La muerte de un estudiante de Hong Kong, que cayó de un edificio el pasado domingo, provocó este vienes una nueva ola de protestas del movimiento prodemocracia.
Su muerte podría aumentar las tensiones en la ex colonia británica. Hong Kong ha estado inmerso desde hace cinco meses en una ola de protestas, con frecuencia violentas, para denunciar la injerencia de Pekín y exigir reformas democráticas.
El fallecimiento de Alex Chow, un estudiante de informática de 22 años de edad, se constató oficialmente este viernes, indicó el hospital Queen Elizabeth.
El pasado lunes, Chow fue llevado inconsciente al hospital tras una noche de enfrentamientos entre la policía y los manifestantes en el barrio de Tseung Kwan O, en el este de Hong Kong.
Fue hallado inconsciente en medio de un charco de sangre en el interior de un párking cercano a un lugar donde la policía lanzó gases lacrimógenos como respuesta a los manifestantes que lanzaban objetos.
Sin embargo, las circunstancias de la caída del estudiante no están claras y son objeto de controversia.
Vigilias en honor del estudiante
Alex Chow estudiaba en la universidad de Ciencias y Tecnología de Hong Kong, donde este viernes se celebraba una ceremonia de entrega de diplomas.
El director de la universidad, Wei Shyy, interrumpió el acto para anunciar la muerte del joven y pidió observar un minuto de silencio.
Horas más tarde, varios foros de Internet que coordinan el movimiento de protesta, invitaron a la población a participar este viernes en vigilias en honor del estudiante.
Según los manifestantes, el joven se cayó tras haberse subido al parapeto de uno de los niveles del párking para escapar a los gases lacrimógenos que lanzaba la policía.
Los responsables policiales admiten haber usado gases lacrimógenos cerca del estacionamiento. Pero, dicen que cuando encontraron a Chow había poco gas en la atmósfera.
También niegan haber dificultado la intervención de los servicios de socorro o haber bloqueado la ambulancia que condujo al estudiante al hospital.
La violencia se intensifica
Desde hace una semana, los actos violentos se han multiplicado en Hong Kong.
El sábado pasado, la policía y los manifestantes libraron una batalla campal durante varias horas tras una manifestación no autorizada.
Un día después, una violenta pelea dejó cinco heridos, entre ellos un activista prodemocracia al que le seccionaron parte de una oreja.
El miércoles, un político hongkonés favorable al gobierno de Pekín resultó herido en un ataque con cuchillo.
Por su parte, Xu Luying, el portavoz de las Oficina de asuntos de Hong Kong y Macao, calificó a los manifestantes radicales de gángsteres. Así lo afirma la agencia de prensa oficial Xinhua.
El portavoz acusó a los manifestantes de recurrir a la violencia para influir en el voto de las próximas elecciones locales, previstas del 24 de noviembre.
La división en Hong Kong no parece tener solución política y en las últimas semanas se ha intensificado la violencia.
Hong Kong, un territorio autónomo del sur de China, se rige según el principio de Un país, dos sistemas. Hasta 2047 disfruta en teoría de libertades desconocidas para el resto de China, a cuya soberanía se reintegró en 1997.
Sin embargo, el movimiento prodemocracia acusa a Pekín de no respetar estas promesas y aumentar su influencia política en la ex colonia, en particular desde la llegada al poder del presidente Xi Jinping.
Los manifestantes piden, entre otras exigencias, la instauración de un verdadero sufragio universal y una investigación sobre la acción de la policía.
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