El Grupo de Lima se reunió este viernes en Brasilia en búsqueda de fórmulas para desbloquear la crisis en Venezuela y lograr elecciones libres, e insistió en que Cuba ayude a una solución y abandone al régimen de Nicolás Maduro.
La declaración adoptada en la capital brasileña exhortó a los gobiernos que apoyan al régimen de Venezuela a favorecer la transición democrática. «En especial, hace un llamado a Cuba a ser parte de la solución a la crisis».
Ese punto, el décimo de los 23 en el documento, pareció reflejar de alguna manera la posición que planteó el canciller de Perú, Gustavo Meza-Cuadra, quien en la inauguración de la reunión hizo una reflexión crítica sobre la actuación de esa plataforma, creada en 2017 e integrada por 13 países americanos.
Un amago de autocrítica
«Nuestras acciones han producido algunas cosas importantes, pero no el retorno pacífico de la democracia en Venezuela,» reconoció el ministro peruano.
Alertó que todo indica que la situación puede arrastrarse durante varios meses sin que se produzca un desenlace.
En opinión de Meza-Cuadra, el Grupo de Lima debe revisar sus estrategias y abrir vías de diálogo hasta con países que apoyan al régimen, pero entienden que existe un problema que afecta a la población.
Aun así, instó a mantener la presión sobre Maduro y reforzar el apoyo al presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó.
No obstante, Meza-Cuadra dijo también que el Grupo de Lima debe buscar una posición más activa en la promoción de una solución y evitar caer en lo que calificó de reiteración de posiciones.
A la reunión, presidida por el canciller brasileño, Ernesto Araújo, asistieron también los ministros cancilleres de Argentina, Jorge Faurie; Colombia, Carlos Holmes Trujillo; Chile, Teodoro Ribera; Guatemala, Sandra Jovel, y Honduras, Lisandro Rosales.
En representación de Guaidó, participó el comisionado para las Relaciones Exteriores de Venezuela, Julio Borges. En tanto que David Smolansky asistió en su condición de coordinador de la OEA para los Migrantes y Refugiados Venezolanos.
En varios niveles también estuvieron representados los gobiernos de Canadá, Costa Rica, Guyana, Panamá y Paraguay, los otros miembros del Grupo de Lima.
Cuatro dictaduras en América Latina
Julio Borges, en una rueda de prensa posterior a la cita, consideró que la alusión a Cuba en la declaración, aunque tenga un tono conciliador, no fue una invitación a negociar, sino una exigencia de que salga de Venezuela.
«Lo que se le pide a Cuba es que deje de ser el problema y que olvide sus planes de conquista de Venezuela», dijo.
El delegado de Guaidó también reiteró su opinión de que Cuba y Venezuela financiaron a grupos violentos que participaron en las protestas durante las últimas semanas en Chile y Ecuador, y que hacen lo mismo en Guatemala, Honduras, Panamá y Colombia.
Alertó que en América Latina existen cuatro dictaduras: Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia.
Argentina no asusta
Borges restó importancia a la posibilidad de que el gobierno que encabezará el peronista Alberto Fernández en Argentina a partir del 10 de diciembre abandone el Grupo de Lima, como ha sugerido el propio mandatario electo.
«No hacemos de esto un problema ideológico. Lo que esperamos es que Alberto Fernández esté del lado de los derechos humanos y del pueblo venezolano», declaró.
El representante de Guaidó considera que ha habido por parte del presidente electo de Argentina unas declaraciones muy positivas, pues ha reconocido la gravedad de la crisis venezolana y también la necesidad de que se convoquen unas elecciones libres y democráticas.
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