El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha lanzado fuertes declaraciones contra diversas personalidades internacionales.
El miércoles sumó una nueva figura: la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. La funcionaria cuestionó el desempeño del gobierno brasileño en esta materia.
“Estos últimos meses hemos observado en Brasil una reducción del espacio cívico y democrático, caracterizado por ataques contra los defensores de los derechos humanos y restricciones impuestas al trabajo de la sociedad civil», dijo la ex mandataria.
Bachelet versus Bolsonaro
La respuesta del jefe de Estado brasileño fue dura y señaló que Bachelet «dice que Brasil pierde espacio democrático, pero olvida que su país no es una nueva Cuba solo gracias a quienes tuvieron el coraje de frenar a la izquierda en 1973. Entre ellos su padre, un comunista», en alusión a Alberto Bachelet, padre de la ex presidente de Chile que murió a manos de la dictadura militar.
«Cuando hay personas que no tienen nada que hacer, ocupan el sillón de los derechos humanos de la ONU», recalcó Bolsonaro. Agregó que la ex mandataria está defendiendo vagabundos.
En su discurso, Bachelet acusó un aumento del número de personas que murió a manos de policías en Brasil desde que Bolsonaro llegó al poder.
Esta violencia, aseguró la alta comisionada, viene de la mano con el discurso público que legitima las ejecuciones y afecta de manera desproporcionada a los afrobrasileños y a las personas que viven en las favelas.
Por otro lado, Bachelet también se refirió a una presunta persecución contra defensores de los derechos humanos. Aseguró que al menos ocho murieron en Brasil entre enero y junio de este año, la mayoría en litigios por propiedad.
Esta persecución, aseguró, viene de la mano con la explotación ilegal de recursos naturales, principalmente agrícolas, forestales y mineros. Lo que desencadena violencia que afecta, sobre todo, a las comunidades indígenas.
Dichas estas críticas, la respuesta de Bolsonaro a Bachelet no hicieron más que aumentar la tensión y abrir otro frente de conflicto. La noticia ha sido ampliamente comentada en Brasil por portales y noticieros. Algunos analistas sostienen que esto es solo un fiel reflejo de la política adoptada por el gobierno tanto a nivel interno como externo.
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