La capital ecuatoriana empieza a desabastecerse de víveres y productos básicos debido a los bloqueos que se están produciendo en las principales carreteras que conducen a Quito, y a raíz de la situación de toque de queda que vive la ciudad desde el sábado.
Supermercados y grandes superficies estaban este domingo cerradas por la imposibilidad de trasladar a los trabajadores en medio del toque de queda, que las autoridades levantaron a las 11:30 locales (16:30 GMT) de forma temporal para dar un alivio a la población.
Según un comunicado del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, esa condición volverá a instaurarse a las 20:00 locales (01:00 GMT).
Mientras tanto, toda la actividad comercial está paralizada y solo pequeñas tiendas de víveres han abierto sus puertas, aunque muchas de ellas atienden a través de la reja por seguridad.
«Dígame lo que quiere señor. Se lo traigo», decía una vendedor esta mañana a un cliente que trataba de entrar en su comercio, y se excusaba por no abrirle la puerta por miedo a la irrupción de piqueteros.
En cualquier caso, las protestas de los últimos diez días y particularmente en las últimas 48 horas, empiezan a dejar vacíos los estantes, dada la imposibilidad de reabastecerse.
«No hay abastecimiento desde hace varios días. Cerraron los caminos», aseguraba la mujer al ser preguntada.
Efe ha constatado que en al menos estos pequeños comercios escasean ya los productos de primera necesidad como pan, leche, agua y huevos, y la gente se lleva lo que esté al alcance de la mano para paliar cualquier continuación de la situación de excepción.
Están cerrados los 21 mercados de la ciudad, y no se espera que vayan a abrir si continúa la situación de emergencia declarada por el presidente Lenín Moreno este sábado.
Con los grandes supermercados cerrados, también empezaba a escasear el agua mineral, mucho más solicitada desde que la de grifo empezara a salir marrón en varios barrios de la ciudad por un descenso del nivel en los depósitos municipales.
Por el momento, las autoridades no han comunicado cuando resolverán el problema del suministro, pero los principales accesos en Quito estaban este sábado cortados e impedían el acceso de cualquier vehículo.
Quito amaneció devastada por la huella de las protestas
Hace unos días, ante una situación parecida en la ciudad de Cuenca (sur), el Ejército dispuso el envío de un avión Hércules C130 con víveres para abastecerla, pero en Quito no se ha sabido por el momento de una operación parecida.
Quito, por ser la capital y donde se concentran cerca de 3 millones de personas, sus carreteras habían permanecido más o menos abiertas, si bien este fin de semana, pese al toque de queda, los barrios del sur de la capital eran dominio de los piqueteros, que circulaban libremente en sus camionetas dejando a militantes en los cruces para levantar barricadas e impedir el tráfico.
Así lo constató Efe en la entrada este del barrio de Dos Puentes, y en la avenida Occidental, que cruza la ciudad de norte a sur.
Ambas estaban cortadas por jóvenes enmascarados armados con palos de madera y que incendiaron neumáticos para impedir el paso de vehículos, mientras amenazaban a cualquiera que se acercaba.
Debido a la longitud de la capital (más de 40 kilómetros) y los numerosos focos para proteger, las fuerzas de la Policía y del Ejército, desplegadas en la capital desde el sábado, nunca son suficientes para reabrir vías.
Debido a las restricciones por tierra, Quito también estaba desconectada por vía aérea.
Su aeropuerto internacional, situado unos 25 kilómetros de distancia, aunque abierto por orden gubernamental, estaba casi paralizado por la cancelación sucesiva de vuelos.
«Por disposición de la Dirección General de Aviación Civil, las operaciones en el Aeropuerto Mariscal Sucre se mantienen abiertas para garantizar la conectividad aérea de la ciudad», dice el último comunicado de la dirección del aeropuerto, pero aclara: «La mayoría de los vuelos previstos para hoy ya han sido cancelados ante la imposibilidad de acceder desde y hacia la ciudad de Quito».
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