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El momento de Escobar

El utility de los Mellizos de Minnesota tuvo un fin de semana de inspiración. Conectó dos cuadrangulares el sábado y la volvió a sacar ayer para acumular 15 vuelacercas en la campaña. Además ayudó a su equipo a derrotar a los Reales de Kansas City

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En los reportes de scouts y los números globales no hay ningún indicativo que sugiera poder en el bate de Eduardo Escobar. Es su guante y versatilidad en el terreno lo que le ha regalado el asentamiento en las Grandes Ligas. La seguridad de sus manos y adaptabilidad es tan preciada en los Mellizos de Minnesota que no es una casualidad que, aunque nunca ha tenido una posición fija, el venezolano se las arreglara para participar en más de 100 juegos en las últimas cuatro temporadas.

Pero las cosas no tienen que ser siempre igual. 2017 presenta una anomalía el espectro de la carrera de Escobar: por primera vez hay fuerza en sus conexiones. Eso nunca fue tan cierto como el fin de semana.

El sábado le pegó dos cuadrangulares al pitcheo de los Reales de Kansas City y ayer, en el último juego de la serie contra los monarcas, la volvió a sacar. En pocas palabras, fueron tres vuelacercas en menos de 24 horas, lo que lleva a pensar: ¿Es el momento de la ofensiva de Escobar?

Mientras el tiempo se encarga de responder la interrogante, el aragüeño elevó sus guarismos con la actuación dominical, con la que ayudó a los Mellizos a derrotar a los Reales, 5 a 4. El utility, que defendió la antesala, impulsó dos rayitas y anotó una con el estacazo.

Ya son 15 bambinazos y 56 remolcadas para Escobar en la zafra. Precisamente, son esas cifras las que también pueden ayudar al padre Cronos a solucionar la incógnita planteada, pues el jugador nunca había dado tantos grandes batazos como esta campaña y está muy cerca de su tope personal de empujadas: 58, en 2015.

El promedio de bateo de “El de La Pica”, como lo conocen en Minneapolis, quedó en .253 y su OPS en .742. Por los Reales, el receptor Salvador Pérez se fue de 3-0 para disminuir su average a .266 y el campocorto Alcides Escobar ligó de 4-1, con una anotada (.236).

Candado seguro. Si bien comenzó la temporada con la labor de ayudar en los innings postreros, Felipe Rivero se ha establecido como el cerrador de los Piratas de Pittsburgh. Y vaya que lo ha hecho bien. Es uno de los taponeros más eficaces de las mayores y ayer lo volvió a demostrar.

 A pesar de los problemas que sufrió para salvaguardar la victoria de los bucaneros sobre los Rojos de Cincinnati, 3 a 1, el zurdo pudo sacar el noveno capítulo sin permitir una carrera limpia. No obstante, dio dos bases por bolas, aisló un imparable y los escarlatas le pisaron el plato inmerecidamente por un error del camarero Max Moroff.

Rivero totaliza 17 juegos salvados en la temporada y una minúscula efectividad de 1.47. Por el bando perdedor, el campocorto José Peraza se fue de 4-1, al igual que el antesalista Eugenio Suárez.

EL DATO

Si bien es muy difícil que Eduardo Escobar se convierta en un paleador de 30 cuadrangulares por temporada, debido a que su naturaleza es otra, su fuerza se ha incrementado en los últimos años. En 2015 logró pegar 12 vuelacercas, esa cantidad fue su tope personal hasta esta campaña.

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