Venezuela está en riesgo de una suspensión de pagos de su deuda externa, de unos 150 millardos de dólares, porque las cuentas de ingresos petroleros no dan para cubrirla, aseguraron economistas. Según consultoras privadas, la deuda externa incluye 45 millardos de dólares de deuda pública, 45 millardos en deuda de Pdvsa, 23 millardos de dólares con China y 8 millardos con Rusia, entre otros compromisos.
José Guerra, presidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, afirmó que “caer en un default sería una catástrofe para el país en estos momentos”. Añadió que »nadie va a refinanciar la deuda si no hay un giro fundamental en la política económica». El diputado coincide con una percepción general entre los economistas que, de concretarse y cumplirse la promesa de Maduro, la situación llevaría a Venezuela a la temida suspensión de pagos.
Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, manifestó: “Un default caótico bajo el mandato de Nicolás Maduro sería en extremo negativo, profundizaría la crisis”. Además, en las condiciones actuales del país “es imposible una reestructuración de la deuda de Venezuela, la cual implica también un costo político para el gobierno bolivariano”.
Con reservas de 10 millardos de dólares, el país tiene compromisos para 2018 que ascienden a 8 millardos de dólares, en medio de una crisis económica. «El riesgo del default está allí», declaró a AFP Oliveros. Insistió en que para renegociar la deuda se requiere un plan de reestructuración y saneamiento y “ese plan no está».
La alerta de los expertos se da por la orden de Maduro, del jueves pasado, de refinanciar y reestructurar “todos los pagos externos” a partir de ayer. Para el proceso de negociaciones, el mandatario nombró una comisión especial que encabeza el vicepresidente Tareck el Aissami, uno de los funcionarios que está en la lista de sancionados por el gobierno de Donald Trump.
“Hacemos un llamado a los tenedores a una reunión el 13 de noviembre en Caracas para iniciar la consecución conjunta de mecanismos que garanticen el cumplimiento de compromisos soberanos en la renegociación de la deuda”, indicó El Aissami.
Al respecto, Maduro expresó: «Le digo a los tenedores de la deuda venezolana que tengo moral para convocarlos e iniciemos un proceso de refinanciamiento y renegociación».
Aseguró que su gobierno cancelará el pago de 1,12 millardos de dólares del bono de Pdvsa 2017, que venció ayer, y que en los últimos 4 años el país ha pagado 71,7 millardos de dólares, de los cuales 841 millones fueron cancelados el 27 de octubre. «Tengo el dinero para este pago, así como tengo el dinero para las importaciones que necesitamos en materia prima, medicamentos, alimentos», afirmó.
El economista Víctor Álvarez dijo que El Aissami seguramente dirigirá la comisión en lo interno porque el estar sancionado impide que firme cualquier acuerdo de refinanciamiento o reestructuración de la deuda, contraída mayoritariamente en Estados Unidos, que llegue a darse.
Señaló que no será fácil la negociación no solo por las sanciones contra funcionarios, sino porque Washington puede ver la reestructuración o negociación de la deuda como el oxígeno para que un gobierno irrespetuoso de los derechos humanos se mantenga en el poder.
El economista Orlando Ochoa destacó que la orden de Maduro se cumplirá si la mayoría de los acreedores acceden, pero se requiere que el gobierno presente un plan económico viable además de sortear el hecho de que la mayoría de la deuda está bajo la jurisdicción estadounidense.
Torino Capital opina que una reestructuración voluntaria de la deuda externa se hace muy difícil con las sanciones financieras impuestas por el gobierno de Estados Unidos. La Orden Ejecutiva 13808 del 24 de agosto pasado prohíbe a los estadounidenses participar en cualquier transacción que provea financiamiento al gobierno venezolano y a Pdvsa, excepto la deuda a corto plazo, compromisos emitidos con Citgo o pasivos adquiridos para importaciones de carácter humanitario.
“Esto hace que para los inversionistas institucionales domiciliado en Estados Unidos sea ilegal aceptar nuevos instrumentos venezolanos como los que se tendrían que emitir en el caso de una reestructuración”, señala la firma en un reporte especial del economista jefe Francisco Rodríguez.
Rebajan calificación
La agencia calificadora Fitch rebajó la nota crediticia de Venezuela luego de que su gobierno convocó a una reunión de acreedores para renegociar la carga de la deuda externa. La firma redujo la puntuación de la deuda de Venezuela a «C» de «CC», con base en «faltas de pago previas», lo cual «hace un incumplimiento de pagos altamente probable».
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