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Las infidencias de Pompeo

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Las infidencias de Mike Pompeo en una reunión privada filtradas al The Washington Post criticando las desavenencias de los distintos factores de la oposición venezolana ameritan un análisis más allá del simplismo, pues estos altos dirigentes del gobierno norteamericano no actúan inocentemente, no son expresiones dichas con descuido ni desprovistas de conocimiento de que pueden trascender. Ya antes vimos otro “descuido” en manos de John Bolton dejando ver bajo su brazo una carpeta con aquella inscripción de su puño y letra sugiriendo tener listos 5.000 marines para la intervención militar.

Que los factores políticos venezolanos están divididos, que hay muchas ambiciones presidenciales; todo el mundo lo sabe y no es un caso único en el mundo. Lo mismo pasa en Estados Unidos, en España, en Francia, en Bolivia, en Cuba, etc. Claro que en cada país hay particularidades propias, pero no somos los únicos con ese cuadro.

A mí me luce que se trata de una excusa, una justificación para no haber mantenido la opción final de todas las que estaban sobre la mesa, según proclamaban de modo tan insistente al inicio de la campaña por desalojar a la dictadura Maduro/cubana dejando ver que estábamos a las puertas de una intervención militar, idea que reforzaba continuamente con declaraciones la jefatura del Comando Sur.

Ha quedado claro que el régimen venezolano no es que solo martiriza a nuestro pueblo, sino que representa un grave peligro para Estados Unidos tanto por la fluidez hacia allá del narcotráfico, como por la infiltración del terrorismo que prácticamente nos ha convertido en una base de operaciones a pocas millas de sus costas. También Rusia y China han venido reforzando su presencia en este “patio trasero” de Norteamérica, y todo eso se ha venido consolidando durante el tiempo perdido en discursos, viajes, declaraderas, reuniones y miles de actos de enfriamiento de la oportunidad para una rápida intervención militar en defensa no solo de nuestra libertad sino de los propios intereses –vitales, por cierto– de Estados Unidos.

Pongo un caso concreto del que tengo conocimiento preciso: en el Departamento de Justicia tienen preparado todo para formalizar una acusación penal por narcotráfico contra la élite del poder dictatorial. Hace meses están alertando a los testigos que tienen listos para ir a declarar y al final no lo hacen. Eso permitiría una operación “Just Cause” como la ejecutada para llevarse a Noriega. Pero algo los detiene para dar ese paso y seguro que no es la división de la oposición venezolana, como no los detuvo la división que había en Panamá en aquella oportunidad.

Y todo esto lo digo no solo como venezolano, sino también en mi condición de ciudadano norteamericano, que también lo soy; y por lo que puedo juzgar, la fuerte división entre los políticos de ambos partidos y más aún dentro de estos. Los demócratas desde un principio se oponen a la intervención militar en Venezuela y dentro de los republicanos también hay desacuerdos al respecto, y candidatos a quitarle la silla a Trump hay por montones, igualito que pasa en Venezuela.

No sé si el señor Pompeo ha dado algún ultimátum a la dirigencia venezolana para que afinen criterios, que forme en un plan único para salir de la dictadura y establecer un gobierno provisional y que dejen a un lado, que aplacen lo que los separa, pero si no lo ha hecho así se los pido, Todos a enfilar contra la dictadura, después pelearemos entre nosotros. Tampoco sé si la opción que desapareció de las que estaban sobre la mesa la pueden volver a poner y ejecutar sin tanta parafernalia, y eso depende más de que Pompeo convenza a Trump de la necesidad de proceder, que pare un momento de cazar tantas peleas con todos los otros países que eso no le deja chance de hacer lo que tiene que hacer con Venezuela.

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