La posible presencia de la ultraderecha en las instituciones locales españolas y el freno a los independentistas catalanes protagonizan las discusiones políticas para formar gobiernos a nivel nacional, regional y municipal. En un juego de sillas y siglas, los partidos y líderes políticos españoles necesitan cerrar pactos tras las elecciones parlamentarias del 28 de abril y las regionales y municipales del domingo pasado.
Pero esa necesidad se está mezclando con los vetos cruzados entre partidos de izquierda y derecha o de independentistas catalanes frente a los denominados constitucionalistas, pero también para frenar al ultraderechista Vox (que puede ser clave en algunas regiones y ciudades), lo que va a complicar las negociaciones.
Muchas de las claves estarán en manos del partido liberal Ciudadanos, cuyo líder, Albert Rivera, apostó su estrategia de los últimos meses por superar a la principal formación opositora, el conservador Partido Popular, aunque sin conseguirlo, y por rechazar pactos con el presidente del gobierno en funciones, el socialista Pedro Sánchez.
PP y C’s ya gobiernan la región de Andalucía junto con Vox, pero extender ese pacto a otras regiones o ciudades en las que tienen mayoría está generando más suspicacias, incluyendo los casos más simbólicos: el ayuntamiento y la región de Madrid. Frente a esas reticencias, el presidente de Vox, Santiago Abascal, advirtió hoy que su partido es imprescindible para las alternativas a la izquierda en varias regiones, y recalcó que, si PP y C’s no dialogan con ellos, esos gobiernos serán imposibles.
Abascal denunció los «titubeos y dudas» de C’s y advirtió que los votantes de su partido «no admiten chantajes». El PP, que también apuesta por pactos a tres con C’s y Vox, teme que los liberales y los socialistas del PSOE puedan lograr acuerdos con intercambio de control de diversas administraciones (por ejemplo, la región de Madrid para uno y el ayuntamiento de la capital para el otro).
El caso es que, en varios territorios, el pacto entre los tres partidos de derecha genera muchas reservas. En la región de Castilla-León, el líder de C’s ya ha manifestado su preferencia por pactar con los socialistas, ya que el PSOE fue la formación más votada.
En la región de Aragón, los socialistas también ganaron sin lograr la mayoría, y además haría falta que a una unión PP-C’s-Vox se sumara a un pequeño partido regionalista, el PAR, que por rechaza cualquier cooperación con los ultraderechistas.
Todo esto se complica aún más en el plano de la Unión Europea, donde los liberales (encabezados por el presidente francés, Emmanuel Macron) rechazan de forma tajante cooperar con los ultraderechistas, por lo que Sánchez ha subrayado desde Bruselas que los pactos en que participen Vox y C’s serían antinaturales. Sánchez y Macron acordaron el lunes en París hacer frente a la ultraderecha en el seno de la UE así como cooperar para que socialistas y liberales logren algunos de los más importantes cargos en el bloque europeo.
El objetivo de Sánchez es que Macron (a quien los liberales de Ciudadanos citan como su referente internacional) pueda frenar unos pactos de C’s con Vox, siguiendo el modelo europeo.
Más complicada es aún la situación en Barcelona, donde la candidatura más respaldada, por unos miles de votos, fue la del partido independentista de izquierda ERC, que apuesta por hacer de la ciudad la punta de lanza del soberanismo catalán. Sin embargo, los independentistas tienen solo 15 de los 41 concejales. Y las fisuras secesionistas/constitucionalistas e izquierda/derecha hacen muy complicado forjar cualquier tipo de mayoría.
Manuel Valls, ex primer ministro francés nacido en Barcelona que aspiró a la alcaldía con el apoyo de C’s, se ofreció hoy a apoyar a los socialistas y a la coalición izquierdista Barcelona en Común con ese objetivo. «Maragall quiere hacer de Barcelona la palanca de la república imaginaria», alertó Valls en conferencia de prensa. Sin embargo, C’s se apresuró a decir que no apoyará a Barcelona en Común y solo lo hará con el aspirante socialista a alcalde.
Mientras tanto, Sánchez sigue cavilando sobre cómo dar forma a su futuro gobierno. El Partido Socialista ganó de manera cómoda las elecciones parlamentarias del 28 de abril, pero con sus 123 escaños en el Congreso necesita sumar otros 53 para lograr la mayoría, y cualquier negociación se aparcó hasta las recientes municipales. La formación izquierdista Unidas Podemos tiene 42 diputados, y su líder, Pablo Iglesias, insta a Pedro Sánchez para que acepte incluirlos en una coalición de gobierno, algo que rechaza el PSOE, que prefiere un acuerdo de legislatura sin ministros de Podemos.
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