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Nunca una denuncia de dopaje fue tan grave

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Arnaldo Machado es uno de los más reputados médicos deportivos de Venezuela. Su trabajo es reconocido en el beisbol profesional y en otras áreas. Por eso es tan grave lo que ha planteado.

Machado ha dicho de forma abierta, sin ambages, que niños y adolescentes venezolanos están siendo sometidos al uso de sustancias dopantes, particularmente la hormona de crecimiento humano (HGH), en algunas academias del país dedicadas al desarrollo de peloteros.

Estamos ante un muy delicado problema de salud pública, que tiene que llamar la atención de las autoridades nacionales.

Machado asegura conocer casos de agentes inescrupulosos, que aplican HGH a sus muchachos con el objetivo de desarrollar acelerada y artificialmente sus cuerpos, facilitándoles ser más rápidos, más fuertes y mejores atletas.

Hablamos de chicos de entre 12 y 15 años de edad, esos que ocupan la parte baja de la pirámide de la alta competencia. Muchachos con talento, todavía sin contrato, que aspiran a convertirse en profesionales al cumplir los 16, cuando se conviertan en elegibles para la MLB.

Esto es lo que permite que un jovencito de 13 años de nacido pueda tirar la recta a 90 millas por hora, como señala con escándalo Félix Luzón, uno de los pocos agentes venezolanos que cuenta con el certificado de la Asociación de Peloteros de las Grandes Ligas.

Sabemos lo que significa lanzar tan duro, tan temprano: un bono en dólares de seis o siete cifras, una cantidad que asegurará su vida, la de su familia y dejará una ganancia en esa academia que ayudó en su formación. Igual pasará con el adolescente que muestre capacidad superlativa al batear.

El sistema de academias privadas ha crecido como nunca en Venezuela y ha servido para compensar en parte la masiva retirada de las academias de las Mayores. En los últimos dos años se han entregado más de 40 millones de dólares en bonos a compatriotas que deciden comenzar su carrera en el beisbol rentado. Es toda una industria, y sigue aumentando.

Que algunos puedan optar por dopar a los niños para aumentar su valor es deshonesto. No hay controles antidopaje a esas edades. Solamente cuando los peloteros se ponen bajo el ala de la gran carpa comienza el seguimiento médico sobre ellos. Hay un claro engaño.

Pero lo más importante, al igual que ocurre en la parte alta de la pirámide, no es la violación ética. El juego limpio es necesario, pero mucho más valiosa es la salud de los atletas.

Someter a un muchacho a prácticas de dopaje es poner en riesgo su vida y exponer su cuerpo a severas consecuencias. Machado lo ha advertido, lo ha explicado muchas veces la Agencia Mundial Antidopaje y lo sabe el Instituto Nacional de Deportes.

Ya MLB entró en contacto con el galeno y ha iniciado una investigación. Fuentes de la MLBPA indican que también estarán en el proceso. Pero es necesario que trascienda. Que las Mayores pongan en práctica controles rigurosos en todas las academias y que el estado venezolano se involucre decididamente a través de la Comisión Nacional Antidopaje.

Muchas familias humildes ponen sus sueños en el talento de sus chicos. Quizás también sean víctimas, tal vez no sepan qué está pasando. Pero todos nosotros ahora sí lo sabemos, y debemos actuar ya.

Nunca ha habido una denuncia de dopaje en Venezuela tan grave como esta.

@IgnacioSerrano

www.elemergente.com

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