Redes que ayudanIleana La Rosa, Aliadas en CadenaLa organización Aliadas en Cadena comenzó formalmente en 2006, pero Ileana La Rosa y su equipo trabajaban con mujeres de sectores populares desde el año 2000 mediante talleres sobre fortalecimiento personal; sin embargo, descubrió que la necesidad más urgente era que pudieran alcanzar la independencia económica. De allí surgió el programa Aliadas en Tecnología, que brinda herramientas tecnológicas y acompañamiento psicosocial. Además, cuentan con un programa de formación en emprendimiento en el que, a través de 13 sesiones, las participantes pueden fortalecer su idea de negocio. Lo más enriquecedor, de acuerdo con La Rosa, es el efecto multiplicador de esta red de apoyo: «Hasta ahora, 20.420 mujeres han pasado por nuestras aulas, pero la condición multiplicadora de cada una hace que los conocimientos que impartimos lleguen a 5 personas más, que se benefician indirectamente de este proceso de aprendizaje». Si bien es cierto que la mayoría de los emprendimientos están orientados a áreas como la gastronomía y la moda, se han abierto otros segmentos de atención. «Lo que hemos visto es que al principio se trataba de mujeres muy pobres, pero ahora también tenemos a profesionales y mujeres de clase media que perdieron sus empleos o que necesitan herramientas para llevar a cabo su idea de negocio. Muchos de esos emprendimientos son tradicionales, como los del área de servicios, alimentos y confección de ropa y accesorios, pero ahora hay más mujeres involucradas en plomería, electricidad y mantenimiento de computadoras». A todas las egresadas del programa se les ofrece ser parte de la red de emprendedoras, así como la posibilidad de agremiarse: «Buscamos que la independencia económica las lleve a la independencia emocional. Que vean el futuro con optimismo, deseos de cambio, coraje y un proyecto de vida».Para más información sobre la labor y programas de Aliadas en Cadena, visitar www.aliadasencadena.org y @aliadasencadena en TwitterContra la violenciaCristina Conti, Fundación Nueva Mujer MargaritaEl trabajo como prefecta en el estado Nueva Esparta la llevó a conocer múltiples casos de violencia contra la mujer. De allí surgió en 2009 la idea de crear una organización no gubernamental que pudiera ofrecer contención psicológica a las víctimas y los agresores, así como también trabajar en materia de prevención. Con el pasar del tiempo los objetivos de la fundación evolucionaron hasta crear alianzas con entes públicos y privados para ofrecer formación en materia de liderazgo y emprendimiento. «No solo es tratar a la mujer víctima de violencia, sino acompañarla en el proceso posterior. Cuando llegan a la fundación se les hace un triaje para determinar si efectivamente es violencia contra la mujer, luego reciben asesoría jurídica, psicológica y psiquiátrica, si el caso lo amerita. Posteriormente se incorporan a nuestro programa de alianzas y asisten a los talleres y cursos para convertirse en microempresarias».Hasta ahora 1.100 mujeres se han insertado en los programas con resultados satisfactorios: «Uno de los casos es el de una muchacha que llegó después de una separación muy fuerte y de haber sido víctima de violencia. El agresor la sacó de su casa, quedó en la calle. Entró al programa de rehabilitación, asistió a las terapias y poco a poco se fue recuperando. Hoy en día tiene su propia empresa de dulces». Entre los planes de la fundación está brindar herramientas académicas para ayudar al proceso de formación de las futuras emprendedoras. «Queremos hacer alianzas con institutos educativos para darles recursos que eviten que caigan en situación de vulnerabilidad».Para más información sobre la organización, visitar en Facebook Fundación Nueva Mujer Margarita y @NuevaMujerMargarita en InstagramEnseñar a crecerEloísa Valles, Así se EmprendeEjerció su profesión como comunicadora social, pero le atraía más la idea de ser emprendedora. Montó un restaurante junto a un par de socios, pero todo salió mal. Tanto, que terminó sin socios, sin negocio