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¿El Sistema en su laberinto?

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Durante la última década, el Sistema Nacional de Orquestas ha venido siendo usado por el chavismo como herramienta de propaganda internacional. Cada gira representa una ocasión para mostrar este programa como el gran producto cultural de la “revolución bolivariana”. De manera alevosa, el gobierno y sus representantes omiten hablar de los primeros 25 años de la organización, que nació en tiempos del primer mandato de Carlos Andrés Pérez, y creció de manera sostenida durante las administraciones de Luis Herrera, Jaime Lusinchi, Pérez II y Rafael Caldera.

La primera década del siglo XXI representó una época de grandiosa cosecha para esta organización. Todo el trabajo de formación musical de niños y jóvenes, desarrollado justamente durante esos primeros 25 años, rindió sus frutos. En 2002, Edicson Ruiz, con solo 17 años de edad, pasó a integrar la fila de los contrabajos en la Orquesta Filarmónica de Berlín; en 2004, Gustavo Dudamel, a los 23 años, ganó el Concurso de Dirección Orquestal Gustav Mahler; en 2006, el concierto de la Orquesta Simón Bolívar en los Proms de Londres se convirtió en uno de los más exitosos de ese festival y por mucho tiempo los videos del bis han sido un fenómeno viral en Internet.

La mesa estaba servida. El peso mediático del Sistema se hizo cada vez más presente y el gobierno de Chávez no podía desaprovechar la oportunidad, por lo que cada vez más fue tomando control de este organismo para obtener réditos políticos.

Desde su fundación en 1975, este programa estuvo siempre adscrito al ente que estuviese a cargo de la gestión de las políticas culturales en Venezuela, ya fuese el Conac, el Ministerio de la Familia, el de Educación o el de Cultura. En 2011 se dio un cambio fundamental en este sentido, porque el Sistema pasó a estar adscrito al Ministerio para la Secretaría de la Presidencia. A partir de ese momento el uso propagandístico fue más evidente. Un ejemplo memorable fue el concierto de la Orquesta Simón Bolívar con motivo del 70 aniversario de la Organización de Naciones Unidas en 2015, cuando se desplegó una foto gigantesca de Chávez detrás del escenario.

Desde 2011, por motivos de salud, el maestro Abreu se fue desvinculando de sus tareas al frente del Sistema. En 2013 nombraron a Eduardo Méndez director ejecutivo de la organización y a Gustavo Dudamel como director musical. El reto para ellos ha sido titánico porque justamente ha coincidido con la etapa de mayor injerencia gubernamental en las decisiones de la estructura.

Al tratarse de una institución del Estado, ellos han tratado de mantener una postura neutral frente a la crispación política que con diversas intensidades ha vivido el país en los últimos años. Sin embargo, ante la franca violación de los derechos humanos por parte del gobierno, Dudamel decidió tomar posición y ahora el Ejecutivo le pasó la factura suspendiendo la gira que la nueva Orquesta Nacional Juvenil tenía planificada en el mes de septiembre por cuatro ciudades de Estados Unidos.

¿La razón? Es más que obvia… Esta orquesta es una selección nacional de músicos de primera línea del Sistema, la tacita de plata que utiliza el gobierno ante el mundo como el gran logro cultural de la “revolución bolivariana”. La posibilidad de un pronunciamiento contra Maduro por parte de sus músicos, en un teatro a cinco minutos de Washington DC, no resulta nada conveniente y sabemos que la prensa iba a preguntar.

Además de suspender la gira, el Despacho de la Presidencia de la República está tomando un control más férreo sobre el organismo. Desde la semana pasada vemos cómo el Sistema está tuiteando información sobre la Presidencia que nada tiene que ver con música ni con formación musical. Fundamusical Simón Bolívar (nombre oficial del Sistema en Venezuela) está sometida a mucha presión en este momento. Pareciera ser cuestión de tiempo para que haya una ruptura irreparable en su seno.

En mi tesis doctoral, presentada en 2016, analicé la escala de valores que prevalece en el seno del Sistema, tomando como sujetos de estudio a los músicos de sus cuatro orquestas más importantes, así como a los del Coro Nacional Juvenil Simón Bolívar. En aquel momento describí al músico profesional de esta organización como “un sujeto con alto sentido de afiliación, que valora su libertad para actuar y pensar y que está siempre dispuesto para su agrupación musical. Si bien le preocupan los problemas del mundo, su anclaje fundamental está en su grupo inmediato. Se siente, además, completamente alejado del poder. Tiene poco interés en dirigir a los demás y prácticamente no está interesado en acumular bienes o fortuna”.

En el Sistema no había habido un pronunciamiento abierto en contra del gobierno porque, tal como lo indican los resultados de esa investigación, se trata de una institución profundamente cohesionada donde cada músico se siente parte fundamental de un todo en el que se protegen y cuidan unos a otros. Los músicos del Sistema cuidan por encima de cualquier otra cosa el bienestar del grupo. Por ello, se inhiben de hablar abiertamente en contra del gobierno, porque saben que eso puede implicar represalias contra la organización, como de hecho está pasando. Durante las más recientes protestas, registradas desde abril en Venezuela, hemos visto varios músicos detenidos y uno asesinado. Esta situación fue la que motivó el deslinde de Dudamel.

Entonces, las razones para mantener silencio sobre la diatriba política que ha venido sufriendo el país cobran un poco más de sentido. A la primera oportunidad en que el miembro más importante y de mayor repercusión internacional manifestó abiertamente su desacuerdo con el gobierno, la gira fue suspendida, lo cual evidencia una situación de chantaje.

Otro aspecto importante destaca entre los resultados de la investigación: se trata de sujetos que valoran su libertad para pensar y actuar y es posible que la puntuación de estos valores saliera alta justamente como reacción frente a la injerencia del gobierno que para la época (2015) ya era notable.

El Sistema y el gobierno actual en Venezuela son entes incompatibles. De hecho, para un grupo de seguidores del chavismo esta organización constituye una herramienta de neocolonización y no hace más ruido al respecto, justamente, porque representa una estrategia de propaganda política que resulta muy útil para promover la labor gubernamental por el mundo.

¿Qué pasará ahora que Dudamel parece haber roto definitivamente con Maduro? En el Sistema ya se evidencia una fractura. Como en el país, varios miembros de su personal (seguramente pocos) deben ser maduristas, esos serán los músicos que el gobierno tratará de vincular a la gestión de la organización. Esa es una opción. La otra, no sería de extrañar, es que pusieran al frente a personas que poco o nada tienen que ver con la institución.

El hecho es que Fundamusical está siendo atacada, por lo que surgen entonces varias preguntas. ¿El sentido de pertenencia al PSUV prevalecerá por encima del sentido de pertenencia al Sistema? ¿Podrá llegar el Sistema nuevamente a un estado de cosas en el que sus miembros perciban a la organización en una situación de bienestar? ¿Podría el gobierno mantener funcionando al Sistema sin el concurso de los músicos con más de 20 años en la organización? Francamente, en todos los casos lo dudo.

Mientras tanto, hay 700.000 niños y jóvenes cuya formación depende de las decisiones que se están tomando en Miraflores y no en Parque Central… Así como en el país, malos tiempos se auguran en el Sistema.

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