Un grupo de los 70 pacientes renales que se dializan en una de las 3 unidades privadas de San Cristóbal protestó y bloqueó el paso de vehículos en protesta por la falta de electricidad o de un generador que les proporcione energía a las máquinas con que les purifican la sangre de forma interdiaria.
Con tapabocas y carteles sacaron las sillas de espera de la unidad y se apostaron en medio de la vía.
«No tenemos planta eléctrica para suministrar energía a las máquinas con que nos dializan. Tenemos tanque de agua pero no se puede bombear», dijo Mario Zerpa, paciente renal de San Cristóbal.
A la capital de Táchira viajan pacientes de los estados vecinos. Quienes viven en Barinas deben recorrer, día por medio, 600 kilómetros de ida y vuelta a las unidades médicas. La frustración es mayúscula cuando no pueden dializarse.
José Antonio Moreno vive en Cordero, municipio Andrés Bello; los lunes, miércoles y viernes recorre 28 kilómetros para poder dializarse. El pasado viernes no pudo hacerlo por el corte eléctrico y comenzó a sentir los efectos de no purificar su sangre.
«El sábado me puse disfónico. Hoy tengo que dializarme porque si lo hago mañana me asfixio. No hay luz y tenemos que esperar por una planta prestada, pero no llega», dijo el hombre mientras sostenía su tapabocas y permanecía sentando en medio de la calle.
El viernes pasado Freddy Bernal, designado protector del Táchira por Nicolás Maduro, advirtió que no permitiría el bloqueo de vías por protestas y aseguró que sometería a la ley a quienes lo hicieran.
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