Su oficina está a poca distancia del lugar donde este martes la crisis venezolana escribió su penúltimo capítulo con enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y partidarios de la oposición.
María Corina Machado, líder del partido Vente Venezuela y durante años uno de los rostros más reconocibles del antichavismo, está acostumbrada a estos escenarios.
De ello dan fe las fotografías de ella en diferentes marchas de protesta en contra de Nicolás Maduro.
Ella, defensora de la presión en la calle, sale en muchas y esta misma semana fue una de las que salió para exigir la salida del presidente.
Para muchos simpatizantes del oficialismo, Machado representa el ala dura de la «ultraderecha terrorista», como la retórica oficial suele referirse a los partidos de oposición.
Después de un tiempo en el que parecía haber perdido protagonismo, en plena tormenta política venezolana Machado reclama una intervención extranjera como la única vía para poner fin a lo que califica como la «tiranía» de Maduro.
Niega fallos en la estrategia de la oposición que lidera Juan Guaidó, con el que coincide en su apuesta: incrementar la presión.
Machado conversó con BBC Mundo en Caracas.
Una vez más, esa fase definitiva de la usurpación de la que hablaba Juan Guaidó el martes resultó no ser tan definitiva, ¿se le está acabando el crédito?
Lo importante, además de la confianza y legitimidad que tiene Juan Guaidó, es el espíritu indoblegable que hay en los venezolanos y es importante que el mundo sepa esto. No vamos a permitir la destrucción de Venezuela, no hay vuelta atrás. Los venezolanos estamos decididos a derrotar no a una dictadura, porque esta no es una dictadura convencional, sino a un Estado criminal que se propuso acabar con la nación, y la única manera de sacarlo del poder es aplicando toda la fuerza cívica interna y a nivel internacional para provocar una ruptura.
Juan Guaidó es reconocido como jefe de Estado de Venezuela por medio centenar de países| AFP
Pero esta es una escena que ya hemos visto: la oposición ya ha prometido muchas veces que el cambio era inminente.
Si esto fuera una dictadura convencional, habría caído hace mucho tiempo. Yo creo que uno de los hallazgos de las últimas horas es entender que esto no es solo un tema de militares corruptos, sino que aquí estamos hablando de mafias que incluyen desde la guerrilla colombiana, los carteles de la droga hasta el terrorismo islámico.
Todos están vinculados soportando a un régimen y a un Maduro que está muy, muy débil, con un respaldo minúsculo de la población y unas fuerzas armadas claramente fracturadas. Lo que hoy mantiene a Maduro son fuerzas fundamentalmente extranjeras que están ocupando Venezuela. Por eso las democracias occidentales tienen que entender que un régimen criminal solo saldrá del poder ante la amenaza creíble, inminente y severa del uso de la fuerza.
¿Estaría entonces dispuesta a pagar el precio de una intervención militar extranjera en Venezuela con tal de sacar a Maduro del poder?
En primer lugar, ¿de qué tipo de intervención militar me habla?
Todo el mundo sabe lo que implica una intervención militar.
Lo que es una ocupación internacional, extranjera y paramilitar es lo que hay hoy en Venezuela. Más de la mitad del territorio nacional está ocupado por grupos de la guerrilla colombiana que están masacrando sectores de la población…
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que algunos de los escenarios que contemplaba su gobierno eran muy duros.
Muy duro es lo que vivimos los venezolanos hoy. ¿Tiene idea de cuántos venezolanos mueren hoy de hambre, por falta de medicinas, a causa de la represión y de los crímenes de lesa humanidad que comete Maduro?
Lo que nosotros estamos pidiendo al mundo es el ejercicio de un principio aceptado en las Naciones Unidas, que es la responsabilidad de proteger. En Venezuela tiene lugar un genocidio que ya no es silencioso, que nadie puede negar ni menospreciar y la comunidad internacional tiene la responsabilidad de proteger junto a los venezolanos civiles y militares que estamos decididos a avanzar y llevar el liderazgo. Ahora, le repito, si la amenaza no es real, el régimen no va a ceder.
Ustedes llevan tiempo asegurando que los militares no están con Maduro, pero, salvo contadas excepciones, una y otra vez reafirman su lealtad hacia él. ¿Está la oposición diciéndole la verdad al pueblo venezolano?
El pueblo venezolano sabe, porque la fuerza armada es parte de él, lo que está ocurriendo dentro de la institución militar. Está en proceso de disolución, eso es verdad. Primero Chávez y luego Maduro entendieron que un cuerpo orgánico, institucional y profesional jamás habría entregado la soberanía venezolana al régimen cubano y al crimen organizado internacional, por lo que favorecieron la disolución de esos ciudadanos militares, oficiales y soldados, que en su inmensa mayoría están pasando hambre y trabajo igual que el resto.
Se oponen con fuerza a este régimen igual que el pueblo. No así el Alto Mando, el Alto Mando son narcogenerales, parte de una mafia, y entienden el costo de salir de la mafia. Lo que hemos visto en las últimas horas es una Fuerza Armada limitada en su posibilidad de acción. De allí la necesidad de un planteamiento firme, de una coalición democrática internacional que eleve más el costo de que esa Fuerza Armada continúe sin movilización.
