Una nueva generación de líderes políticos españoles competirá en los comicios legislativos del 28 de abril próximo al frente de equipos y candidaturas renovados con personas jóvenes o que participan en procesos electorales por vez primera, con la intención de convencer a los votantes más indecisos.
A la vista de las encuestas serán probablemente las elecciones más reñidas y de resultado más incierto de la democracia, luego del régimen militar franquista (1939-1975).
Y para hacerse más atractivas a la ciudadanía, las fuerzas políticas han refrescado cargos y listas electorales con más mujeres, dirigentes y candidatos jóvenes y otros «independientes» que proceden del periodismo, la empresa y la economía, la abogacía, el toreo o incluso las fuerzas armadas. Algunas voces, sin embargo, advierten de su inexperiencia legislativa.
Los jefes de los principales partidos que aspiran a gobernar -todos hombres- nacieron después de la dictadura o en sus últimos años, como el actual jefe del Ejecutivo, el socialista Pedro Sánchez (1972).
Los otros son Pablo Casado (1981), presidente del Partido Popular (PP); Pablo Iglesias (1978), secretario general de Podemos; Albert Rivera (1979), presidente de Ciudadanos. Y Santiago Abascal (1976), presidente de Vox, que conseguirá representación parlamentaria por vez primera, según todas las encuestas.
Por razones de edad (una media de 41 años), ninguno participó en la transición ni en la consolidación democráticas del último cuarto del siglo XX, sino que llegaron a la primera línea política en esta década.
Son titulados universitarios, hablan inglés, son activos en los medios de comunicación y las redes sociales, conocen mundo… Y todos, menos Casado, ya fueron candidatos a presidente del gobierno en las elecciones del año 2016, aunque su trayectoria política es dispar.
Sánchez sucedió a veteranos del Partido Socialista como los ex gobernantes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero; y Casado, a los conservadores José María Aznar y Mariano Rajoy, el último de la generación política anterior.
Nacido en el año 1955, Mariano Rajoy gobernó entre diciembre de 2011 y mayo de 2018, cuando el socialista Sánchez lo desalojó del gobierno al ganar una moción de censura parlamentaria.
Los otros dirigentes -Iglesias, Rivera y Abascal- fundaron los llamados «partidos nuevos» al calor de la crisis económica profunda que comenzó en el año 2008 (Podemos), para frenar al independentismo catalán (Ciudadanos) o como escisión del PP (Vox).
RENOVACIÓN OBLIGADA
En términos generales, los cambios de PP y PSOE se deben al «gran desgaste» que han sufrido, respectivamente, por la corrupción y por la «incapacidad» para gestionar el empleo y la economía cuando gobernaron anteriormente, lo que generó «enorme desconfianza» entre los votantes, explica a EFE María José Canel, catedrática de Comunicación Política de la Universidad Complutense de Madrid.
Un caso diferente, precisa la experta, es el de Podemos y la llamada «nueva política», que sube como la espuma (electoralmente) y como la espuma baja», según las encuestas, por «falta de coherencia» entre los mensajes políticos y los comportamientos de sus dirigentes.
Sobre la incorporación de candidatos famosos ajenos a la política profesional, Canel lo explica como «símbolos» y «golpes de efecto» de los partidos.
Pero también han cambiado los equipos. Por ejemplo, la portavoz parlamentaria socialistas Adriana Lastra nació en 1979; y el secretario general del PP, Teodoro García Egea, en 1985.
A ellos se unen los líderes juveniles del PP (Diego Gago, Nuevas Generaciones) y del PSOE (Omar Anguita, Juventudes Socialistas), que son candidatos en estas elecciones por vez primera.
La renovación de candidatos para estos comicios llega a 80% en el PP y el PSOE, según sus propios datos, pero hay analistas que lo atribuyen en parte a «purgas» internas de aquellos que no son adeptos a los nuevos líderes.
Gago (31 años) discrepa y argumenta a EFE que el cambio es un proceso «natural», que el PP ha vivido «con ilusión, energía y renovación de proyectos e ideas» para mirar al futuro con ambición.
Recuerda que los nuevos cargos ejecutivos del PP ya tenían responsabilidades anteriormente en el partido; entre los candidatos se mantienen personas de experiencia política y «buena gestión» y las listas se abren a personas de experiencia profesional «contrastada y dilatada», como Adolfo Suárez Illana (hijo del presidente del primer gobierno democrático) y el economista Daniel Lacalle.
Anguita (28 años) asegura que cada día hay más jóvenes comprometidos con la política. Y los partidos, «en renovación continua», se ven obligados a contar con ellos. «Es mucho más creíble jóvenes hablando de problemas y soluciones para la juventud que una persona, quizás, mayor», argumenta.
También niega purgas, pues la clave del PSOE, asegura, es la combinación de la «experiencia» parlamentaria e institucional de unos candidatos y el «empuje de los jóvenes».
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