De enero a junio de este año, el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas registró 1.180 casos de abuso sexual contra menores de edad. Mientras que de julio y hasta septiembre, reportes extraoficiales indican que hubo una denuncia por día, lo que evidencia el incremento de los reportes.
Los estados en los que se han logrado el mayor número de aprehensiones de abusadores sexuales son Zulia, Carabobo, Aragua, Barquisimeto, Distrito Capital y Miranda. Información constatada en publicaciones en la red social Instagram del comisario general Douglas Rico, director nacional de la policía científica.
Entre los casos más recientes destaca el de José Gregorio Villavicencio Martínez de 21 años de edad, quien abusó de una menor de dos años de edad, a quien además golpeaba.
El hecho ocurrió en el interior de su residencia ubicada en la urbanización Las Acacias, municipio Girardot, Maracay, estado Aragua.
También en esa entidad, fue detenido César Augisto Mata Caballo de 32 años de edad, quien trabajaba como vigilante en un colegio ubicado en la avenida Sucre del municipio Girardot y en uno de los baños abusó sexualmente de una adolescente de 13 años.
En Machiques, estado Zulia, detectives del Cicpc detuvieron a un septuagenario de nombre Eusebio Roberto Almanza Rodríguez, quien abusó de la hija de su vecina, una niña de cinco años de edad.
Flagelo sigiloso
El pederasta es una persona que suele tener las capacidades mentales conservadas, siendo capaces de discernir a nivel cognitivo entre lo que está bien y lo que no. “Es por ello que se les considera plenamente conscientes y responsables de sus actos, y por consiguiente imputables” dice Delmeyer Alcalá, médico psiquiatra.
“Esto incluye todo tipo de conducta o comportamiento en que se use al menor como objeto sexual. Aprovechándose para ello de la diferencia en madurez, edad o poder”, agregó la especialista.
Alcalá indica que existen tres etapas previas al abuso sexual. En niños menores de 11 años de edad, el victimario estudia el contexto familiar, la rutina diaria y las personas que rodean al menor.
En segundo lugar, ganarse la confianza del niño o niña, a través de dulces u otros antojos que le agraden. Por último, el acto seguido de amenazas de muerte contra su grupo familiar o, de hacerle lo mismo a otros hermanos.
“Este tipo de individuo no tiene una preferencia concreta por un tipo de víctima, sino que aprovecha las oportunidades que tiene de cometer abuso”, indicó Alcalá.
Ante los casos registrados, el organismo judicial, a través de la campaña “Sin tregua a los pederastas” insta a los padres a denunciar ante cualquier irregularidad.
Recomiendan observar la conducta de sus hijos, algún cambio en el hogar y el colegio. Asimismo, la relación con el resto de las personas que integran su grupo familiar.
“Los niños abusados suelen aislarse, es el primer síntoma para estar alertas y descubrir el porqué del cambio. Más aún si ocurre de forma repentina”, concluyó la médico psiquiatra Delmeyer Alcalá.
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