Los vecinos del 23 de Enero, Catia, Lidice, La Pastora, San José y la Charneca en Caracas, así como de Puerto La Cruz y Barcelona en el estado Anzoátegui, demostraron la indignación de todo un país en contra de un régimen que está llevando al colapso a Venezuela.
Los venezolanos coléricos salen a las calles a protestar en contra de los largos apagones, la falta de agua, las agresiones contra el Presidente Juan Guaidó, las amenazas de allanar su inmunidad parlamentaria, su inhabilitación y el acoso permanentemente al que está sometido, que han dejado a la nación entera a punto de ebullición. Los venezolanos protestan por la catástrofe que estamos atravesando, por una crisis que no sólo se limita a bombillos apagados, sino que se extiende a todos y cada uno de los servicios públicos y afecta a casi la totalidad de los 30 millones de venezolanos que aún vivimos en el país.
Las llamas de la rabia ciudadana iluminan las calles de Venezuela. Sí, cada vez son más los venezolanos que están decididos a echar el resto en contra de un sistema que mata de hambre a los ciudadanos y que viola sistemática y conscientemente los derechos fundamentales de todos los integrantes de la sociedad.
Los venezolanos, cansados y furibundos, no creen más en palabras. Solo quieren acciones que permitan a la nación salir del atolladero en la cual la sumergieron.
Exigen firmeza a la dirigencia de la nación y el cumplimiento de los ofrecimientos de la comunidad internacional. Los venezolanos dan un paso al frente y salen a las calles a protestar, salen a prender las llamas de un sentimiento nacional en contra de un modelo de gobierno que fracasó y que sumergió a Venezuela en la mayor caos que país alguno en América Latina haya sufrido a lo largo de la historia.
Frente esta situación, es transcendental que los diputados a la Asamblea Nacional tomemos el toro por los cuernos y aprobemos la activación, de una vez por todas, del artículo 187 numeral 11 de la Carta Magna.
No podemos perder más tiempo. Cada minuto que nos demoramos el régimen lo utiliza para hacerse fuerte y buscar aliados. Por tal motivo, arribaron a Venezuela los soldados rusos, chinos y más cubanos en el inicio de una invasión que pretende convertir al país es una vasallaje de comunistas, terroristas y narcotraficantes colonizadores.
Demorar más le permitiría al régimen seguir violando los Derechos Humanos de los venezolanos; vean como ya detuvieron arbitraria e ilegalmente al Jefe del Despacho del presidente Juan Guaidó, Roberto Marrero, y nada más allá que declaraciones de indignación como respuesta a semejando hecho.
Los venezolanos están saliendo a las calles a iluminarlas con las fogatas de rebeldía, están protestando porque no quieren vivir en un país donde no se sepan cuando viene o se va la luz, en una nación donde el agua no llega y si llega está contaminada, están hartos de salir a las calles y no estar seguros si regresarán esto debido a una delincuencia que es el dueño y señor del país.
Las protestas cívicas y ciudadanas son expresiones de una sociedad que quiere libertad, son derechos que no podemos permitir que se ultrajen o que sean criminalizados.
Como nos ha enseñado nuestra María Corina Machado, con la Ruta del Coraje, con su ejemplo de mujer combativa y valiente, nosotros no podemos permitir que la llama de la esperanza, que se aviva cada día, se mitigue por la falta de acciones. ¡Actuemos ya! ¡ Activemos el 187 ya!
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional