Un ciudadano mexicano lideró a un grupo de 10 individuos que asaltaron la embajada de Corea del Norte en Madrid, donde maniataron, maltrataron e interrogaron a sus ocupantes, llevándose luego dispositivos y archivos electrónicos.
Los hechos, que ocurrieron el 22 de febrero, fueron investigados en secreto por las autoridades españolas y los detalles recién hechos públicos en un auto expedido por el juez José de la Mata, de la Audiencia Nacional, en Madrid.
Según el documento oficial, hay una «seria probabilidad de existencia de delitos de allanamiento de morada, detenciones ilegales, lesiones, falsificación documental, amenazas y robo, cometidos por organización criminal».
Cheollima Civil Defense (Defensa Civil Cheollima), una organización que proclama su compromiso con el derrocamiento del líder norcoreano Kim Jong-un, se adjudicó la toma temporal de la sede diplomática.
En un sitio online, Cheollima declaró que no se trató de un «ataque», sino que el grupo había «respondido a una situación urgente en la embajada de Madrid».
Sin embargo, el documento del juez de la Mata no hace referencia a la anterior organización, pero sí habla de un «grupo de 10 personas».
Qué se sabe de Cheollima Civil Defense (CDC)
La organización CDC, conocida también como Free Joseon (Joseon Libre), está comprometida con el derrocamiento de la dinastía Kim que rige en Corea del Norte.
Un video publicado en su sitio de Internet y en Youtube supuestamente muestra a los asaltantes destruyendo retratos de los líderes comunistas norcoreanos dentro de la embajada en Madrid.
CDC alcanzó protagonismo después de adjudicarse el rescate de Kim Han-sol, uno de los sobrinos de Kim Jong-un. Kim Han-sol logró salir sano y salvo de Macao, después de que su padre -el hermanastro del líder norcoreano- fuera asesinado en un aeropuerto de Malasia en 2017.
Kim Han-sol ha expresado su deseo de regresar a Corea del Norte y se ha referido a su tío como un «dictador».
Lo que sí menciona el documento del juez es que el supuesto líder del grupo fue identificado como Adrián Hong Chang, un ciudadano de México residente en Estados Unidos.
Hong Chang había llegado unos días antes a España, procedente de Nueva York.
La embajada es un complejo de dos pisos con piscina y está localizada al noroeste del centro de Madrid | GOOGLE MAPS
El 7 de febrero se presentó en la embajada alegando ser el empresario Matthew Chao, de una empresa con oficinas en Dubái y Toronto interesada en invertir en Corea del Norte.
Solicitó entrevistarse con el Encargado de Negocios de Corea del Norte, Yun Sok So, pero no pudo ingresar a la sede diplomática en esa ocasión.
Con los otros participantes del asalto, entre los que se encuentran Sam Ryu, de Estados Unidos, y Woo Ran Lee, de Corea del Sur, alquilaron una casa en Madrid.
Según los detalles divulgados por el juez, en varias instancia los hombres compraron material «táctico y de combate» para realizar el asalto.
Adquirieron machetes, cuchillos, barras de hierro, alicates, cintas adhesivas, grilletes, pasamontañas y armas cortas simuladas, entre otros artículos.
El 22 de febrero, a eso de las 16:00 locales, Hong Chang volvió a golpear a la puerta de la embajada y aprovechó la distracción de uno de los empleados para facilitar la entrada de sus camaradas que estaban apostados cerca del lugar.
Violencia y amenazas
Las autoridades en España realizaron una investigación detallada del incidente | GETTY IMAGES
Comenzaron a golpear violentamente a los ocupantes de la embajada, hasta que «los redujeron y les colocaron grilletes y bridas para inmovilizarlos».
Durante el tiempo de allanamiento a la embajada, los asaltantes procedieron a registrar sistemáticamente distintas dependencias, apoderándose de un par de tarjetas de memoria, dos ordenadores, dos discos duros (uno de ellos de almacenamiento de imágenes de seguridad) y un teléfono móvil.
Al Encargado de Negocios Yun Sok So lo golpearon y le provocaron distintas lesiones. Le cubrieron la cabeza con una bolsa y lo amenazaron con las barras de hierro y las armas simuladas apuntadas a la nuca.
También lo trataron de convencer de que desertara.
Una mujer de la embajada logró escapar por una ventana y pedir auxilio.
Cuando las autoridades se acercaron a la embajada para investigar, quien los atendió fue el mismo Adrián Hong Chang, quien se había colocado en la solapa un pin con la cara de líder norcoreano Kim Jong-un y se identificó como un funcionario de la sede.
Les dijo a los agentes que no había ningún problema en el interior del recinto.
Tras varias horas en la embajada, la mayoría de los asaltantes utilizaron tres vehículos diplomáticos robados para abandonar el lugar.
Hong Chang lo hizo un poco más tarde contratando un servicio de Uber bajo el nombre de usuario Oswaldo Trump.
Contacto con el FBI
Un día más tarde, Hong Chang apareció en el aeropuerto de Newark, Nueva Jersey, tras escapar vía Portugal.
El 27 de febrero, Adrián Hong Chang entró en contacto con el FBI para facilitarles el material robado de la embajada.
El asalto ocurrió pocos días antes de la cumbre que sostuvieron el presidente de EE UU, Donald Trump y el líder norcoreano, Kim Jong-un, en Vietnam.
Foto: Google Maps
El diario español El País reportó que dos de los implicados en el asalto tienen vínculos con la CIA, pero la agencia de inteligencia rehusó comentar al respecto cuando fue contactada por la BBC.
Durante una rueda de prensa este martes, el portavoz del Departamento de Estado, Robert Palladino, expresó que «el gobierno de Estados Unidos no tuvo nada que ver con esto».
El periodista de El País Óscar López Fonseca, que ha estado siguiendo el caso, dijo a BBC Mundo que las autoridades en España han emitido órdenes de detención contra el ciudadano mexicano Adrián Hong Chang, residente en EE.UU., y el ciudadano estadounidense Sam Ryu.
Existe un convenio de extradición entre EE UU y España por el cual estos individuos podrían ser entregados.
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional