En la mañana de este miércoles, el presidente de Bolivia, Evo Morales, ofreció una conferencia de prensa en medio de la incertidumbre y las protestas tras las elecciones del domingo y denunció que la “derecha”, con apoyo internacional, está orquestando un golpe en su contra. Y ante esta situación, decidió decretar el estado de emergencia.
Tras insistir, una vez más, como lo hizo hace tres días, en que el triunfo es de su partido y que por cuarta vez consecutiva los bolivianos lo eligieron para gobernar, Morales dijo: “Ganamos con más de medio millón de votos. Es un gran triunfo”.
Su declaración ocurre cuando los resultados finales aún no se conocen, debido a los inconvenientes del Tribunal Supremo Electoral, que el lunes suspendió el recuento y luego lo ralentizó.
“Hemos garantizado el crecimiento económico, la paz social, la justicia social, la igualdad. Quiero denunciar al mundo que está en proceso un golpe de Estado. La derecha lo preparó con apoyo internacional”, indicó el mandatario de Bolivia.
Aseguró que por ahora, desde el gobierno, aguantaron y soportaron con paciencia porque no quieren entrar en la confrontación. Sobre el golpe, dijo que este se expresó “no dejando realizar el conteo, quemando instituciones”. Así intentó defenderse de las denuncias de fraude lanzadas desde la oposición, que aseguran que el oficialismo manipula las cifras para evitar que el candidato Carlos Mesa obligue a una segunda vuelta.
“Están atentando contra candidatos electos y senadores y diputados. No estamos en los tiempos de la colonia. Llamo a mis compañeros a organizarse, a prepararse para defender la democracia”, agregó.
El presidente además aprovechó su discurso para aseverar que tras 20 años de dictaduras militares y democracias pactadas “desconocen las elecciones” e insistió: “Estoy seguro de que con el voto de las áreas rurales vamos a ganar en la primera vuelta. Aunque el conteo dijo que ya ganamos”.
Morales también se refirió al contenido que se comparte en las redes sociales, en el que se denuncia el fraude, y pidió al pueblo que no se deje confundir por estas tergiversaciones. Responsabilizó a la “derecha” por las mismas al advertir: “No sean responsables de enfrentamientos entre bolivianos. No lleven odio y desprecio a los sectores populares. Todos somos una gran familia”.
Por último, afirmó: “Desconocer el voto indígena es volver al racismo”.
El discurso del mandatario tuvo lugar al comienzo del paro general e indefinido convocado al menos por ocho regiones, que aseguran que el Morales no quiere reconocer el resultado de los comicios y que por eso detuvo el trabajo del tribunal.
Esta mañana, los resultados parciales, con más de 96% de los votos analizados, dan a Morales 46,49% del apoyo y a Mesa 37,01%. Con estas cifras, el presidente no alcanza ni 50% de lo necesario ni la diferencia de 10%, por lo que debería estar obligado a ir al ballottage.
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