Cada año, cada mes, cada día crece el hambre y la miseria en el seno del pueblo venezolano. Con los precios de una canasta básica que hoy requiere 5.594.119,73 bolívares, es decir, 12,25 salarios mínimos para poder cubrir las necesidades básicas de cada familia, literalmente se necesita disponer de 186.470,65 bolívares diarios para poder tener lo esencial.
En épocas anteriores, si ambos miembros de la pareja trabajaban se podía disponer, incluso, de excedentes monetarios para ahorrar y darse ciertos gustos recreacionales. Hoy es imposible. Lamentablemente el modelo castro-chavista-madurista lo único que ha logrado es que cada día seamos más pobres y a punto de la indigencia a familias enteras. La cretinada de “la lucha de clases” hoy se reduce a la triste contemplación por parte de quienes, desde Unidad Visión Venezuela, hemos denominado “los precarios”, compuesta por, la mayoría, de la mal habida riqueza de los enchufados (ínfima minoría) producto de la corrupción y el latrocinio.
Con la llegada al poder de Nicolás Maduro, el dólar estaba en 22 bolívares y en la actualidad ya vamos por más de 82.000 bolívares. Ese es el socialismo. Sin embargo, continúa siendo un gran negocio para los enchufados, pues con un billetico de 100.000 bolívares, con el cual al venezolano común no le alcanza ni para comprar un cartón de huevos, los enchufados sí pueden multiplicar sus arcas y convertirlo, a través de ese dólar a 10 bolívares, en 10.000 dólares, o sea, más de 820 millones de bolívares.
Sin embargo, en la forma más desvergonzada continúan culpando a otros. No son capaces ni siquiera de tomar consciencia de que tienen que rectificar. Carecen del más mínimo pudor y, como afirmaba el gran sabio Salomón: “El principio de las palabras de su boca es necedad; y el fin de su charla, nocivo desvarío”. (Eclesiastés, 10-13).
En razón de ello, cada día denuncian, prometen y se comprometen con leyes, decretos de emergencia, más controles y medidas policiales, militares y judiciales; para “dizque resolver”, pero lo único que han logrado es continuar envileciendo la cada vez más desesperada situación de la familia venezolana.
Tienen el descaro de continuar en ese bodrio de la “gran misión de abastecimiento soberano”. No obstante, esa tan cacareada “misión” es la más fehaciente demostración de la ineptitud corrupta de los oficiales de las FAN colocados al frente de ese intento de «sistemas logístico y de distribución de alimentos», cuyo único logro ha sido desarrollar un sistema bachaqueo especulador, fuente nutricia del contrabando hacia Colombia.
La hiperinflación es tan intensa. Y se eleva a un ritmo tan devastador, que pasamos “sin anestesia” del billete de 20.000 al de 100.000. La necedad y el desvarío son las únicas alternativas de la ineptitud corrupta que nos mantiene como rehenes a los venezolanos.
@omaravila2010
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