Pero ustedes llevan tiempo anunciando que los militares están a punto de cambiar de bando.
Esto no se trata de los militares nada más, son mafiosos y criminales de toda naturaleza que están rodeando y conformando el régimen. Es un problema más complejo que los incentivos que tradicionalmente funcionarían frente a una dictadura convencional.
Por eso, hay que pasar a una nueva fase, y a la construcción de una amenaza real de la aplicación del principio de responsabilidad de proteger y su contraparte interna, la activación del artículo 187 numeral 11 de la Constitución, que da el marco legal y la legitimidad para una acción de paz humanitaria que detenga el horror que hoy vive Venezuela.
¿Y eso que pide es posible sin que haya muertos?
Los muertos ocurren todos los días y los está provocando Maduro. El error es caer en el chantaje del régimen, que amenazó con que el apoyo internacional en el plano humanitario generaría muertos. He escuchado decir que en Venezuela hay riesgo de una guerra civil. Si algo no hay en Venezuela, son tensiones ideológicas. Este es un país profundamente cohesionado.
¿De verdad me dice que no hay división política en Venezuela? ¿La Venezuela chavista no existe?
Es absolutamente minoritaria y está aterrorizada. Le aseguro que ese grupo minúsculo que se ha mantenido cohesionado no quiere saber nada de Maduro.
Nicolás Maduro se ha mostrado acompañado de militares y asegura que tiene su respaldo| EPA
Leopoldo López llamó a unas protestas en las que han muerto manifestantes, pero él está refugiado en la residencia del embajador de España. ¿Cómo explica ese contraste?
Enfrentar el narco-régimen es inmensamente riesgoso para todos. Para quienes asisten como ciudadanos y para quienes convocan como dirigentes. El precio de la libertad hoy en día en Venezuela implica llamar las cosas por su nombre. Cada día que pasa Maduro en el poder no se mide en horas o minutos, sino en muertos. En Venezuela hay un conflicto no convencional y, frente a una tiranía de esta naturaleza, los errores políticos se pagan con muertos.
La oposición llamó a protestas en 2014, en 2017 y ahora en 2019. Y, después de muchos muertos, Nicolás Maduro sigue en el poder. ¿No ha llegado el momento de cambiar de estrategia?
Muchos años nos han dicho que la alternativa era la sumisión a Nicolás Maduro o la muerte, o violencia o entrega. Eso es falso. La única opción es la libertad.
Eso suena un poco a consigna…
Y lo que usted me dice suena a chantaje. Cada año que Maduro permanece en el poder son más de 30.000 o 40.000 venezolanos asesinados. Mire, en estos años se ha intentado todo. La sociedad venezolana ha participado en procesos electorales una y otra vez en los que hubo un fraude total. Hubo cinco sesiones de diálogo, en los que el régimen se llegó a burlar del Papa Francisco y del Vaticano. Es evidente que no va a ceder el poder sino ante la amenaza real de una fuerza superior a la que ellos aplican para matar y destruir a Venezuela.
A estas alturas, ¿es aún creíble la amenaza de una intervención militar extranjera?
No. Si lo fuera, ya hubieran cedido. E insisto, es una intervención humanitaria. Lo repito mil veces. La intervención y ocupación paramilitar de las fuerzas oscuras ya existe. Los venezolanos tenemos 20 años luchando solos contra ellos. Cuando lo advertimos nos dijeron radicales, extremistas, impacientes. ¿Cuántos cientos de miles de muertos ha habido? Yo entiendo que algunos dicen que los tiempos de la comunidad internacional no son los tiempos de Venezuela. Los tiempos de los venezolanos son los del hambre.
Machado ha dejado en los últimos meses su protagonismo en la oposición de Venezuela| GETTY IMAGES
Da la impresión de que ustedes están colocando la solución de los problemas de Venezuela fuera de Venezuela.
¿Es un tema solo de venezolanos? Cuando la guerrilla del ELN y las FARC están ocupando medio territorio, cuando el cártel de Sinaloa está instalado en la Sierra de Perijá, cuando hay campamentos de Hamás y Hezbolá en territorio venezolano, cuando las mafias del mundo entero se están apropiando de los recursos de los venezolanos para financiar sus proyectos aquí y afuera.
¿Es de verdad Venezuela hoy un territorio en el que se está dando un conflicto entre venezolanos? No se equivoquen, este es un conflicto transnacional. Este proyecto instalado en Venezuela tiene vocación expansionista y su próxima víctima es Colombia, pronto. Y después Centroamérica, el Caribe y el Sur.
¿No es necesario hablar con el gobierno? ¿Se puede construir el futuro de Venezuela sin hablar con los chavistas?
Con el pueblo chavista, los brazos abiertos. Al fin y al cabo son venezolanos, algunos han sido engañados, otros desilusionados, pero son venezolanos. En la reconstrucción y unión del país tiene que convivir una pluralidad de ideas y de ideologías, y de movimientos políticos siempre y cuando sean democráticos.
Quienes han cometido delitos de lesa humanidad, quienes han mandado a asesinar, quienes han robado el dinero de la comida y las medicinas, lo que les ofrecemos es justicia, no impunidad.
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