Todos los expertos de la comisión técnica encargada de esclarecer la tragedia del avión ruso inspeccionaron hoy los fragmentos de la aeronave en el lugar del siniestro para luego comenzar con el análisis de las cajas negras. Integrada por expertos egipcios, rusos, alemanes, franceses e irlandeses, la comisión se reunió en la zona de Al Hasana, en la península egipcia del Sinaí, donde se estrelló el avión. El ministro egipcio de Aviación Civil, Hosam Kamal, informó de que se espera que concluya esta tarde las operaciones de búsqueda en el terreno y que a continuación comenzará el trabajo de investigación. Estas labores de investigación incluyen el análisis de todas las pruebas y de la información grabada en las cajas negras, precisó el ministro, según las declaraciones difundidas por la agencia oficial MENA. Se espera que el análisis de las cajas negras arroje luz sobre las confusas causas de la tragedia, que causó la muerte el pasado sábado a los 224 ocupantes del avión ruso. Al respecto, Kamal señaló que todas las especulaciones que se difunden sobre la causa de la tragedia son «prematuras y no se basan en hechos o pruebas concretas». El ministro también agregó que existe «una cooperación total» entre los integrantes de la comisión, que tiene «todas las herramientas para llevar a cabo la investigación». Los expertos franceses y alemanes acudieron en representación del fabricante Airbus, mientras que los irlandeses, que llegaron hoy, estuvieron presentes en la comisión porque el avión estaba registrado en Irlanda. El Airbus A-321 de la compañía rusa MetroJet (Kogalymavia) que cubría la ruta entre la ciudad egipcia de Sharm el Sheij y San Petersburgo, se destruyó en el aire 23 minutos después de despegar. La mayoría de los cadáveres ya han sido trasladados a Rusia. En esta jornada salió del aeropuerto de El Cairo un avión ruso con restos de víctimas mortales del accidente hallados lejos del lugar del suceso. Los directivos de MetroJet, que aseguran que el aparato de pasajeros se encontraba en perfectas condiciones técnicas, apuntaron ayer la posibilidad de una «acción mecánica exterior» como causa del siniestro. Por su parte, el director nacional de Inteligencia de EEUU, James Clapper, dijo ayer que en este momento no hay ninguna «evidencia directa» de terrorismo en la catástrofe aérea. Clapper sostuvo también que es «improbable» que el grupo yihadista Estado Islámico (EI), cuya filial egipcia reivindicó el derribo del avión, tenga capacidad para una operación de esta envergadura.
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