La comisión de delitos y actos indecorosos por parte de un mínimo grupo de venezolanos que pasan hacia el departamento Norte de Santander, en Colombia, está afectando al grueso de ciudadanos que cruzan la frontera en búsqueda de estabilidad económica y social.
Carlos Chacón, concejal del municipio fronterizo Bolívar (San Antonio del Táchira), señaló que se han visto expresiones xenófobas.
“La situación de nuestros hermanos venezolanos es de hambre, de necesidad y es fácil vulnerarlos. Ante esta situación de vulnerabilidad, hay personas que pasan a hacer en otros países lo que no deben hacer. Hay hermanos venezolanos que han hecho cosas ilícitas, pero eso no significa que es el grueso de los venezolanos. El grueso de venezolanos somos trabajadores y queremos hacer algo para sacar adelante a nuestras familias y aportar al crecimiento de esos países”, dijo Chacón al tiempo que exhortó tato a las autoridades neogranadinas como el a los mismos ciudadanos para no asumir actitudes xenófobas por las acciones ilegales de un mínimo de personas.
Prostitución a cambio de comida
Chacón explicó que, a causa de esta movilización de venezolanos hacia Cúcuta, han detectado mujeres muy jóvenes, de 20 años de edad en promedio, que se dedican a la prostitución.
“No es que quieran prostituirse pero los mismos fallos económicos del gobierno venezolano las lleva a prostituirse. Al ser vulnerables, cualquier situación se hace fácil para calmar el hambre. Se prestan a este tipo de servicios por el hambre y la necesidad que pasan”, agregó.
Una hora de cita sexual se estaría fijando en 25.000 pesos, es decir, unos 120.000 bolívares lo que equivale a 20% más que el salario mínimo mensual en Venezuela.
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