y coartar ciertas libertades financieras.
“Evo Morales afianzó la economía y eso se ve en los números, a pesar de haber tenido siempre ese interés de tener el mayor control tanto político, ciudadano y económico. Tuvo mucha más cautela en cuidar la moneda, en permitir al sector productivo y privado seguir trabajando: no arrasar y destruir la economía como se ha hecho en Venezuela”, precisó.
Pero destacó que esto no significa que Morales hiciera todo lo necesario en materia económica y política. Algo que se venía reflejando en los últimos meses al mostrar síntomas de algunos malos manejos estatales, incluso grandes denuncias de corrupción, debido a la injerencia del entonces gobierno del ex mandatario en cada uno de los ámbitos económicos bolivianos.
“A pesar de todo eso, lo que ha ocurrido en Bolivia no tiene origen económico o social, sino más bien un problema democrático al haberse intentado un fraude electoral que el gobierno no estaba dispuesto a aceptar”, consideró.
Diferencias con su aliado venezolano
Miguel Velarde dedujo que el gobierno de Morales fue cauto porque comprendió que si querían destruir la economía, su salida sería mucho más rápida a la que tuvo.
“A diferencia del régimen chavista, que lo que quiso fue destruir el sector privado para tener el control absoluto de todo y así eternizarse en el poder, el gobierno de Morales apostó más bien a buscar mayor control, pero no el absoluto. Así lo hizo exitosamente por 14 años de una economía saludable para que eso también se convirtiera en un pilar y soporte de su gestión, con el mismo objetivo del régimen chavista: eternizarse en el poder”, detalló.
Puntualizó que Morales no calculó que una economía estable no resultaría suficiente para seguir gobernando, sino le garantizaba a los bolivianos una democracia saludable también.
“En el momento en el que ellos intentan el fraude en las elecciones del 20 de octubre, más allá de la economía jugó un rol más importante la variable democrática boliviana y eso terminó en su salida”, enfatizó.
Quiebre constitucional
El domingo Bolivia amanecía con el informe de la OEA que denunciaba serias irregularidades en las elecciones del 20 de octubre, que horas más tarde llevó a la renuncia de Morales.
El asesor político añadió que ese fraude comicial solo fue el detonante, pues ya el quiebre constitucional se había originado tres años antes.
El 21 de febrero de 2016 se realizó un referéndum, convocado por el propio Morales, para conocer si la ciudadanía estaba de acuerdo con modificar el artículo 168 de la Constitución y así permitir la repostulación del ex gobernante y el ex vicepresidente. En la consulta se impuso el NO con 52% de los votos frente al SÍ, 48%.
De esa manera, el ex presidente y el ex vicepresidente, Álvaro García, quedaron inhabilitados para postularse como candidatos en las elecciones de 2019.
Control sobre los Poderes del Estado
Sin embargo, el 28 de noviembre de 2017, el Tribunal Constitucional Plurinacional falló a favor de una repostulación indefinida, basándose en el artículo 256 de la Constitución y en la interpretación de las normas sobre Derechos Políticos de la Convención Americana de Derechos Humanos.
“A pesar de que pierde las elecciones, el TCP lo habilita para ser candidato. Violando así lo más sagrado que tiene un ciudadano: su decisión a través del voto. Ahí comenzó una pérdida importante de popularidad y apoyo ciudadano al ex presidente Morales. Hubo una crisis institucional en la que se hizo evidente que Morales no respetó la independencia de poderes: tenía a cuatro a su servicio en el país”, específico Velarde.
Prosiguió que ante ese deterioro institucional, la crítica y el repudio a la forma de gobernar de Morales tuvo su desenlace en el proceso electoral del 20 de octubre.
“Él se presenta inconstitucionalmente y, de paso, intenta cometer fraude en el voto ese día. Es decir, el origen de toda esta crisis es democrático, es constitucional y comienza el 21 de febrero de 2016”, indicó.
Presidencia Interina
Ante ausencia o impedimento definitivo del presidente de Bolivia, la línea de sucesión recae en el vicepresidente, luego en el o la titular de la Cámara de Diputados. Así lo establece el artículo la Constitución Política del Estado en su artículo 170, apartado I, sección II.
Pero en ese país ocurrió un caso especial: toda la línea de sucesión renunció a sus respectivos cargos luego de la dimisión de Morales. Este escenario dejó un vacíó de poder en Bolivia hasta el martes. Ese día, Áñez apeló a su segunda Vicepresidencia en la Asamblea Legislativa Plurinacional para asumir como presidente interina.
No obstante, los seguidores de Morales aseguraron que la juramentación de la ex senadora era un golpe de Estado, porque no había el quórum necesario para su nombramiento.
“En efecto, no se ha dado el quórum. Pero no nos olvidemos que la Asamblea Plurinacional todavía tiene representantes en dos tercios del partido de Evo (MAS-IPSP). Entonces hubo un intento de sabotaje”, explicó Velarde.
El experto destacó que a Áñez le correspondía juramentarse de inmediato ante el vacío de poder, siguiendo el hilo democrático como lo fija la Constitución.
“Por eso es un sinsentido hablar de un posible golpe de Estado en el país, porque no se ha dado algo así”, opinó.
“Días complejos”
Miguel Velarde vaticinó que a Bolivia todavía le esperan días complejos por delante, pero que hasta el momento se está siguiendo la ruta y sucesión constitucional.
“En Bolivia sí se ha dado en efecto lo que tanto se habla en Venezuela: cese de la usurpación, que se da por el fraude el 20 de octubre y renuncia de Evo Morales; un gobierno de transición, que comenzó el martes con la juramentación de la presidente Áñez respetando el hilo y la ruta constitucional; también en Bolivia tiene que darse el tercer paso, que son elecciones libres y transparentes. Ese es el principal y más importante objetivo de ese gobierno de transición”, reveló.
El asesor político recordó que el artículo 170 de la Constitución también señala que la presidente interina tiene un plazo de 90 días para llamar a nuevas elecciones. Un proceso que servirá para elegir un gobierno para los próximos 5 años, que garantice estabilidad, prosperidad y paz en ese país.
Relaciones con Venezuela
Velarde observó que después de la renuncia de Morales, el régimen de Maduro perdió un aliado fundamental y el más cercano en los últimos 14 años en Bolivia.
Pronosticó que tanto con la Presidencia Interina, como con el futuro gobierno que se elija en los próximos 90 días, Bolivia tendrá una posición democrática.
“Mucho más en pro de la libertad de ese país y de la región. Con eso, otros países como Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, y esperamos que como Uruguay en las próximas semanas con la victoria de Lacalle en la segunda vuelta, van a integrar un nuevo bloque de lucha, y que va a enfrentar a las pocas naciones que quedan que responden al Foro de Sao Paulo y que han arrasado con la democracia y la libertad en esos lugares”, concluyó Miguel Velarde.
@Esgabysaavedra
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