La industria de la aviación en América Latina y el Caribe se mantiene en crecimiento desde hace 15 años, a pesar de las crisis en esta región, donde el potencial de desarrollo del sector es inmenso, afirmó el director de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo, Luis Felipe de Oliveira.
En una entrevista con EFE en la sede de ALTA, situada en la capital panameña, este ingeniero químico brasileño con maestrías en finanzas y negocios, comentó sobre los efectos en la región de las crisis de Boeing, la quiebra de Avianca Brasil, antiguamente llamada OceanAir, y la reestructuración de Avianca Holdings, y habló del futuro prometedor de la industria.
—¿Cuál es la situación de la industria de la aviación en la región en un contexto marcado por crisis y perspectivas globales a la baja?
—La industria aérea mantiene un crecimiento desde hace 15 años y no hay un año en que no haya una crisis en algún país de América Latina y el Caribe. El crecimiento promedio de la región supera 5% al año. La aviación siempre crece mucho más que el producto interno bruto de los países. Es una industria muy resiliente, que crece de tres a cinco veces más que el PIB.
—¿De qué tamaño es ahora el sector en la región?
—Hoy América Latina y el Caribe representa 8% del mercado global de aviación. Es más grande que regiones como África y Medio Oriente juntas. Somos un mercado importante, en crecimiento. Y seguimos viajando muy poco, viajamos solamente 0,4 viajes por habitante. Creemos que podemos duplicar ese tamaño en los próximos 10 años haciendo que mucho más gente tenga acceso al transporte aéreo.
—¿Cuáles son los grandes mercados de la región?
—Son básicamente Brasil y México, y después Colombia, Argentina y Chile.
—¿Qué países de América Latina requieren con urgencia un rediseño de su espacio aéreo?
—Serían Panamá, Colombia y Perú. Creo que son los más importantes que necesitan una inversión mayor y urgente para la continuidad del crecimiento de las rutas.
—¿Cómo la crisis de Boeing ha impactado a la industria regional?
—Las empresas latinoamericanas que operan los Boeing tienen todavía pocos aviones MAX (epicentro de la crisis) en relación con la cantidad que tienen de otros aviones (del mismo fabricante). Entonces eso no los afectó tanto en términos de las rutas preexistentes. Los afectó mucho en términos de la posibilidad de rutas nuevas. El MAX tiene un alcance de viaje más largo. Creemos que este problema se va a resolver prontamente. Al final no va a afectar tanto a las aerolíneas latinoamericanas y del Caribe como quizá afectó en otras regiones del mundo.
—¿Hay alguna intención de las líneas afectadas en la región de pedir en bloque algún tipo de compensación a Boeing?
—No hay, sin duda alguna, una acción en bloque. Cada aerolínea va a tener su manera de hacer su ajuste, su arreglo con Boeing con relación a los planes futuros de crecimiento y de utilización de esta aeronave en su red.
—¿La quiebra de Avianca Brasil cómo afectó el mercado brasileño?
—El mercado brasileño tiene más o menos 40% de la región. Avianca Brasil tenía entre 10% y 12% del mercado doméstico y algunos vuelos internacionales y eso realmente afectó al mercado momentáneamente. Desde la quiebra hasta hoy prácticamente se recupera el mercado. Se espera un crecimiento de 4% a 5% al final de este año. Entonces sí afectó (la quiebra) pero es un mercado muy dinámico. Prácticamente todas las rutas que fueron dejadas ya están siendo operadas por otras compañías aéreas.
—Pasando a Colombia, ¿qué impacto tiene la crisis de Avianca Holdings en la industria regional?
—Avianca Holdings es una empresa muy importante de la región, está haciendo su proceso, muy bien hecho, de reestructuración. Está reevaluando todo su plan de expansión, su plan de rutas. Seguramente va a entrar en un rating de crecimiento tan pronto tenga todo esta reestructuración efectuada. Colombia, donde queda la sede de Avianca, es el mercado de la región que más crece en términos de vuelos, en términos de pasajeros, por lo que Avianca, estando ubicada allí y siendo la mayor empresa de Colombia, tiene una ventaja estratégica muy importante en términos de su posible crecimiento.
—Panamá se consolida como un centro de conexiones pero enfrenta una bajada del turismo y hay intenciones de aplicar nuevas tasas al sector.
—Panamá es un hub de conexiones, en lo que tiene es que trabajar en una oferta turística de largo plazo de una manera efectiva. El gobierno está trabajando en eso creo que muy bien. Incrementar los costos (de la industria mediante la aplicación de impuestos), lo que hace es que menos gente venga a Panamá. Hay ejemplos muy interesantes en la región: Chile bajó sus tasas y hubo un incremento fenomenal. Otro gran ejemplo es Cartagena, donde redujo la tasa a los pasajeros y en dos o tres años hubo un incremento drástico del numero de viajeros.
—¿Y Venezuela?
—La incertidumbre existe. Es un mercado extremadamente interesante. Hoy en día hay demanda, una necesidad de oferta de vuelos, pero la situación es muy difícil. Las aerolíneas están sacando muchos vuelos por toda la incertidumbre económica. Muchas empresas no tienen las condiciones para pagar a sus proveedores de combustible por cuenta de las sanciones económicas; eso hace que se torne bastante complicada la situación y no tenemos ni idea de cuándo eso se puede solucionar.
—¿La deuda de Venezuela con las aerolíneas sigue estando por el orden de los 4.000 millones de dólares?
—Sí. Toda la deuda que fue generada por el gobierno, por causa básicamente de la retención de los ingresos de las aerolíneas en el país, está más o menos estabilizada desde hace varios años en cerca de 4.000 millones de dólares.
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