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Perú irá a elecciones parlamentarias con partidos débiles e indignación popular

Por EFE
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Tras el cisma que supuso la disolución del Congreso el lunes, Perú se encamina a  elecciones legislativas en enero para recuperar la estabilidad con un parlamento más en sintonía con el presidente Martín Vizcarra.

Sin embargo, a menos de cuatro meses de la votación hay mucha incertidumbre entre los eventuales candidatos, que en algunos casos posibles como el de Keiko Fujimori, líder de la oposición, podrían acceder a un escaño y obtener temporalmente inmunidad frente a las investigaciones por presunta corrupción que se les siguen.

De momento, hay 24 partidos en carrera forzados a participar en esos comicios para no perder su derecho a participar en elecciones futuras en el Perú, una sutileza de la legislación comicial peruana, pero cuyos candidatos son una incógnita.

Para ese parlamento, que tendrá un período de funcionamiento de apenas año y medio, no pueden ser reelegidos los 130 legisladores que formaban el disuelto Congreso.

Caras conocidas arrastran votos

El analista político Eduardo Dargent dijo a Efe que el resultado de ese proceso electoral dependerá mucho de qué figuras se pueden poner en las cabezas de listas.

«Si hay grupos que logren colocar candidatos atractivos y con cierto prestigio, que puedan recoger cierto arrastre, el voto se concentrará en ciertos grupos. De lo contrario, tendremos un congreso con bastantes grupos representados», anticipó Dargent.

Hasta 13 grupos parlamentarios formaban la cámara disuelta tras deserciones y transfuguismos que lo hicieron un hemiciclo atomizado, pero controlado por la amplia mayoría del fujimorismo.

«Si hubiese partidos fuertes, no sucedería esto, pero con partidos débiles cualquier candidato que sea figura de la farándula o un alcalde popular puede terminar arrastrando votos», agregó el analista.

Las caras conocidas serán clave y pueden marcar la diferencia ante la ausencia de un partido capaz de aglutinar la votación de manera masiva.

Posible castigo al fujimorismo y al aprismo

«Me parece que va a haber una sanción a los partidos que han controlado el poder (en estos años) porque el ánimo de la población está muy cargado hacia ellos», apuntó Dargent an alusión al Partido Aprista Peruano y, sobre todo, al fujimorista Fuerza Popular, la formación de Keiko Fujimori.

«Perderán congresistas, pero dependerá de la organización de estas fuerzas. También requiere mucha madurez de los otros grupos políticos para aprovechar la debilidad de estos dos, cuyo comportamiento ha sido tan criticado por la población», indicó.

En la la elección de 2016, el PAP, la agrupación del fallecido ex presidente Alan García, obtuvo solo 6% de los votos y pasó la valla electoral por muy poco.

Por lo que esta vez, sin el liderazgo y la figura del siempre polémico ex gobernante, puede quedarse por debajo del 5% que ordena la ley electoral y perder su inscripción como partido.

Mucho menos probable es que esto ocurra con el fujimorismo, sobre todo si lleva como cabeza de lista a su líder Keiko, quien permanece en prisión preventiva desde octubre del año pasado mientras es investigada por presunto lavado de dinero en donaciones no declaradas para sus campañas electorales.

Oportunidad para los nuevos partidos

Entre los que se pueden ver beneficiados están algunas organizaciones políticas que no integraron el Congreso disuelt, como el Partido Morado, del ex candidato presidencial Julio Guzmán, o el Partido Nacionalista Peruano, del ex presidente Ollanta Humala.

También el bloque de izquierdas de Nuevo Perú, liderado por Verónika Mendoza, que sin embargo necesita lograr su inscripción en el padrón de partidos habilitados antes de las elecciones, o buscar alianza con un partido afín para presentar candidatos.

El centrista Acción Popular, del ex presidente Fernando Belaunde Terry, también puede capitalizar la indignación popular contra el disuelto Congreso para incrementar la pequeña bancada que tuvo en el disuelto Legislativo.

Sobre todo tras sus buenos resultados en las últimas elecciones regionales y locales del año pasado. «Puede irle bien si se desmarca de su actuación ambigua», comentó Dargent en referencia a la división entre sus integrantes, unos en contra de la disolución del Congreso y otros a favor.

Se busca un partido oficialista

Tras obtener solo 18 congresistas en las elecciones de 2016, el partido oficialista Peruanos Por el Kambio casi desaparece antes de la disolución del Congreso debido a las divisiones internas, entre ellas una facción que se renombró Contigo, que le dio un giro más conservador y opositor a Vizcarra.

El gobierno mira si una formación política de derecha democrática, centro o izquierda moderada puede identificarse con el Ejecutivo y volverse la nueva fuerza oficialista.

«Ese partido podría tener cierta suerte electoral si la popularidad del presidente sigue media alta», concluyó Dargent.

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