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¿Por qué el ecuatoriano Rafael Correa recibe apoyo del régimen de Maduro?

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El ex mandatario Rafael Correa y el difunto presidente Hugo Chávez tuvieron siempre relaciones bastante cercanas. Juntos defendieron su ideal del “socialismo del siglo XXI” en cada una de sus naciones, en un contexto en el que la izquierda estaba posicionada en el continente entre la mayoría de los jefes de Estado latinoamericanos.

Sus discursos de “defender y estar con el pueblo” calaron en sociedades con amplias diferencias socioeconómicas. La retórica sobre Jesucristo, el “Che” Guevara,Simón Bolívar y Karl Marx, les hicieron comulgar de manera sostenida.

La primera muestra de lealtad

Cuando Chávez cumplía seis años como mandatario venezolano, en el año 2005, Correa se desempeñaba como ministro de Economía y Finanzas de Ecuador.

Este último renunció a la cartera de Finanzas de su país por sus discrepancias con el gobierno central al desautorizar los nexos económicos que pretendía establecer con Venezuela. El ex mandatario ecuatoriano acusó entonces a la administración de Alfredo Palacio de someterse a la voluntad de Estados Unidos y organismos multilaterales.

“No entiendo su disgusto por supuestos compromisos internacionales adquiridos por mí sin su conocimiento. Temo que el verdadero problema son las fuertes presiones que existen para impedir cualquier relación con un país hermano como Venezuela y, como corolario de aquello, la desconfianza en mi labor como ministro de Economía”, expresó Correa en su carta de renuncia.

Rechazo por organismos multilaterales y por “el imperio”

Chávez desconoció en el año 2007 al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional. Los consideró instituciones “del norte” con “mecanismos del imperio” para meter las manos en Venezuela.

Aseguró que su país no tenía ninguna deuda con las entidades por lo que firmó la formalización de salida para que le devolvieran “lo que correspondía”.

En 2011, el mandatario ecuatoriano protagonizó la Cumbre Iberoamericana con un desplante. Al igual que en ocasiones anteriores lo hicieron Fidel Castro y Hugo Chávez, Correa se ausentó de la sala durante la intervención de la vicepresidenta para América Latina del BM, a quien consideró “el heraldo del neoliberalismo en latinoamérica”.

Acusó al organismo multilateral de “chantajista” por haber cancelado un crédito previamente concedido a su país después de llegar al poder en 2007 y cambió de política económica.

Al igual que su homólogo venezolano, las relaciones con Estados Unidos se vieron deterioradas en su gestión.

En el año 2009, Correa no renovó el convenio suscrito entre Ecuador y Estados Unidos. El pacto permitía a dicho país mantener una base militar en el puerto de Manta, por considerarlo un atentado a la soberanía de su país.

Además, calificó al entonces presidente estadounidense George W. Bush de “tremendamente torpe, que ha hecho mucho daño a su país y al mundo”, reseñó El Expreso.

Asimismo, los presidentes tuvieron altercados con la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos y emprendieron acuerdos con Irán.

ALBA como paraguas ideológico

El difunto fundó junto a Fidel Castro, en 2004, la Alianza Bolivariana para las Américas como una idea análoga al Área de Libre Comercio de las Américas propuesta por Estados Unidos y que abarcaba a todos los países del continente americano, con excepción de Cuba.

Ecuador suscribe el tratado en el año 2009. Aunque fue criticado por su ineficacia desde el principio.

El profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Teodoro Bustamante, criticó en un artículo de la BBC que los países que componen el mecanismo “son económicamente parecidos, por lo tanto poco complementarios”.

“No se le ve una perspectiva económica muy importante, sino que es un símbolo ideológico del presidente Rafael Correa, que busca afirmarse en sus definiciones con los gobiernos que tienen retóricas similares”, indicó.

Dádivas de Chávez a Correa

El gobierno del fallecido Chávez fue ampliamente criticado por los regalos que ofrecía a los “países hermanos”. Primero, porque no se recurrían a los procedimientos regulares para hacer este tipo de desembolsos y, segundo, debido a que muchos de los obsequios cubrían necesidades de otras naciones que en Venezuela no estaban resueltas.

Pocos meses después de que Ecuador signara al ALBA, Venezuela decidió regalarle al nuevo Estado miembro 6 aviones de combate Mirage 50. La donación generó una fuerte polémica en Quito, que calificó de “chatarras” a las naves entregadas.

Correa afirmó que resultarían útiles a la nación ecuatoriana, debido a que habían admitido una crisis en su sistema de defensa aéreo, por la obsolescencia de su flotilla de aviones supersónicos, informó El Universo.

Sin embargo, el portal 4pelagatos de la nación andina informó que los aviones nunca fueron utilizados. Por el contrario, se convirtieron en criaderos de abejas.

