El cariz que tomaron las elecciones británicas, con un resultado más apretado de lo previsto, preocupa a la Unión Europea que teme el impacto de una falta de mayoría absoluta en el Reino Unido en las negociaciones del brexit, gane quien gane.
La amenaza de ver fracasar los acuerdos de divorcio centra la atención de Bruselas, que en un primer momento celebró la convocatoria de estos comicios anticipados, ya que podía conducir a un liderazgo fuerte en Londres, capaz de hacer concesiones durante el brexit.
Estas concesiones podrían abarcar el espinoso punto de la factura que deberá pagar Londres con su marcha, que según los cálculos sería de entre 50.000 millones y 100.000 millones de euros, y los derechos de los ciudadanos europeos en Reino Unido.
Cuando la primera ministra conservadora Theresa May convocó en abril los comicios anticipados, gozaba de 20 puntos de ventaja, pero su rival, el laborista Jeremy Corbin, consiguió reducirla a un punto tras la campaña electoral, de acuerdo con una encuesta reciente.
Aunque muchos en Bruselas confían todavía en la continuidad de May al frente del gobierno británico, temen que si registra una débil mayoría, el ala euroescéptica de su Partido Conservador gane peso y presione para un brexit duro, una marcha sin acuerdo con sus socios.
“Una falta de acuerdo es posible”, reconoció a la AFP una fuente europea, que considera también probable un choque tras el inicio formal de las negociaciones del brexit, que los europeos esperan comenzar el 19 de junio, unos días después de los comicios británicos.
Anticipadas. May, que gozaba de una ventaja de unos 20 puntos porcentuales cuando llamó a las urnas, aspira a ampliar su mayoría parlamentaria, actualmente de 17 diputados (tiene un total de 330) en una Cámara de los Comunes con 650 escaños. Algunos sondeos indican que, en contra de su objetivo, podría perder terreno.
Un total de 46,9 millones de ciudadanos están censados para participar en estos comicios anticipados.
El inesperado avance de su rival laborista, Jeremy Corbyn, sugiere que los conservadores podrían reducir o incluso perder su mayoría, lo que desembocaría en un Parlamento colgado o bloqueado -sin ganador por mayoría absoluta- y obligaría a los pactos parlamentarios.
Corbyn, con una amplia base militante pero cuestionado por su grupo parlamentario, vería refrendado su proyecto socialdemócrata si logra aumentar el porcentaje de voto del 30,4% o los 229 escaños que obtuvieron los laboristas en las elecciones de 2015.
Una encuesta difundida por la firma demoscópica Opinium otorga la victoria a los conservadores con 43% del voto, frente al 36% de los laboristas, pero otras publicadas en los últimos días indicaban que la distancia entre los dos grandes partidos se ha acortado hasta casi el empate.
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