Turquía intensificó este viernes su ofensiva contra las milicias kurdas en el norte de Siria, con el objetivo de controlar la región. Sin embargo, esa operación empezó a provocar un importante éxodo de civiles.
La acción militar, lanzada el miércoles, en la que participan fuerzas áreas y terrestres, suscitó las críticas internacionales. Varios países, especialmente europeos, están preocupados por el destino de los civiles y por la posible fuga de numerosos yihadistas detenidos por las fuerzas kurdas.
Este viernes, violentos combates tenían lugar entre las Fuerzas Democráticas Sirias y las tropas turcas y sus apoyos sirios en el noreste de ese país, según una ONG. Las FDS es una coalición de combatientes árabes y kurdos.
Las FDS luchan para contener el avance en el terreno de las fuerzas turcas, que el jueves conquistaron 11 pueblos, dos de los cuales resultaron recuperados desde entonces por los kurdos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Los combates se concentran en una franja de 120 kilómetros, a lo largo de la frontera entre Siria y Turquía. “Hay intensos combates… en varios frentes, principalmente de Tal Abyad a Ras al Aín”, ciudades limítrofes, indicó el OSDH, explicando que las FDS utilizan túneles y trincheras para defenderse.
Las ciudades de Tal Abyad y Ras al Aín son las más afectadas por la violencia, confirmó un centro de prensa afiliado a las autoridades kurdas locales.
De acuerdo con un balance del OSDH, 41 combatientes de las FDS fueron abatidos, en tanto Turquía ha reportado la muerte de un soldado.
Además, al menos 17 civiles murieron en los ataques aéreos y los disparos de artillería turcos desde el inicio de la ofensiva. Siete de los civiles fallecidos perdieron la vida en ataques ocurridos este viernes.
Éxodo masivo
Ankara también anunció este 11 de octubre la muerte de uno de sus soldados, el primero desde el inicio de la ofensiva. Seis civiles, incluidos un bebé y una niña, también fallecieron por proyectiles kurdos lanzados sobre ciudades colindantes en Turquía.
Desde hace tres días ha habido un éxodo importante de habitantes de Ras al Aín, Tal Abyad y otras ciudades fronterizas sirias. La ONU afirma que 70.000 personas huyeron de los combates y se dirigieron más al este, hacia Hasaké, una ciudad libre de la violencia.
En respuesta a las críticas europeas, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan amenazó el jueves con enviar a Europa a millones de migrantes recibidos por Turquía, que huyeron de la guerra en Siria.
“Nunca aceptaremos que los refugiados sean utilizados como un arma arrojadiza ni tampoco para hacernos chantaje”, le respondió el viernes Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo.
Actuación de Estados Unidos
La luz verde dada de facto por Estados Unidos a la ofensiva, al anunciar la retirada de sus soldados de la parte siria de la frontera, resultó percibida como una traición por los kurdos, cuyas fuerzas integraban hasta ahora la coalición internacional anityihadista liderada por Washington.
Donald Trump, presidente estadounidense, pidió el jueves a la diplomacia de Estados Unidos negociar un alto el fuego entre los beligerantes.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, advirtió a Turquía sobre las serias consecuencias de su ofensiva en Siria y llamó al país a interrumpir esas operaciones, informó este viernes el Pentágono.
En una conversación telefónica con el ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, Esper alentó a Turquía a “interrumpir sus operaciones en el noreste de Siria”, señaló el Pentágono en un comunicado.
“Esta incursión supone un riesgo de serias consecuencias para Turquía”, agregó el funcionario, que reafirmó la importancia de la relación bilateral estratégica entre Turquía y Estados Unidos.
Acción militar unilateral
Medios turcos reseñan que Turquía busca tomar el control de la franja entre Ras al Aín y Tal Abyad, de 120 km de largo y unos 30 km de profundidad.
El objetivo es alejar de la frontera a la principal milicia kurda de Siria, las Unidades de Protección Popular (YPG), espina dorsal de las FDS, a las que Ankara considera como una organización terrorista.
Turquía prevé crear una zona de seguridad donde podrán instalarse una parte de los 3,6 millones de refugiados sirios que viven en suelo turco.
Al cabo de una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU, los cinco países europeos miembros -Francia, Alemania, Bélgica, Reino Unido y Polonia-, exigieron el cese de esta acción militar unilateral.
La Unión Europea por su parte examinará la próxima semana la posibilidad de sancionar a Turquía, informó la ministra de Asuntos Europeos francesa.
El presidente ruso Vladimir Putin, un país aliado de Damasco, afirmó igualmente que temía un resurgimiento del EI.
Un sentimiento compartido por el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. “Los prisioneros de Dáesh no deben poder escaparse”, insistió durante una visita en Turquía.
Según la administración kurda, unos 12.000 individuos están detenidos en siete centros en las áreas controladas por los kurdos.
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