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«Estoy obstinada de las colas, cuando llego a la caja se acaba el producto»

En algunos supermercados las colas empiezan a formarse dentro de los establecimientos y suelen dispersarse progresivamente entre las 9:30 am y las 10:00 am

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Los consumidores continúan madrugando para intentar adquirir alimentos y productos de higiene personal a precios regulados. A partir de las 4:00 am comienzan las filas en supermercados de Macaracuay, Los Cortijos, Santa Eduvigis, Chacaíto, La Florida, la avenida Libertador y Catia.

“Las colas van en aumento y con ello se incrementa el desespero de la gente para comprar comida que cada vez es más es escasa. Uno pasa por aquí a las 4:00 am y ya hay gente esperando para entrar al establecimiento”, afirmó Víctor Ruiz, dueño de un kiosco ubicado al frente de un supermercado en Los Cortijos.

Indicó que miembros de la comunidad organizan dos colas, una para visitantes y otra para los residentes de la zona. Sin embargo, aseguró que ese mecanismo no funciona para mantener el orden: “Cuando llega harina de maíz blanco la gente se cae a golpes y muchas personas esperan largas horas sin ninguna garantía de que llegará al supermercado algún producto regulado”.

El precio controlado de la harina precocida es de 2.800 bolívares, los revendedores la expenden entre 18.000 y 22.000 bolívares. “Mientras exista control de precios las colas se van a mantener porque hay gente que se dedica a vender alimentos y artículos de aseo personal regulados a precios exorbitantes”, dijo un vecino de El Marqués.

Un guardia de seguridad de un supermercado, que pidió no citar su nombre, afirmó que hay personas que frecuentemente madrugan y dedican más de 8 horas en cola para comprar los productos y revenderlos. “Un paquete de pasta en 3.000 bolívares, luego la venden en la calle en más de 20.000”.

Un vecino de La California añadió que la mayoría de la gente que hace fila en el principal supermercado del sector se dedica a la reventa de alimentos en el mercado de Petare. Aseguró que esto perjudica a los residentes que no reciben beneficios alimenticios del gobierno.

En algunos supermercados las colas empiezan a formarse dentro de los establecimientos y suelen dispersarse progresivamente entre las 9:30 am y las 10:00 am, luego de que los consumidores confirman si algún camión surtió de productos regulados al comercio.

Una consumidora que se encontraba en el sector de Santa Eduvigis señaló que debido a su embarazo se le hace imposible estar largas horas de pie, por lo que su esposo, de ocupación albañil, debe dedicar cinco días de la semana para hacer colas y a veces solo alcanza a comprar dos paquetes de pasta y dos de harina para arepas.

Ante la escasez de alimentos los supermercados venden productos brasileños, sin embargo, el precio varía según el establecimiento. En La Florida un paquete de espagueti de 500 gramos cuesta 40.500 bolívares, mientras que la misma presentación en el este de la ciudad tiene un precio de 19.000 bolívares. El arroz no regulado lo expenden en 31.500 bolívares el kilo.

“Ya estoy obstinada de las colas, cuando llego a la caja se acaba el producto. Actualmente solo hago cola cuando están vendiendo algo que realmente necesito”, aseguró una cliente de 63 años de edad que estaba a la espera de un turno para comprar pasta de dientes.

Con relación a la diferencia entre los precios de los productos regulados y no regulados, añadió: “Ambos son costosos, pero igual tengo que comprarlos. Mis sobrinas siempre me ayudan y me dan un poquito de arroz, una bolsita de leche y de azúcar

“Cada vez hay menos productos controlados. En la casa comemos las cantidades que se deben consumir porque, de lo contrario, afectamos nuestra salud”, señaló.

Los consumidores coincidieron en que deben dedicar horas laborables para hacer colas. “El único día que puedo comprar son los viernes y por lo general nunca hay nada en los supermercados. Para no arriesgar mi trabajo, evaluó si vale la pena  hacer la cola”, dijo un profesional en telecomunicaciones.

Añadió que la venta en supermercados de productos con precios controlados por el gobierno es irregular, lo que lo obliga a comprar los alimentos que consiga y sus ingresos le permitan llevar a casa: “La semana pasada compre un kilo de arroz en 14.500 bolívares. Esta semana no sé en cuanto estar

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