El humo de las lacrimógenas disparadas en las protestas, El Helicoide y el Centro Simón Bolívar se esconden, en blanco y negro, detrás de los colores alegres de la bandera, que se mueven en diferentes formas a lo largo de la imagen.
Es el cuadro Mural de Caracas, pieza central de la exposición Abajo cadenas del artista venezolano Paul Amundarain, que se presenta en la sala La Caja del Centro Cultural Chacao.
La muestra, que estará abierta hasta el 8 de septiembre, presenta cuatro obras en las que el artista, que vive en Miami desde hace seis años, reflexiona sobre la crisis venezolana.
Una de las características de Mural de Caracas es que tiene las mismas medidas del Guernica de Pablo Picasso: 3,49 metros de alto por 7,77 de ancho.
No fue algo casual. Amundarain explica que quiso relacionar de manera simbólica su cuadro con el del artista español, cuyo título alude el bombardeo de Guernica, ocurrido durante la guerra civil española.
“Mi sueño es que Mural de Caracas quede como una obra representativa de estos tiempos y que futuras generaciones puedan, por medio del arte, entender los sucesos de la actualidad. También que sepan que había artistas que se oponían a estos sistemas que pretenden oprimir y matar a las personas”, dijo el autor, quien hace dos años ya había reflexionado sobre el país y su tragedia en la exposición Símbolos rotos, en la galería Cerquone Projects.
Las imágenes violentas y tristes del fondo de Mural de Caracas contrastan con el amarillo, el azul, el rojo, el negro y el blanco que se sobreponen. Porque, en medio del horror, Amundarain también quiso enviar un mensaje de esperanza: “Quise destacar el sentimiento de los pueblos cuando presionamos porque queremos cambios”.
“Para realizar esta obra –continúa el artista–, utilicé elementos de las protestas de 2017 e hice contrastes con la arquitectura de los años cincuenta, una época muy prometedora para el país pero que, como todos sabemos, fue una modernidad fallida. Quise que el espectador se identificara con esos elementos”.
Las otras tres piezas son Abajo cadenas, Semáforo rojo y Símbolos rotos. Esta última ya había sido expuesta en 2017, mientras que las demás fueron producidas exclusivamente para esta exposición.
Abajo cadenas es un montaje entre madera, acrílico, espejo, serigrafía, pintura y acero. El espectador puede interactuar con ella al pararse enfrente y mirarse en dos espejos de los que cuelgan unas cadenas.
“Esta obra trabaja en distintos niveles. Entre ellos está el personal, puesto que uno, además de estar oprimido por un sistema, tiene que vencer primero el miedo personal. Es importante usar elementos como el espejo para que la gente se vea a sí misma y vea que los problemas también se pueden vencer desde lo interno”.
Símbolos rotos es una obra controversial. Representa un busto de Simón Bolívar que Amundarain rompió y luego reconstruyó. Con esta pieza el autor quiere mostrar cómo la figura del Libertador ha sido objeto de manipulación, se ha desvirtuado, y es ícono de un movimiento político opresor. “Siento que Bolívar, que liberó tantos países, no quería dejar un mensaje de opresión. Para mí nos representa como sociedad”, expresó.
De Semáforo rojo dice el artista: “La pieza es una fotografía en zoom de un semáforo rojo. Creo que representa el estancamiento en el que estamos por una filosofía que está totalmente en contra del progreso”. Amundarain se inspiró en el color con el que el chavismo se ha identificado desde hace 20 años.
En Abajo cadenas el artista continúa su línea de trabajo: registrar lo que ocurre en el país. Pero reconoce que le gustaría dejar de vincular su obra con la crisis venezolana, lo cual le parece difícil mientras siga la decadencia nacional. Sin embargo, considera que el cuadro Mural de Caracas es el cierre de esta etapa. “Espero dejar de nutrir mi trabajo con la realidad. A veces hay que mirar a otro lado. No sé si será ahora”.
Abajo cadenas
La Caja, Centro Cultural Chacao
Horario: martes a viernes, de 10:00 am a 2:00 pm
Sábado y domingo, de 11:00 am a 5:00 pm
Entrada libre
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