El embalse de Camatagua es usado por Hidrocentro, Hidropáez e Hidrocapital para bombear agua a municipios del sur de Aragua, algunos de Guárico y es responsable de entregar el 80% del agua de Caracas por los retrasos de su propio sistema de acueductos, conocido como Tuy IV, que acumula 30 años de retrasos. A pesar de la contaminación que experimenta este cuerpo de agua, y los excesos químicos que son usados para palear, no ha sido adecuadamente informado a la población para tomar medidas.
Según los datos de la página web de la hidrológica que presta servicios a Aragua, Carabobo y Guárico, de su planta de tratamiento sale con exceso de cloro y deficiencia de aluminio o viceversa, técnicas usadas para mejorar la calidad del agua en el país, mientras cada vez tiene peor coloración y turbiedad, es decir, partículas flotantes en su superficie. Aunque médicos coinciden en señalar que el agua debe ser hervida para matar patógenos, expertos en potabilización señalan que esto podría ser contraproducente cuando hay demasiado cloro.
Estudios realizados en 2013 por el Laboratorio de Limnología de la Universidad Central de Venezuela encontraron que el embalse de Camatagua está eutrofizado, es decir, con un crecimiento desmesurado de algas superficiales por una presencia excesiva de nitratos y fosfatos producto de trasvases de agua contaminada con heces fecales y residuos agrícolas del Lago de Valencia y por sedimentos arrastrados por la lluvia de las laderas deforestadas de sus alrededores. En conclusión los científicos encontraron que debía hacerse un tratamiento especial antes de enviarse a las plantas de potabilización ya instaladas, que para Caracas con La Mariposa y Caujarito, la primera inoperativa y la segunda en proceso de rehabilitación desde el 25 de Octubre.
Testimonios de vecinos como Lilia Bastidas de Colinas de la California dan cuenta de la reducción de la distribución de agua por la poca cantidad que pueden potabilizarse por la mala calidad con la que llega, según ha explicado el ingeniero Germán Benedetti. «Tenemos racionamiento de agua desde que Jaqueline Farías era presidente de Hidrocapital. Cada vez nos restringen más días. Actualmente solo tenemos lunes y martes durante todo el día, y el resto de los días llega en horarios azarosos, con poca presión y por una hora máximo», dice la vecina. Sobre su calidad señala que «a veces blanca de tanto cloro» con un fuerte olor a este metal pesado mientras que ha tenido que instalar filtros para su lavadora porque la ropa quedaba manchada de color amarillo por los sedimentos con que llega el líquido.
En la siguiente infografía podrá observar en cuáles meses el agua ha tenido un exceso de cloro residual, ideal para matar bacterias antes de salir del grifo viajando por todo el sistema, pero indeseable cuando las cantidades sobrepasan las normas sanitarias.
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