La Unión Europea acelerará su labor diplomática a favor de una solución a la crisis política en Venezuela, que lleva a cabo mediante el grupo de trabajo internacional que ha puesto en marcha, sin descartar la ampliación de las sanciones a autoridades venezolanas, responsables de violencia.
“Vamos a intensificar el trabajo sobre la vía política, preparando el terreno para que se celebren elecciones de forma libre y transparente lo antes posible”, señaló Federica Mogherini, alta representante de la UE para la Política Exterior, en una rueda de prensa al término de un consejo de ministros comunitarios.
Los diplomáticos europeos abordaron los progresos del grupo de contacto, que ha celebrado dos reuniones ministeriales y ha enviado varias misiones técnicas a Caracas, para hablar con todas las partes involucradas en el conflicto en el país.
Mogherini reconoció que el objetivo de unas elecciones presidenciales adelantadas todavía está lejano, dada la resistencia de Nicolás Maduro.
En lo que respecta al acceso de la ayuda humanitaria al país, otro de los puntos en los que trabaja el grupo de contacto, Mogherini consideró positivo y vital que agencias de la Organización de las Naciones Unidas y la Cruz Roja estén operando sobre el terreno.
La jefa de la diplomacia comunitaria señaló que el grupo de contacto no tiene fecha de caducidad, a pesar de que esta agrupación tiene un lapso de 90 días otorgado por la UE para trabajar. Posteriormente, indicó que a solo un mes de que concluya ese plazo está previsto que a mediados de mayo se revisen los resultados. “Decidiremos la vía que seguiremos, pero no es una experiencia limitada en el tiempo y tampoco es una cuenta atrás”, comentó.
Mogherini se refirió igualmente a la posibilidad de ampliar las sanciones a allegados a Maduro, una opción que la UE mantiene sobre la mesa. Recordó que las que tiene la UE en vigor con medidas restrictivas dirigidas contra personas concretas no afectan a los ciudadanos venezolanos.
Comentó que pueden actualizarse en las próximas semanas, en caso, por ejemplo, de un uso de la fuerza contra la población o de que se limite o dañe el uso de las instituciones democráticas.
“Nuestra preocupación primordial es la humanitaria y garantizar el bienestar de la población y recordar que hay un millón entre ellos de ciudadanos europeos”, expresó.
Josep Borrell, ministro de Relaciones Exteriores y Cooperación, se mostró convencido de que los Estados miembros de la UE tienen que graduar las sanciones en función de los acontecimientos.
“Está en el ánimo actuar con fuerza disuasoria en las sanciones, pero no estamos sancionando a los venezolanos, sino a sus responsables políticos”, enfatizó, en el sentido de que no se trata de “ahogar a Venezuela hasta que se rindan como un castillo medieval asediado”.
El ministro español confirmó que se estudian posibles nuevas sanciones: “Puede que haya más sanciones; se está estudiando la lista de posible personas afectadas”, señaló.
Borrell aseguró que a instancias de países como España y Portugal, la UE intentará acelerar los trabajos de su grupo de contacto.
“La Unión Europea tiene unos tiempos de trabajo bastante asincrónicos sobre la situación que hay en Venezuela”, comentó Borrel, quien agregó que “la petición de avanzar más rápido ha sido bien acogida”.
Indicó durante la última reunión ministerial del grupo de contacto, en el que, además de España, hay otros siete países de la UE y cuatro latinoamericanos y no había un sentimiento de urgencia entre los europeos sobre lo que está viviendo Venezuela.
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