Dedico el artículo de esta semana, gracias a la deferencia que me posibilita El Nacional, al ex presidente y actual senador de Colombia Alvaro Uribe Vélez. Su valiente y eficaz administración de gobierno en el muy complejo y amenazante período desde el 7 de agosto de 2002 hasta el 7 de agosto de 2010, marcó un rumbo de gobernabilidad democrática histórico para Colombia, y más aún para la región latinoamericana y del Caribe.
La decidida activación de la que nosotros llamamos avanzada o antecedente histórico del Plan Colombia como suerte de una vital e indispensable “alianza internacional por la libertad” que se requiere hoy en la región continental americana. Salvar América toda, de una vez y para siempre, de las fauces de las tiranías de corte narco-comunistas-castrista que “rondan como fantasmas” en las tinieblas que generan, para secuestrar la libertad de nuestras naciones; con los terribles daños consecuentes, hasta los límites del progresivo genocidio.
La pretensión de descalificación sistemática del legítimo uso del “monopolio de la violencia” o de la fuerza del Estado requerida para combatir eficazmente la ilegítima violencia contra los criminales que secuestran nuestros pueblos, tejiendo sus mafiosas redes de producción, distribución, comercialización y lavado de capitales de la droga. Mediante una conspiración internacional disfrazada de políticas del “desvencijado progresismo marxista”, que no solo ha amenazado al Estado débilmente democrático en America Latina, sino que ha llegado a controlarlo, convirtiéndolo en narcoestado, o cuando menos en Estado criminal consorcio con dichas mafias.
Las estadísticas no mienten, y son no solo ingenuas sino cómplices, las políticas que pretenden erradicar este mal mediante diálogo con mentes criminales que siguen un patrón del mal con el cual logran burlar cualquier civilidad de talante pacifista para hacerlo presa fácil de su fortalecimiento criminal.
Las políticas exitosas del entonces presidente, y actual senador de Colombia Álvaro Uribe Vélez, tales como a) Política de seguridad democrática, b) Promoción económica de la inversión privada y c) Política social de reanimación de los sectores campesinos en zonas cultivables del campo y de las ciudades frente a su muy deprimida situación previa.
En la hipocresía política de los cobardes que dicen manejarse con a las leyes, el presidente es hostigado para intentar demoler su ejemplo maravilloso de combate frontal al crimen narcoterrorista.
Nuestro presidente Juan Guaidó debe atender esta importantísima enseñanza que para todos que ha significado la “lucha de Colombia para vencer las sombras del narcoestado”, y estar preparados para su adecuación al caso venezolano e implementación decidida. Las hago mías, dichas recomendaciones, que se extraen de tales experiencias, y las reproduzco de informe de fin del primer período del año 2002 al 2006.
“1. Consolidación de una cultura de la legalidad, entendida como la aceptación de las normas y, más específicamente, como el compromiso moral a no volver a estar vinculado con las drogas ilícitas y la ilegalidad en general.
2. Conservación, recuperación y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, entendidos como la necesidad de desarrollar buenas prácticas ambientales, tecnologías limpias, sistemas de producción orgánica y modelos agroforestales y de labranza mínima.
3. Optimización de las actividades generadoras de ingresos, a través de la identificación y puesta en marcha de mejoras específicas en las diferentes fases del proceso productivo (cultivo, cosecha, transformación, empaque, transporte, etc.) y el desarrollo de canales de comercialización.
4. Fortalecimiento organizacional de las comunidades, entendido como la constitución y fortalecimiento de asociaciones de productores con estructuras organizacionales y sistemas de toma de decisiones que garanticen la participación activa de sus miembros, faciliten el desarrollo de negocios y aseguren una distribución transparente y oportuna de los beneficios.
5. Creación y consolidación de vínculos con instituciones públicas y privadas, entendidas como el establecimiento de un esquema institucional que involucre alianzas estratégicas y la consecución de socios internacionales, nacionales, regionales o locales que estén en capacidad de apoyar el logro de resultados en materia productiva, comercial, organizacional y ambiental.y social, entendida como el mejoramiento de las condiciones de vida en términos de educación, salud y seguridad, el desarrollo de habilidades que contribuyan a mejorar los resultados en los ámbitos productivo, organizacional, ambiental y en la consolidación de la confianza hacia las instituciones”.
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