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Vasili Kandinski

El padre del abstraccionismo, olvidado por la burocracia en su país natal. Serie “Hechos y personajes de la revolución rusa en su centenario (7 de noviembre de 1917 - 2017)”. Parte XX

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Nació en Moscú en diciembre de 1866 en el seno de una familia rica. Estudió Leyes en la Universidad de Moscú y fue profesor en la Facultad de Derecho. Pero, bullía en su mente la vocación por la pintura. Una exposición en Moscú en 1895, de los pintores impresionistas franceses, le causó enorme impresión, sobre todo un cuadro de Claude Monet. Recordando el episodio, escribió:

“Y de pronto, por primera vez, vi un cuadro, leí en el catálogo que se trataba de un montón de heno, pero no podía reconocerlo (…). Me di cuenta de que faltaba el objeto del cuadro (…). Lo que tenía perfectamente presente era la insospechada y hasta entonces oculta fuerza de la paleta”.

En lo adelante, tomó el rumbo de las artes plásticas. No había terminado el siglo XIX cuando viaja a Alemania, Suiza, Francia y adquiere fama. Sus cuadros inauguran una nueva etapa en el arte, el abstraccionismo, y él mismo echa los fundamentos de la nueva escuela en su libro De lo espiritual en el arte.

Estalla la Gran Guerra en 1914, y Kandinski quiere volver a su patria. Cumple su deseo a fines de noviembre, y viaja desde el lago Constanza donde vivía siguiendo la ruta de los Balcanes, se detiene en Odessa y pernocta durante una semana en la casa de su madre. Sigue rumbo a Moscú. En 1915 participa en una exposición junto con Vladimir Tatlin, Kazimir Malevich, Mijaíl Larionov, Natalia Goncharova y otros. En su casa en Moscú aloja durante un tiempo a sus colegas de arte Alexander Rodchenko y Varvara Stepanova. Viaja por corto tiempo a Copenhague, y monta, en 1916, una exposición individual en la galería Gummerson de Estocolmo. En febrero de 1917, ya en Moscú, contrae matrimonio con su tercera mujer, la joven Nina Andreevskaya, hija, según algunos, de un oficial zarista, y en septiembre tienen un hijo, Volodia, que muere en 1920. En 1918 es creada la Sección de Artes Visuales del Comisariado del Pueblo para la Educación, y Kandinski es llamado a participar. Lo hace con entusiasmo, y llega a ser director de la sección de teatro y cine, y es uno de los directores de los Estudios de Arte Libre (Svomas). Establece buenos contactos con artistas alemanes y con el arquitecto Walter Gropius (1883-1969), fundador de la Escuela de la Bauhaus. Le publican, traducido al ruso, su libro de memorias Mirando hacia atrás (Looking Back). Pero, sus propiedades en Moscú son embargadas por el Estado. En 1919 es creado el Museo de Cultura Pictórica, y Kandinski y Rodchenko serán los encargados de las compras y distribución de las obras de arte contemporáneo en 22 museos provinciales de toda Rusia.

En mayo de 1920, Kandinski asume la jefatura del Nuevo Instituto de Cultura Artística (Injuk), que llega a ser el centro de la investigación y enseñanza del nuevo arte, y como sede de los suprematistas y constructivistas. En el Primer Congreso de toda Rusia de los dirigentes de los Colegios de Arte del Comisariado del Pueblo para la Educación, el programa de enseñanza redactado por Kandinski es muy criticado por los delegados jóvenes que están a favor de un arte orientado hacia la producción. A fines de ese año, Kandinski deja el Injuk. En la 19ª exposición del Comité Central de Exposiciones de Rusia, Kandinski participa con 54 obras. Las obras más características de este período suyo son “Amazona”, “Amazona en las montañas”, “Crepúsculo”, “El peine azul”, y “La Plaza Roja”. Esta última es el símbolo de la ciudad que está al borde de una nueva época.

En 1921 es uno de los fundadores y vicepresidente de la Academia Rusa de las Ciencias del Arte (RAJN). Pero, en diciembre, vapuleado por las críticas provenientes del Gobierno y de muchos de sus colegas, acepta una invitación de Walter Gropius para ser profesor en la Bauhaus, y deja Rusia para no volver jamás. En la Bauhaus, sienta cátedra magistral y su nombre adquiere mayor resonancia universal. De todos modos, hay quienes no lo entienden. Iliá Ehrenburg, en sus memorias, relata que en la casa del pintor Kandinski, en Dessau, sede de la Bauhaus, había “varias concesiones” al arte: iconos de Novgorov, paisajes del aduanero Rouseeau, un volumen de Lérmontov, y agrega que uno de los alumnos le dijo: “Kandinski es una mente confusa y medio conservador”. Y en 1937, en la Alemania Nazi se exhibieron unas obras de Kandinski como muestra de “arte degenerado”.

Tuvo que llegar el tiempo de la Perestroika para que en 1989, ya agonizando el Estado Soviético, fueran exhibidas en Moscú las obras de Kandinski. Fueron casi 70 años de censura.

La muestra, un conjunto de más de 200 obras (pintura, gráfica y artes aplicadas) pertenecientes a colecciones soviéticas y occidentales, fue inaugurada el 28 de abril en los locales provisionales de la galería Tetriakov, de Moscú, y estuvo abierta al público hasta el 11 de junio para continuar después su gira por el Museo Ruso de Leningrado y la República Federal de Alemania.

El olvido de Kandinski en la URSS era posible por la ausencia total de publicaciones monográficas sobre él. Especialistas en arte soviético contemporáneo aseguraron que el catálogo de la exposición, que tuvo una tirada de 10.000 ejemplares, fue la primera obra soviética dedicada a Kandinski.

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Fuentes consultadas

Kandinski, Rusopedia, Internet.

El País, 7/5/1989.

Gente, años, vida (Memorias 1891-1967). Iliá Ehrenburg. Barcelona: Editorial Acantilado, 2014.

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