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La anarquía se apoderó de las tarifas del transporte en Guarenas y Guatire

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Los habitantes de Guarenas y Guatire son los más afectados por el aumento sin control del pasaje en las rutas de transporte interno que a diario trasladan a cientos de personas que trabajan en Caracas, la capital de Venezuela.

Los usuarios que viven en estas ciudades dormitorio acuden cada semana a sus respectivas paradas con el temor de que los transportistas hayan incrementado el precio del pasaje.

María Alejandra Ramírez, de 25 años de edad, vive en Guarenas y trabaja en una empresa que vende equipos tecnológicos en Caracas. Ella se vio obligada a regresar de Colombia, país donde recibió malos tratos de sus empleadores, y no logró reunir lo suficiente para trasladarse a otra nación de América Latina.

Ramírez confesó que gana el sueldo mínimo más un bono de 30.000 bolívares y una comisión por cada venta que consigue cerrar, lo que representa una desventaja para ella, pues si no logra vender ningún equipo, no genera ningún ingreso extra a los 70.000 bolívares que devenga al mes.

La joven, que es la única fuente de ingreso en su casa desde que su madre quedó desempleada, asegura que todo su sueldo se va solo en pasaje y que los aumentos en las tarifas se han ido saliendo de control poco a poco. Indica que las autoridades correspondientes no se abocan a solucionar esta situación que aqueja a la población que utiliza las unidades de transporte público como medio para trasladarse a Caracas.

Agrega que los transportistas se excusan diciendo que deben comprar cauchos, aceite y repuestos para subir las tarifas del pasaje semanalmente.

“¿Acaso ellos piensan en uno, en cuánto ganamos y si tenemos gastos o no? Es una locura porque, ¿cuántas veces deben cambiar los cauchos mensualmente? ¿Cuánto ganan en cada viaje? Mientras que uno tiene un sueldo fijo que solo se va en pasaje”, indicó.

Explicó que una de las estrategias que emplean los profesionales del volante de Guarenas y Guatire como mecanismo de presión para incrementar el pasaje es dejar de enviar unidades de transporte a las paradas.

“Así que cuando lo suben, los usuarios no nos quejamos porque lo único que queremos es llegar a nuestros lugares de trabajo”, añadió.

Sara Espinoza, de 22 años de edad, viaja todos los fines de semana a Guarenas porque se queda entre semana en Coche, una de las 22 parroquias del municipio Libertador de Caracas, para que gran parte de su sueldo no se disipe en pasajes, aunque sus ingresos son superiores al salario mínimo.

“Bajo una vez a la semana. Los transportistas ven en cada oportunidad la ocasión de incrementar el pasaje y solo basta que haya un día feriado para eso. A los que ganan sueldo mínimo no les alcanza ni para ir a trabajar el mes completo”, dijo.

La mayoría de las personas que gana salario mínimo en Guarenas y Guatire ha optado por usar las unidades de TransMiranda, cuyo pasaje es de 100 bolívares. Sin embargo, el costo que pagan es muy alto, pues deben pasar varias horas en largas colas para lograr abordarlas por la afluencia de gente y por los escasez de unidades.

Alguien que viaja a diario de Guarenas o Guatire hacia Caracas gasta en promedio 120.000 bolívares mensuales, una cifra que está sujeta a cambio de acuerdo con el aumento que hagan los transportistas que cubren esas rutas internas.

 

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