Pablo A. García Escorihuela
En Twitter: @PabloAGarciaE
TAMPA / FLORIDA
La nave Vinotinto zarpó rumbo a Qatar 2022, y con la primera ventisca del norte del Caribe quedó a la deriva.
Es cierto, es más que un viento platanero, una tormenta tropical, aderezada entre los problemas futbolísticos de una oncena que aún no encuentra el camino al gol, y los impasses de las oficinas, con una guerra fría entre el capitán del bote, el técnico Rafael Dudamel, y algunos directivos de la Federación Venezolana de Fútbol, que han ocasionado que apenas puso su madera en el agua, el barco pirata venezolano comenzó a hacer aguas.
«Nosotros debemos ser autocríticos. Nuestros jugadores, deben sacar ese carácter autocrítico y buscar las fallas cometidas, en un primer tiempo en el que Colombia nos superó», dijo tajantemente Dudamel en la rueda de prensa, buscando explicaciones al flojo rendimiento de sus dirigidos, tras el empate 0-0 ante el cuadro neogranadino que dirige el portugués Carlos Queiróz.
No obstante, todo lo que ocurrió en el campo tiene su génesis en la carta de navegación de la selección nacional.
El esquema 4-3-2-1, con tres mediocampistas defensivos, termina siendo una camisa de fuerza que el propio Dudamel tuvo que modificar en el segundo tiempo, ante el repaso que le daba una soberbia selección cafetera, que se manejaba a sus anchas a pesar de que solo tenía tres de sus potenciales titulares (Juan Guillermo Cuadrado, Carlos Lerma y Davinson Sánchez, defensores los dos últimos) en el maltrecho césped del estadio Raymond James de Tampa.
«Cuadrado se agarró el partido para él, jugando en un nivel magnifico, y nosotros tuvimos muchas dificultades para contenerlo y contamos con algo de suerte ante la imprecisión de nuestro rival», apuntó Dudamel en la comparecencia de prensa.
«Sin embargo, esto no es excusa, hicimos un primer tiempo negativo, y en otro contexto nos pudo salir más caro», apuntó.
El timonel dio un cambio a la hoja de ruta, aunque su nave seguía con la brújula desviada. Solo el ingreso de marineros con empuje, como Darwin Machís, ayudaron a la embarcación venezolana a tomar nuevos bríos en su búsqueda del gol.
Solo el extremo oriundo de Tucupita pudo ser desequilibrante.
Más cuando pudo asociarse con Jeferson Soteldo, ahora jugando en el medio del ataque, en una línea de tres volantes ofensivos, poco habitual para el estilo de Dudamel, pero siempre, cada vez que echó mano de ella, fue productiva.
«El cambio al dibujo del 4-2-3-1, nos ayudó a equilibrar mejor las cosas, a hilar mejor los pases en el equipo, pero nos siguió faltando contundencia a la hora de encarar el gol», explicó el estratega de la Vinotinto. Pese a la modificación, Colombia siguió dominando el partido y pudo haberlo ganado claramente («pudimos haber goleado por 5-0, pero no sucedió», comentó Carlos Queiroz, DT del cuadro colombiano), pero al final todo quedó en tablas, con un cero a cero que sabe a derrota.
Polémica
En la rueda de prensa de Dudamel hubo dos momentos críticos. Uno, irónicamente, cuando se molestó visiblemente al enterarse a través de una pregunta de un periodista venezolano, de que su requerimiento de jugar en Venezuela se hará realidad al pactar un amistoso con Bolivia para el 10 de octubre en Caracas.
«Es una alegría jugar en Venezuela, pero realmente no sé a qué juega la dirigencia cuando los periodistas se enteran primero que nosotros de los amistosos a jugar en el futuro», comentó.
Y otro, cuando al ser preguntado sobre por qué la Vinotinto utilizó su segundo uniforme en Tampa, recordó episodios desagradables, como el que llevó a la salida de Noel Sanvicente de la selección: «El por qué fuimos de blanco, debería preguntársele a los directivos. No me corresponde a mí decirlo. Pero ante los rumores que ha habido en estos días, si me trajo recuerdos desagradables, como los de aquella fecha en la que Chile se enfrentó con Venezuela en Barinas en 2015», contó.
Después de esto, los jugadores de la selección no atendieron a los cinco periodistas venezolanos que estaban en el estadio Raymond James. El cuerpo técnico de la Vinotinto alega una falla de la organización, al no poner a disposición de la prensa y los futbolistas criollos una zona mixta para entrevistas.
Sin embargo, al ser consultada, la organización aseguró que esto fue así a pedido de la propia selección nacional, cuya jefatura de prensa les había informado que solo iba a declarar Rafael Dudamel en rueda de prensa. Los jugadores desconocían el hecho.
«Solo nos pidieron subir al bus», dijo uno de los jugadores de la selección.
En medio de tambores de guerra interna, la crisis de juego de la Vinotinto tiene el barco a la deriva, y su capitán no da con la brújula para enderezar el timón. Y eso que aún no comienza el camino a Qatar 2022.
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