En Barinas – Posada Doña Bárbara
Atómica la posada Doña Bárbara, en 3.000 hectáreas de finca, una casona preciosa de corredores y patio de piedra, 19 habitaciones inmensas y cómodas con aire acondicionado, tv y agua caliente, la piscina buenísima, una laguna gigante con botes de pedal y canoas, canchas deportivas, salón de juegos, bolas criollas y paseos en bicicleta, a caballo y en camiones. Muy completa y bien atendida. Me encanta el spa silvestre.
Para ir: carretera San Silvestre, San Rafael de Canaguá, Fundo Araguaney.
Teléfonos: 0251 935 0722 / 0273 511 2364
Email: [email protected]
En la web: www.posadadonabarbara.com
Instagram: @posadadonabarbara
En Aragua – Volar en parapente
Marisabel Nouel y Orlando Leyton ofrecen múltiples alternativas para que vivan la experiencia de volar en parapente: curso de iniciación, básico, de progresión y vuelos tandem, en los que te lanzas a los cielos con un experto. Acabamos de volar con ellos. La casita desde donde despegan es una belleza, tiene un salón con una vista hermosa para que los acompañantes disfruten y hasta les provoque lanzarse. Hay baños impecables y muebles de madera inmensos con cojines muy sabrosos. Solo ofrecen vuelos los fines de semana. Tengo absoluta confianza en ellos. Son profesionales, atentos y cuidadosos.
Para ir: camino de La Victoria a la Colonia Tovar, sector Loma Brisa.
Teléfonos: 0244 511 1315 / 0414 467 6060 / 0412 435 4252
En la web: www.volarparapente.com.ve
Email: [email protected]
Twitter: @mariplacivel
Instagran: @placivelmagica
En Nueva Esparta – Un cementerio de conchas
Durante muchísimos años, algunos pueblos de la isla de Coche vivieron de “esgullar” pepitonas, es decir, sacar la carne de la concha. Todas esas conchas se iban lanzando en cualquier parte, lo cual llenaba de moscas casas y calles, hasta que resolvieron destinar un espacio junto al mar como depósito. Así nació el cementerio de conchas de Coche, con brisa constante, mar al lado y el amable sonido que hacen esas montañas cuando caminas sobre ellas. Se dijo que serían utilizadas con fines cosméticos, pero nunca las buscaron.
Para ir: todos los paseos a Coche ofrecen una parada en el sitio.
En Guárico – Las quesadillas de Corozopando
Hace algún tiempo me quejé de la calidad de las míticas quesadillas de Corozopando. Pues, se han esmerado y algunos mejoraron su producto. Están hechas con harina y se rellenan con una mezcla de queso llanero, azúcar, vainilla y otras especias. Cuando no es así, el resultado es un desastre. Vayan probando hasta que consigan las que son, y reclamen. Como comensales, tenemos que exigir para que los vendedores sepan que nuestros paladares reconocen lo bueno. Es muy doloroso que esta tradición se pierda, con lo complicado que fue crearla. Deben saber que la primera vez que probamos quesadillas en Corozopando fue en un kiosquito de Coca Cola y solo las hacía Juan en un horno de leña. Nos llevó Sorelia Franco. A partir de ahí las promovimos y se convirtieron en leyenda y sustento de muchas familias. No las dejen perder, se los rogamos de rodillas ensangrentadas.
Para ir: entre Calabozo y Camaguán, a orilla de carretera en Corozopando.
En Margarita – La Tremenda
Nos escribe José Manuel Figueras para recomendar La Tremenda, el local de su hermano Salvador y sus hijos, Carlos y Javier. Salvador es uno de esos cocineros anónimos cuya sazón y sabor son tan admirados por familiares y amigos que deciden montar su comedero. Empezó con arepas en la mañana y ahora incursionó con hamburguesas en la tarde-noche. Atienden ellos mismos con toda la entrega de los negocios familiares.
Para ir: calle Guilarte, entre calles Narváez y Amador Hernández, quinta Doña Carmen, sector Llano Adentro, Porlamar. Isla de Margarita. Si se paran en la esquina de Banesco, en la avenida 4 de Mayo con calle Narváez, van en dirección al norte por esa calle dos cuadras, y al llegar a la Guilarte, cruzan a la izquierda y ahí está.
BIEN DATEADO
En Venezuela hay mangos pa’tirá pa’l techo. Les digo que en Guárico y Apure –donde acabo de estar– la gente no encuentra qué hacer con los mangos en los patios de las casas y en las fincas. Si piden entrar para recogerlos, les hacen un favor. Es un regalo anual y generoso de Venezuela. ¡Aprovechen!
También les sugiero que visiten el Ateneo de Calabozo, en pleno centro de la ciudad guariqueña. Ahí funciona la escuela de cocina Mundo Chef cuyos dueños montaron un barcito-restaurante en el patio de la vieja casona, donde sirven novedosos tragos con cocuy, buenos pasapalos con productos locales y cenas los jueves. Tremendo sitio de reunión bajo el cielo con las frescas de la tarde.
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