Los reyes eméritos don Juan Carlos y doña Sofía llegaron este mediodía en coche a Sa Fortalesa de Pollença para asistir a la boda del tenista Rafael Nadal con Mery Perelló.
A su llegada, don Juan Carlos saludó desde el vehículo con la mano a los periodistas congregados a las puertas de esta finca a la que solo se puede acceder con permiso, y elegida por la pareja de contrayentes para preservar su intimidad.
Una veintena de periodistas y una docena de curiosos esperan a las puertas de Sa Fortalesa.
Uno de los primeros en llegar fue el sacerdote que oficiará la ceremonia y amigo de la familia del deportista, el fundador de Proyecto Hombre, Tomeu Catalá.
También llegó el entrenador de Nadal, el tenista mallorquín Carlos Moyá, con su mujer, Carolina Cerezuela.
Por el acceso situado junto a la base militar de Pollensa, a lo largo de la mañana han ido entrando varios turismos, minubuses y autobuses con invitados a la boda prevista para el mediodía. Junto a esa entrada esperan también cuatro jóvenes tunos de Cáceres, seguidores de Nadal, así como algunos curiosos y ciclistas que se han detenido al ver a la prensa.
Desde la Academia de Rafa Nadal, en Manacor, salieron dos autobuses con familiares. Iban, entre otras personas, los tíos de Nadal, Toni (su ex entrenador), Miquel Ángel (ex futbolista del Barsa y la selección) y Rafa, que acudieron por la mañana a ese punto de encuentro para ir juntos hacia Pollença.
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Se desconoce el número preciso de invitados a la boda, dado que la discreta pareja evitó dar ningún detalle.
Este viernes fueron llegando al Puerto de Pollença varios amigos de la pareja como los tenistas Marc López, Feliciano López, David Ferrer y el argentino Juan Mónaco, el entrenador Francis Roig, el médico Ángel Ruiz-Cotorro y los empresarios Manuel Piñera y Richard Mille.
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