Asimismo el proyecto ambicioso (y fracasado) de la Refinería del Pacífico. Venezuela suministraría 300.000 barriles de petróleo diarios para que Ecuador lo refinara. Desde 2008, se invirtieron 1.503 millones de dólares entre las 2 naciones destinados a trabajos previos de la obra. No obstante, faltó quien financiara los 13.300 millones de dólares para su construcción, reseñó Al Navío.

El presidente Lenín Moreno descartó el plan por falta de interesados en invertir. Denunció la enorme irresponsabilidad de la administración de su antecesor en el sector petrolero.

A esto se suma la relación de Refinería del Pacífico con la trama de sobornos de la constructora Odebrecht. La fiscal ecuatoriana Diana Salazar imputó a Alexis Arellano, ex gerente de Petróleos de Venezuela en Ecuador, y a Freddy Salas, responsable de la refinería por 2 contratos con la constructora brasileña por 500 millones de dólares cada uno.

La posición respecto a los medios

Ambos ex mandatarios tuvieron una actitud displicente por la libertad de expresión y los medios de comunicación. Reiteraban que eran conducidos por una élite que manejaba la información a su gusto y para su entero beneficio.

Amenazas, multas y detenciones a periodistas fueron procederes de ambos gobiernos. Al tiempo de cerrar medios de comunicación por manifestar una línea diferente a la del gobierno.

El diario La Vanguardia indicó que en 2013, el gobierno de Correa aprobó la Ley orgánica de medios que reconoce como básico el derecho de réplica de cualquier información.

“Desde entonces no han cesado las denuncias a cientos de periodistas y medios de comunicación. Ha llegado a reescribir portadas y, si no cumplen, son sancionados con un porcentaje de sus ingresos mensuales”, reseñó el medio.

Nueve años antes, en 2004 la Asamblea Nacional venezolana había promulgado la Ley de responsabilidad social de radio y televisión que impuso severos lineamientos a los medios del país.

Además, tanto Hugo Chávez como Rafael Correa se garantizaron un espacio semanal en la televisión abierta de cada uno de sus países. Aló, presidente y Enlace ciudadano transmitían propaganda de sus gestiones respectivas y las proyecciones de su “revolución”.

El periodista Claudio Paolillo, otrora director de la Sociedad Interamericana de la Prensa, señaló para 2008 la actuación déspota por parte de gobiernos latinoamericanos a los medios. Lo calificó como “el cáncer bolivariano”, ideado magistralmente en Cuba, pero que se expandió a Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Bolivia y Argentina.

“Consiste en iniciar un plan de demolición de las estructuras institucionales, basados en un discurso popular y simpático, que emplea las causas más nobles con el único propósito de que los líderes mesiánicos permanezcan eternamente en el poder”, denunció.

Criticó particularmente  el caso de Ecuador. “Allí, estas cosas se están aplicando de una manera peor incluso que en Venezuela. Hay censura previa, demandas judiciales en bloque de funcionarios públicos contra medios, a los que se obliga incluso a publicar rectificaciones pidiendo perdón. El presidente humilla a los medios todo el tiempo, insulta de una manera atroz a todos los que osan decir algo crítico”, concluyó Paolillo.

La SIP alertó año tras año sobre el carácter totalitario de los gobiernos socialistas, y les exhortó a garantizar la integridad física de los periodistas y el pleno ejercicio de su profesión.

Las lisonjas bilaterales

¿Que era Venezuela antes de Chávez? Con esa responde el ex presidente Correa cuando se le pregunta sobre la situación de Venezuela. «Decir que allí no hay democracia, es una barbaridad», continúa.

El reconocimiento de Chávez a Correa como “su muchacho”, le hacía tener al ex presidente ecuatoriano el cargo de “heredero internacional del chavismo”.

Correa se dedicó a seguir los pasos de su líder y amigo. El ex secretario general de la OPEP, René Ortiz, recordó que “Chávez tuvo la idea de una revolución, un modelo político, una ideología del siglo XXI y unas metas que ha ido cumpliendo. Rafael Correa también lo ha hecho religiosamente”.

Correa estuvo presente hasta los últimos días de Chávez en Cuba. Lo visitó poco antes de su muerte y una vez enterado de la noticia decidió enlutar al Ecuador durante tres días.

A partir de eso, cada año el ex mandatario recuerda a su líder y amigo y se compromete con el legado chavista.

Ambos proclamaron la construcción de sociedades más justas, pero sus «buenas intenciones» se complicó con la distorsión de conceptos «soberanía, cambio social y democracia». Hablaron de «independencia frente al imperialismo», pero hicieron acuerdos con países que ponen en práctica visiones geopolíticas expansivas e intervienen en las decisiones internas de los países y condenaron los disensos a todos los que no pensaran como ellos. Ese fue su legado.

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