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Un circo se presenta como la metáfora de un país huérfano

El hijo del presidente. Circo familiar, escrita por Lupe Gehrenbek y dirigida por Gabriel Agüero, es un espejo de la crisis venezolana

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Un contorsionista, una equilibrista, una mujer barbuda, una taquillera y un payaso que hasta ahora creía que era huérfano, pero que podría ser hijo de un poderoso. Y un espectáculo mal administrado. El hijo del presidente. Circo familiar muestra las discusiones de esta peculiar agrupación artística en el backstage de la carpa, en la que se acostumbraron a los aplausos y a los vítores.

El texto de Lupe Gehrenbek, que se presenta en la Sala Cabrujas desde ayer, es dirigido por Gabriel Agüero. Se antoja como una alegoría de las realidades de una nación en crisis, huérfana y llena de personas que no se reconocen entre sí, pero que se juntan para llenar ausencias y descubrir, entre otras cosas, qué sucede con las ganancias de su circo.

“Es importante destacar que es una metáfora del país en el que hay una ausencia de padre que se busca desesperadamente”, dice Agüero. “Esta obra es un grito desesperado para que las distancias entre nosotros se acorten, para tumbar barreras”, agrega.

Hacer teatro en una coyuntura como la que vive Venezuela es un reto, indica el director. “Y más a unas cuadras del sitio donde hace unos días una tanqueta atropelló a unos manifestantes. Más allá de la crítica al país olvidado, a través de un circo que siempre es muy nostálgico, tiene que ver con el hecho de que el teatro siempre es un lugar de encuentro al que la gente va a escucharse”, añade.

El elenco está integrado por Verónica Arellano, Carolina Torres, Abraham Castillo, Martín Moreno y Mercedes Barrios. Entre los temas que se abordan están el embarazo adolescente, el abandono familiar, las dificultades de las relaciones, la intolerancia y la corrupción. La pieza es, entonces, un espejo de la crisis venezolana.

La música es compuesta e interpretada en vivo por Andrés Barrios y Bartolomé Díaz.Participan en el montaje Shakti Maal como asistente de dirección, Edmundo Bianchi en el diseño gráfico, Ángel Pájaro en la iluminación, Alfredo Correia en la escenografía, Marisol Martínez en el diseño vestuario, Ernesto Alves “Tirro Plomo” con el número de circo y Santiago Salina en la producción de campo.

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