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José Jesús Olivetti: Quiero llevar a Venezuela lo que aprendo en Alemania

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Es otro más de los músicos formados en el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela reconocido internacionalmente.

José Jesús Olivetti, barquisimetano de 27 años de edad, llegó hace un año y ocho meses a Alemania.

En 2017 audicionó entre 60 estudiantes por un puesto en el Centro Leopold-Mozart de la Universidad de Augsburgo, en Alemania, para continuar con su formación profesional como director, que había iniciado en Caracas apoyado por el maestro José Antonio Abreu. De los cuatros cupos disponibles, fue el único extranjero en ingresar al Mozart Zentrum después de un mes de prolongados y rigurosos ensayos.

En abril de este año, Olivetti se postuló al concurso convocado por la academia de música Welden Musikkapelle para optar por el puesto de director de orquesta. Y el 2 de agosto fue nombrado en el cargo. Compitió por el título con más de 65 músicos, la mayoría alemanes. Es la primera vez que un extranjero estará a cargo de la orquesta.

“Ser el primer latinoamericano en estar al frente de la orquesta es algo único, es reforzar la creencia que tengo de que en Venezuela el nivel musical y cultural que tenemos gracias al sistema de orquestas es muy grande”, reconoce Olivetti desde Alemania.

Hace una semana debutó como director titular de la orquesta en un festival musical anual que se organiza en Baviera. Destaca que, gracias a su designación, el nombre del país quedó inscrito en un monumento que forma parte de la celebración y que detalla los kilómetros, 8.546, que separan a Venezuela de la región alemana.

Olivetti

José Jesús Olivetti comenzó su formación musical en Barquisimeto

En el núcleo de Lara del Sistema, Olivetti comenzó estudiando flauta dulce, a los 8 años de edad, y luego violín.

A la música llegó motivado por sus abuelos quienes, desde pequeño, lo invitaban a cantar en las fiestas familiares.

Cuando se graduó de bachiller viajaba a Caracas con regularidad para continuar su formación como violinista y, posteriormente, en dirección de la mano del maestro José Antonio Abreu. “En Venezuela, comencé con la Orquesta Doralisa de Medina y la Orquesta Amadeus; luego estuve en los Pequeños Mozarts, en la Orquesta Juvenil de Lara, en la Orquesta Sinfónica de Lara y después de allí empecé a tocar como invitado en la Orquesta Juvenil de Caracas en algunas giras”, comenta.

Su interés por la dirección orquestal nació en Barquisimeto cuando le dieron la oportunidad de dirigir una pequeña muestra en el núcleo en el que estudiaba. “Era una parte diferente de la música, porque no la hacía yo, sino que la organizaba. Me gustó y desde allí, poco a poco, me fueron llegando más oportunidades”, recuerda.

Cuando llegó a Alemania tuvo que aprender a tocar piano y luego, por exigencia de la universidad, trompeta. “Si tocas un instrumento de cuerdas, tienes que aprender a tocar uno de viento”.

Pero el recorrido internacional de Olivetti no comenzó en Alemania: desde 2012 el músico ha participado como director invitado de orquestas alrededor del mundo. En 2014 estuvo a cargo de la agrupación que interpretó el himno de la Champions League en la final que disputaron el Real Madrid y el Atlético de Madrid en Lisboa.

Con sus abuelos escuchaba música llanera y rancheras. Hoy, además de música clásica, disfruta de la salsa y el merengue. “Mi novia no es músico y cuando ella está tengo que variar un poco”, dice.

Siente especial admiración por el maestro Abreu por haber consagrado su vida a la música. “Es un ídolo para cualquier músico en cualquier lugar del mundo”, asegura. Y a Gustavo Dudamel lo considera un ejemplo que debe seguirse: su carrera es una muestra de que con trabajo y esfuerzo se pueden alcanzar los sueños.

Extraña a su familia y a sus amigos. Y, aunque no la comía mucho estando en Venezuela, echa de menos la cachapa. “Creo que mientras uno pasa más tiempo fuera comienza a extrañar cosas que no le gustaban”, confiesa.

Quiere volver pronto a Venezuela y dirigir un gran concierto en Lara, en el que participen niños y jóvenes de todo el estado interpretando una sinfonía de Mahler. “Me encantaría dirigir por un par de semanas. Llevar todo lo que he aprendido en Alemania y ayudar a formar a los jóvenes”, concluye Olivetti.

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