Cuando queremos empezar a tomar vino, nos parece muy difícil; nos hacemos preguntas típicas como: por dónde iniciar?, de qué países?, de qué zonas?, de qué cepas?, blanco, rosado o tinto?; es totalmente normal. Realmente no es difícil iniciarse, lo difícil es saber de vinos; para ello hay que “sacrificarse” y probar con moderación, todos los vinos que podamos, para disfrutarlos, percibir sus bondades, así como adquirir un buen entrenamiento de nuestros sentidos en el tiempo.
Es ideal empezar realizando un buen curso para iniciarse en el mundo del vino; en Caracas, Valencia, Barquisimeto, Carora y Maracaibo, Bodegas Pomar, a través del Club Pomar, tiene un excelente programa de divulgación de la cultura del vino, desde un nivel básico hasta niveles avanzados.
Les recomiendo no quedarse con los vinos de un solo país, una sola zona o una cepa en particular; entremos al mundo del vino, probando muchos de ellos, recordando siempre que el vino se entiende desde la copa, apreciándolo con nuestros sentidos y por supuesto disfrutándolo.
Para no sufrir un choque con las primeras copas de vino, lo ideal es empezar por vinos blancos suaves, ligeramente dulces y también con algo de gas como los frizzantes, así podemos aprender sobre finos aromas, suaves estructuras y alta acidez. Luego es conveniente seguir con rosados abocados y dulces, para sentir aromas más fuertes, suaves taninos y vinos de menor acidez, antes de entrar en los tintos.
Es importante aclarar que el vino no sustituye a otras bebidas alcohólicas como la cerveza y a clásicos destilados como el cocuy, el ron o el whisky. El vino es una bebida mayormente usada para acompañar los alimentos, porque potencia su sabor sin llegar a taparlo, produciéndose la alianza perfecta desde el punto de vista de placer y salud.
Para iniciarnos en el consumo de vino, empecemos a combinarlos con las comidas. Las cremas, pastas con salsas blancas, quesos suaves, pescados y mariscos, combinan con vinos blancos secos y abocados; comida asiática, de sabores exóticos, con vinos rosados ligeramente dulces. Pizzas y pastas con salsas rojas, podemos maridarlas con tintos jóvenes de cuerpo medio; quesos fuertes madurados y carnes rojas, chorizos y morcillas, todos a la brasa, así como embutidos, fiambres y platos elaborados en general, todos combinan muy bien con tintos de buen cuerpo jóvenes y también de crianza en barrica. ¡Salud y buen provecho!
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