Después de echarle un último vistazo a Saturno y sus lunas, la sonda espacial de la NASA Cassini se estrelló contra la atmósfera del gigante gaseoso.
Se estima que su velocidad de ingreso alcanzó los 120.000 km/h.
Según informó Jonathan McDowell, astrónomo del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, Cassini ya envió su última señal de radio y se ha destruido en la atmósfera de Saturno.
La comunicación con la misión de control en Tierra, en el Laboratorio de Propulsión a Jet de la NASA en California, se perdió poco después de las 04:56 hora local, 11:56 GMT.
Al desintegrarse en su atmósfera, la sonda pasó a formar parte del planeta que estudió durante 13 años.
Este momento marcó el final de un viaje de 8.000 millones de kilómetros que se inició en Cabo Cañaveral, en Florida, en 1997, y que llevó a la sonda alrededor de Venus y Júpiter de camino al planeta anillado.
Revolución
La información recopilada por Cassini durante su misión alrededor de Saturno revolucionó nuestro entendimiento del sexto planeta del Sistema Solar.
La sonda fue testigo de tormentas monstruosas pero también pudo observar el sutil movimiento de las partículas de hielo a través de su complejo sistema de anillos.
A continuación, te contamos algunos de los momentos y descubrimientos más memorables de la misión.
Géiseres
Las misiones Voyager en los años 80 revelaron que la luna de Saturno Encélado, de 500 km de ancho, tenía una superficie lisa, y por ende relativamente joven, que debía ser renovada por un proceso aún desconocido.
Pero fue la sonda Cassini la que descubrió géiseres de agua helada en el polo sur de esta pequeña luna.
Estos chorros de agua salen disparados a una velocidad de 1.300 km/h por unos conductos que están conectados con un océano salado bajo la capa de hielo.
El agua es un ingrediente esencial para la vida, por tanto este hallazgo hizo de Encélado un candidato en la búsqueda de vida fuera de la Tierra.
Al volar por sobre los géiseres así como sobre el anillo E (que está compuesto con materiales lanzados por estos chorros) y al «olfatearlos» con sus instrumentos, Cassini pudo detectar la presencia de granos de rocas, metano e hidrógeno molecular.
La explicación más plausible de este hallazgo es la presencia de conductos en el lecho del océano.
En la Tierra, estos conductos hidrotermales, que lanzan agua supercaliente bajo el lecho marino, están llenos de vida.
Descenso en Titán
El 14 de enero de 2005, la sonda Huygens atravesó la densa atmósfera de Titán, la luna más grande de Saturno.
Huygens rozó la parte superior de la atmósfera a una altura de 1.270 km.
Tras sobrevivir su entrada, abrió su paracaídas y recogió información mientras flotaba hacia el suelo durante dos horas y 27 minutos.
La onda envió imágenes y elaboró un perfil de la atmósfera de Titán incluyendo su temperatura, presión, densidad y composición.
La sonda continuó enviando información por otros 90 minutos hasta que Cassini desapareció en el horizonte.
Hasta la fecha, se trata del descenso más lejano de la Tierra.
Una luna igual pero diferente
Cassini y Huygens revelaron a Titán como una versión distorsionada de la Tierra.
Por su temperatura superficial de -179º C los hidrocarburos líquidos cumplen muchos de los roles del agua en nuestro planeta.
Titán tiene un ciclo estacional, con vientos, lluvias de metano, mares, montañas de hielo y dunas de arena «plástica».
En el polo norte hay tres mares oscuros de metano.
Alrededor de estos mares hay cuerpos de agua más pequeños.
Cassini descubrió olas en la superficie de uno de los mares, y un rasgo misterioso al que llamaron »isla mágica».
Icebergs, olas y burbujas de gas del lecho marino podrían explicar este fenómeno.
Encélado no es la única luna que tiene un océano.
Se estima que Titán también tiene un cuerpo de agua líquida bajo su superficie. Pero este océano está compuesto probablemente de agua mezclada con amoníaco.
Anillos dinámicos
Cassini reveló que el sistema de anillos de Saturno es un ambiente dinámico.
De hecho, los anillos son un laboratorio para entender cómo los planetas se forman alrededor de estrellas jóvenes.
Científicos creen que la forma en la que las lunas crean espacios entre los anillos puede ser similar a la forma en que los cuerpos grandes se formaron a partir de los discos de polvo y gas que orbitaban alrededor del Sol hace miles de millones de años.
Cassini observó estructuras desconocidas en los anillos denominadas »propellers» (o hélices) y también lo que podría ser el nacimiento de una pequeña luna.
En 2017, justo antes del final de la misión, científicos anunciaron hallazgos preliminares que indican que los anillos son relativamente jóvenes (quizás de tienen solo 100 millones de años).
Tormentas poderosas
La sonda de la NASA observó tormentas gigantes en ambos polos del planeta.
Para poner esto en perspectiva, mencionemos que el ojo del huracán en el polo norte de Saturno tiene 2.000 km de nacho.
Es decir, es 50 veces más más grande que el ojo del huracán promedio en la Tierra.
El ojo de la tormenta en el polo norte gira dentro de una misteriosa corriente de aire de seis lados.
Nadie sabe cómo se formó esta corriente hexagonal ya nunca se ha visto algo semejante en otros mundos.
Sin embargo, científicos han notado con ayuda de simulaciones por computadora que esta puede formarse por la interacción de distintas corrientes de aire.
A diferencia de los huracanes en la Tierra, que duran normalmente unos pocos días, esta tormenta existe al menos desde hace décadas, posiblemente hace siglos.
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