Turquía aceptó suspender ofensiva en el norte de Siria por cinco días para que se retiren las fuerzas kurdas. Después de ello, el alto el fuego será permanente, anunció este jueves el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, luego de entrevistarse con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Ese país accedió a suspender la ofensiva “totalmente cuando esa retirada haya acabado” durante el período de suspensión. Así lo declaró Pence a la prensa después de más de cuatro horas de entrevista con el presidente turco.
Por su parte, las fuerzas kurdas en Siria están dispuestas a respetar la iniciativa de cese al fuego, anunció el comandante de una alianza de combatientes kurdos y árabes que resiste la ofensiva lanzada por Turquía.
“Estamos dispuestos a respetar el cese el fuego”, fue la posición del jefe de las Fuerzas Democráticas Sirias, Mazloum Abdi, en una intervención telefónica en la cadena de televisión kurda Ronahi.
«Un gran día»
El presidente estadounidense, Donald Trump, saludó el jueves el anuncio y dijo que se trata de “un gran día” para Estados Unidos, Turquía y los kurdos.
“Tenemos un alto el fuego de cinco días”, declaró Trump desde Forth Worth, en Texas. “Los kurdos están increíblemente contentos con esta solución”, agregó el mandatario. Al mismo tiempo, manifestó su satisfacción por que las negociaciones hayan dado resultados “tan rápido”.
“Suspendemos la operación, no la terminamos”, precisó el ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu. “Terminaremos la operación solamente después de que (los combatientes kurdos) se retiren totalmente de la región”, añadió.
Bautizada “Manantial de paz”, la ofensiva turca contra las fuerzas kurdas de las Unidades de Protección Popular, YPG, en el noroeste de Siria, lanzada el 9 de octubre, provocó indignación internacional.
El ejército turco intentaba este jueves arrebatar a las fuerzas kurdas una segunda ciudad fronteriza.
La ofensiva ya ha dejado casi 500 muertos, un centenar de ellos civiles. Además, ha obligado a desplazarse a 300.000 personas, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
La misión de Pence se anunciaba complicada, teniendo en cuenta la férrea posición del presidente turco, quien descartó “sentarse a la mesa con terroristas”, y las declaraciones confusas de Trump sobre el tema.
Trump pareció dar su luz verde a esta ofensiva, antes de recibir una avalancha de críticas internacionales y de su propio partido, que hicieron que pidiera a Turquía poner fin a la operación.
Los occidentales apoyan a las YPG por su papel en la lucha contra los yihadistas del Estado Islámico, pero Ankara los considera terroristas.
“No seas tonto”
Un carta de Trump a Erdogan en la que intenta disuadirlo de lanzar la ofensiva, y que se filtró el miércoles, suscitó estupor en Washington. “No seas un tipo duro. No seas tonto”, escribía el mandatario estadounidense.
Fuentes diplomáticas indicaron a la CNN en Turquía que el presidente turco rechazó la propuesta y botó la carta. La AFP trató de obtener confirmación de ello ante funcionarios turcos.
El objetivo de la ofensiva turca era la creación de una zona de seguridad de 32 km de profundidad a lo largo de su frontera, que permitiría separarla de las zonas bajo control de las YPG y repatriar una parte de los 3,6 millones de refugiados sirios instalados en Turquía.
Esta operación ha hecho del norte de Siria el nuevo epicentro del complejo conflicto que lleva devastando el país desde 2011.
El régimen de Damasco, a pedido de las autoridades kurdas, desplegó tropas en zonas que no tenía bajo control desde hacía años. Y en el plano internacional, Rusia empezó a ocupar el vacío dejado por Estados Unidos.
Para los países europeos, esta operación contra los kurdos, que gestionan las cárceles donde están detenidos los yihadistas del EI, hace temer la evasión de estos combatientes ultrarradicales y el resurgimiento del grupo.
En ese sentido, el EI anunció el jueves que una unidad de soldados del califato había atacado la víspera un cuartel general de las fuerzas kurdas cerca de Raqa “liberando a mujeres musulmanas secuestradas” por combatientes kurdos.
Batalla del Ras Al Aín
En el terreno, los combates hicieron estragos, especialmente en Ras Al Aín, en la frontera turca, donde los kurdos oponían una fuerte resistencia a las fuerzas de Ankara.
El ejército turco, junto con milicias rebeldes sirias que les apoyan, avanzaron el jueves en esta ciudad, de la que controlan casi la mitad.
Las fuerzas pro-Ankara ya habían arrebatado otra ciudad fronteriza, Tal Abyad, a las milicias kurdas el 13 de octubre.
Un corresponsal de la AFP en la zona turca del frente de Ras Al Aín indicó que había oído ataques aéreos, disparos de artillería y de armas automáticas.
Las autoridades kurdas acusaron el jueves a Turquía de recurrir a armas no convencionales, como el fósforo blanco y el napalm. Ankara desmintió estas acusaciones.
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