Gritemos con brío
muera la opresión
Compatriotas fieles, la fuerza es la unión
“La esclavitud no está abolida, está a la orden del día”, dice el papa Francisco. Basta abrir los ojos para comprobarlo. Las formas modernas de esclavitud son numerosas y comprenden desde el trabajo en régimen de servidumbre, hasta los matrimonios forzados, el uso de los niños como soldados y las víctimas de la trata de personas con fines de explotación sexual, un delito que mueve “casi tanto dinero como el comercio de drogas y armas” (ONU,2019).
La Walk Free Foundation en Australia define la esclavitud como una «situación de explotación a la que una persona no puede negarse debido a amenazas, violencia, coerción, abuso de poder o engaño», y en su informe de 2018 señala que hay más de 40,3 millones de personas esclavizadas en el mundo (WFF, 2018). Una cifra dentro de la que no se cuentan, todavía, las víctimas venezolanas de trata y tráfico de personas, un fenómeno que encontró su detonante en la migración producto de la crisis humanitaria.
La opacidad oficial genera un subregistro que no permite ver la dimensión del problema. Los datos que se conocen provienen de otros países involucrados: hasta 2018 se detectó un aproximado de 147.000 víctimas de trata de nacionalidad venezolana, lo que ubica a Venezuela en el primer lugar de prevalencia de este delito en Latinoamérica, según el Índice Global de Esclavitud Moderna (Efe, 19 de julio, 2018).
Lo lamentable es que, desde una perspectiva más amplia, los venezolanos todos hemos pasado a ser esclavos de un régimen que no se preocupa por el bienestar de sus ciudadanos sino por mantenerse en el poder.
Los que votaron en masa por un «gobierno del pueblo» fueron vilmente engañados y hoy son sometidos por la kakistocracia (gobierno de los peores) con salarios de hambre a unas bolsas CLAP. ¡Y ay del que se atreva a disentir! ¡Ay del que se atreva a cuestionar el sistema! El rojo de la boina de Chávez y las franelas de sus seguidores se convirtió en sangre en las calles. La dictadura de su heredero ha marcado la piel de los que con un promedio de diez kilos menos deambulan por los basureros.
La hegemonía comunicacional y la arremetida contra la educación restringen el pensamiento crítico a una minoría que se debate entre seguir peleando por la libertad o asegurarse una vida digna en el exterior.
Hay que hacer un esfuerzo sobrehumano todos los días para levantarse y continuar enfocado en las metas personales y aquellas que engloban el bien común por aquello del desmoronamiento de la infraestructura física, de la institucionalidad democrática y el estado de degeneración de las relaciones humanas en que la camarilla sin escrúpulos que hoy detenta las posiciones de mando ha sumido al país. Pero es un esfuerzo que vale la pena y que será recompensado, más temprano que tarde, cuando por fin cristalice el cambio que anhelamos.
Aunque no lo parezca, el viento sopla a nuestro favor. No solo por la evolución del derecho internacional humanitario que hoy promueve la Responsabilidad de Proteger a las poblaciones vulnerables, ideal que debe probar su efectividad en la práctica, sino por pura y dura real politik.
La ironía de todo esto es que Maduro mismo es un esclavo de los intereses de cubanos, rusos y chinos, a quienes se ha arrimado para hacer frente a los cuestionamientos de la comunidad internacional pro democrática. Esto lo hace más vulnerable de lo que parece porque las potencias juegan en varios tableros al mismo tiempo y en un momento dado pueden decidir «negociarlo» (entregarlo).
Ya el problema no es solo nuestro. Es un problema global. Y, como aquel 23 de agosto de 1791 en Haití, cuando los ideales de la Revolución francesa y la dinámica de la lucha del poder con la metrópolis y entre las potencias europeas contribuyeron a la sublevación de los negros, en una acción de decisiva importancia para la abolición del comercio transatlántico de esclavos, llegará el día en que los venezolanos, en sintonía con nuestro tiempo e interpretando adecuadamente todos los intereses en juego, demos con la estrategia ganadora y actuemos unidos hasta conseguir la libertad.
Referencias
EFE (19 julio, 2018). «Venezuela es el país con más esclavitud moderna de Latinoamérica». Disponible: https://www.efe.com/efe/america/sociedad/venezuela-es-el-pais-con-mas-esclavitud-moderna-de-latinoamerica/20000013-3696213
Walk Free Foundation (2018). «Understanding modern slavery». Disponible: https://cdn.minderoo.com.au/content/uploads/2019/08/12101507/20190812-understanding-modern-slavery-p.pdf
ONU (2019). Informe global sobre la trata de personas. Disponible: https://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/glotip/2018/GLOTiP_2018_BOOK_web_small.pdf
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