En 2014 pidió taima. Mauricio Arcas había manifestado agotamiento por el ritmo de vida de Los Amigos Invisibles y los múltiples compromisos derivados de una carrera que depende de extenuantes giras.
Hace tres años se fueron el guitarrista José Luis “Cheo” Pardo y el tecladista Armando Figueredo, hecho que hizo que los demás integrantes de la agrupación, cuyo vocalista es Julio Briceño, expresaran sentimientos similares. “Los Amigos Invisibles estuvieron disueltos durante tres días. El ‘Catire’ (José Rafael Torres) y yo fuimos los únicos que quedamos. Luego, decidimos seguir, aunque la única condición que puso Mauricio fue no tocar desde junio hasta noviembre”, dijo a finales de 2014 el cantante Briceño, quien se refirió entonces al percusionista como “el número 10 en la cancha”.
Este año estrenaron El Paradise, el primer álbum sin los dos músicos que se fueron hace tres años y el último de Arcas, quien compuso una sola canción para este trabajo antes de anunciar esta semana su separación de la agrupación de la que fue miembro desde 1992. Ahora se dedicará, desde una sala que este año montó en Miami con el nombre de Phat Bass Studio, a la producción, composición y a su carrera como solista.
—¿Cómo se siente después de hacer pública la decisión?
—La medité desde hace tiempo. Ya me sentía satisfecho con el camino transitado y lo obtenido durante 25 años con Los Amigos Invisibles. De igual forma quería parar. En este tipo de bandas uno necesita viajar y tocar constantemente para vivir, así que la mejor manera era seguir por mi cuenta. Decidí dejar la tarima y le deseo lo mejor a ellos, así como ellos a mí.
—Ya en 2014 había pedido un receso.
—Es cierto. Incluso antes de que se fueran Cheo y Armando había hablado con todos ellos sobre el tema. Las constantes giras saturan, cansan. Por cierto, me gustaría dejar claro que no renuncié a la banda; renuncié al estilo de vida de Los Amigos Invisibles. Gran parte de la música la compuse yo, porque es lo que he hecho desde siempre. Pero no puedo renunciar al estilo de vida y quedarme con la banda. Me siento tranquilo porque recorrí el mundo y ganamos premios Grammy. Es el momento de bajarse del tren.
—Hay planes de composición y producción.
—Sí, pero también quiero enfocarme en una marca de ropa que quiero lanzar el próximo año. Todavía estoy definiendo el nombre para registrarla. Es un mundo que no me es ajeno. En Venezuela desde 1991 tuve marcas pequeñas bastante underground que tuvieron buena distribución. Por ejemplo, tuve una llamada Pachanga! que hacía bolsos, carteras, morrales y zapatos. También manejé un taller de confección. Pero en verdad, toda mi vida he hecho música. Quiero grabar un disco, como DJ, posiblemente en 2018, de música electrónica y bailable. Mi deseo es que todo dependa de mí. Con Los Amigos Invisibles era tocar siempre, como sea y donde sea. Como productor, finiquitamos la preproducción del próximo disco de Okills, lo que ya hice en el anterior álbum de ellos, así como trabajar con bandas noveles a las que pueda aportar ideas. Otra cosa a la que también le dedicaré tiempo es a la música para comerciales. También preveo estrenar algunos remixes. Hablé con la gente de Fania Records, que ahora está haciendo cosas electrónicas con los temas originales de la orquesta. He conversado con sellos como Sony y Universal para trabajar con ellos como compositor. Hay muchos artistas por ahí que siempre buscan temas.
—Entonces podría escribir para cantantes diferentes al estilo que lo ha caracterizado.
—Bueno, eso no es tan así. Nunca es obligatorio porque al final no sale bien. Siempre se plantea la posibilidad y uno decide. Igualmente toda mi vida he tenido una mentalidad bastante pop, desde la salsa hasta todo. Si me dicen que hay un artista de reguetón que necesita una canción y tengo un tema que pueda ir con él, no tengo rollo. Al final quien quiere vivir de esto, tiene que procurar hacer música que le guste a la gente.
—Junto con José Luis Pardo fue el principal compositor de la agrupación. ¿Siente temor de lo que pueda pasar con la banda?
—No. Como te dije, esta es una idea que se había sembrado en mi cabeza desde hace tiempo. Incluso, creativamente estaba bastante frenado. Cuando empezó a gestarse el nuevo disco de Los Amigos Invisibles, me dije que debía dar un paso atrás, estuviera Cheo o no. Luego él se fue y para mí la situación no cambió. Ya me sentía cansado. Además, entre 2014 y 2016 viví situaciones personales muy difíciles, así que mi participación fue un poco nula. Sé que nadie es indispensable, ellos se fueron y otros en la banda asumieron el rol como compositores, lo que no habían hecho antes. Tengo compuestas algunas canciones y ya veré a quién se las daré.
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