Es una de las mejores actrices interpretando a una mala, sin duda alguna. Aracely Arámbula ha consolidado su ya larga carrera a punta de escoger papeles de carácter. Sufrió, literalmente, cuando le tocó hacer de Lucía Durán, la protagonista de la adaptación del clásico de Víctor Hugo, Los miserables.
“Fue un compromiso muy fuerte e importante para mí, así como para la escritora, la productora y toda la gente que fue parte de ese gran proyecto”, afirma.
En todos sus trabajos recientes –Los miserables, La patrona y La doña– encontró afinidad con Venezuela. Las dos primeras fueron adaptaciones escritas por Valentina Párraga y la última es una versión de Doña Bárbara de Rómulo Gallegos. Confiesa que le duele y le preocupa la situación que vive el país.
En una conferencia telefónica con varios medios latinoamericanos, la actriz apenas se refiere a su ex esposo, el cantante Luis Miguel.
—La televisión ha cambiado. Ya no muestra tanto a mujeres débiles, sino fuertes que deben enfrentar situaciones complejas.
—Sí, la televisión había durado bastante tiempo con ese mismo formato de la cenicienta y el príncipe azul, que no existe en la vida real. Lo mejor ahora es que puedes hacer un dramático como La doña, que habla precisamente de temas actuales como las redes sociales y la violencia contra la mujer. Esta historia es un clásico de Rómulo Gallegos, pero estamos tocando asuntos con los cuales vivimos día a día.
—En las últimas tres telenovelas ha interpretado personajes con mucho carácter.
—La verdad es que he tenido la oportunidad de realizar personajes muy fuertes. A mí me halaga que me hayan considerado para ellos. Siempre me han atraído muchísimo. Mis favoritos son los de La patrona y La doña. Esta última me gustó porque toca temas actuales y para el de La patrona tuve hasta que aprender sobre defensa personal. Todas estas cosas son las que alimentan a tu personaje y te hacen estar más preparada. Y si me preguntan qué prefiero, me gusta ser una heroína como la Mujer Maravilla (risas).
—Los miserables hace énfasis en la actualidad latinoamericana. ¿Quiénes son ellos en la sociedad?
—De alguna manera a todos nos toca este tema de la política, con el gobierno y con las cosas que vivimos día a día. Siento que en el mundo se registran hechos muy desafortunados. Por ejemplo, nuestros hermanos en Venezuela afrontan situaciones tan complejas como los personajes de Los miserables. A todos ellos quiero enviarles un mensaje de paz y amor, en especial a mi gran amigo Carlos Villegas, el director de La doña, y a mis compañeros. Todos sufrimos a diario viendo las noticias sobre Venezuela. Lo que más desearía es que vivan como todos los seres humanos lo merecen, en un país mejor, con un gobierno que los beneficie.
—¿Hay similitudes entre Lucía Durán y la mujer latina?
—La mujer latina es fuerte y Lucía es un personaje muy sufrido. Yo prefiero el de La doña, que también sufrió pero lo demuestra de otra manera. A mí me gusta más interpretar roles fuertes, en los que el personaje tenga carácter. Quizás el mensaje de Los miserables es que las mujeres tienen que luchar y no permitir que pasen sobre ellas. Yo creo que la latinoamericana está cambiando, necesitamos que alce la voz, que denuncie, que no permita la violencia de género y los abusos en su contra.
—Protagonizó La patrona, Los miserables y después La doña. Es una de las actrices mexicanas con más proyección.
—Para mí es un honor y un privilegio continuar haciendo estas historias. Cada vez hay proyectos más interesantes y fuertes. Estoy muy feliz de ser mexicana y me siento muy honrada de que me permitan estar por todo el mundo, de representar a mi país. Soy una actriz muy apasionada y lo que quiero es transmitir ese amor que recibimos.
—Ha desarrollado una carrera muy importante a la par de la maternidad, que ha dicho es algo central en su vida. Hace poco publicó un video de su hijo que se hizo viral. ¿Qué piensa de la reacción que generó?
—Me siento muy orgullosa de todas las actividades que realizan mis hijos. No solamente se les da cantar, también les gusta cocinar porque tienen un taller de eso en la escuela. Como madre, estoy enamoradísima, les aplaudo y trato de premiarlos. La verdad es que mi intención era grabarlo sin que me viera. Fueron unos segunditos y no pensé que iba a recibir tanto apoyo. Bueno, claro, su padre es un gran cantante y la gente de alguna manera dice: “Son igualitos, cantan como su papá”.
—¿Y si alguno de sus hijos decide dedicarse a la actuación o al canto?
—Los dos son muy entonados, pero a uno le gusta jugar más fútbol. Daniel agarra el micrófono y no lo suelta, ya no podemos cantar más en la fiesta. Él dice que va a ser cantante, trae la música y el arte en las venas, está en clases de guitarra y piano. Realmente está muy chiquito y no quisiera que tuviera una gran responsabilidad desde ahora. También le gusta actuar, se sabe los textos de las caricaturas. Es como una combinación de actor y cantante, pero ahorita quiero que tenga las actividades normales de un niño.
—¿Qué le falta por hacer?
—Yo creo que lo que no he hecho, por alguna razón o por otra, es porque he estado trabajando mucho en televisión y en teatro. Cuando no estoy en una cosa, estoy en la otra. Creo que lo que me falta por hacer es cine. Me encantaría, además de seguir participando en producciones de todo tipo. Me gustaría producir algo también, ¿por qué no?
Los miserables
Telemundo Internacional
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