y sin dinero. En ese período de incertidumbre posterior comenzó a escribir un blog sobre su experiencia, que la llevó a descubrir la necesidad de formarse para convertir una idea de negocio en un logro. También se ocupó de hacer todos los trámites legales para levantar otro proyecto. En el proceso descubrió su verdadera vocación: enseñar a otras mujeres a emprender con éxito. De allí surgió Así se Emprende, organización que provee herramientas para acometer una empresa a través de cursos y talleres, presenciales y online, así como eventos, conversatorios y asesorías personalizadas en el área legal, de mercadeo y redes, de modelo de negocio, coaching, web y administración y finanzas. «Cuando cerré el restaurante me deprimí, había fracasado, no tenía dinero. Pero hice un análisis de lo que salió mal y descubrí que me faltó confianza en mí misma y formación en el área de negocios. Comencé a asistir a todos los cursos gratuitos que encontré e hice una estructura de empresa dirigida a las mujeres que, al igual que yo, tenían una idea y querían llevarla a cabo. El público objetivo de Así se Emprende son todas las que están en esa transición del «quiero hacer algo, pero no sé cómo hacerlo o me da miedo». La empresa de capacitación de Valles tiene 3 años de fundada y hasta 2015 han apoyado a más de 3000 mujeres para convertir sus proyectos en realidad; también a algunos hombres que se han acercado por las mismas razones.En el futuro, Valles ambiciona que su empresa se convierta en una aceleradora de emprendimientos femeninos y que su mensaje motivacional llegue a otros países: «Sé que son metas muy ambiciosas, pero cada día hacemos algo que nos acerca un poquito más a nuestros objetivos».Para más información sobre las actividades de Así se Emprende, visitar www.asiseemprende.com o @asiseemprendeChocolates que motivanCuando Alejandro Marius se apareció con un morral ante el párroco de Bailadores, su propuesta parecía bastante excéntrica: quería incorporar a mujeres en el oficio de la chocolatería en una zona en la que se cosechaban hortalizas. Sin embargo, el optimismo de Marius y el entusiasmo del padre Eduar Molina lo hicieron posible en 2014. Trabajo y Persona, la organización fundada por Marius en 2009, ya tenía experiencia ayudando a mujeres de escasos recursos a convertirse en emprendedoras del chocolate o la peluquería, además de implementar programas de formación en mecánica y mueblería. «Soy ingeniero en electrónica y trabajaba en una multinacional italiana. Viajaba mucho, estaba muy bien remunerado, pero sentía que me faltaba algo. Comencé a preguntarme qué significaba ser un buen padre, un buen esposo y un buen ciudadano y supe que era el momento de emprender en algo social». Las alianzas con una marca de productos capilares, otra de automóviles y una de tableros de madera son las que le han permitido llevar a cabo estos programas, que permiten que hombres y mujeres puedan emprender a través del aprendizaje de un oficio. En el caso de las Emprendedoras del Chocolate llevan cinco años transmitiendo conocimientos sobre la bombonería y cómo hacer de ello un negocio sustentable. Marius relata el caso de una agricultora que recibió la formación, abrió una empresa junto a un pariente que cosecha cacao en Paria y hace poco una de sus tabletas fue premiada en un concurso en París. Mientras que en el programa Emprendedoras de la Belleza hay el caso de una madre de seis hijos que se formó en peluquería, convirtió su casa en salón de belleza, y ahora atiende a su comunidad en el hogar y a domicilio: «Queremos demostrar que la capacidad para el trabajo puede ser sostenible. Que la parte educativa y productiva se pueden complementar».Convertir su propuesta en una política pública es uno de los sueños del fundador de Trabajo y Persona. Mientras tanto, sigue trabajando con sus colaboradores y aliados para ayudar a otros a mejorar sus vidas.Más información de Trabajo y Persona en www.trabajoypersona.org y en @TrabajoyPersona en Twitter
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