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El drama de sobrevivir en la vejez sin medicamentos

De 10 adultos mayores que entrevistó El Nacional Web, solo dos habían logrado conseguir sus fármacos 

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Mientras arrastraba una muleta con el brazo derecho, se acercó a una farmacia de La Castellana Edgard Muñoz, de 81 años de edad, quien padece de Parkinson.

Muñoz se encontraba en la búsqueda de Stalevo, necesario para su tratamiento, así como otra “medicina para la artritis”.

Con movimientos forzados y dificultad, expresó: aquí todo el mundo se queja y nadie colabora a combatir las enfermedades.

La tristeza y el dolor embargan a muchos adultos mayores en Venezuela. Parajede de la Cruz, de 79 años de edad, aseguró sentirse triste por no conseguir su medicina. Tiene que “mantenerse” a punta de “guarapo y malojillo”.

“No la consigo. Ya perdí la cuenta de las farmacias que he pasado. Aquí ando triste y llorando por la calle. No consigo la medicina. Mi familia me la ha buscado pero tampoco la consigue. Esta receta ha estado por Guarenas, por todos lados. ¿Cuál va a ser el paradero de nosotros hoy en día? Es triste, solo Dios es testigo”, lamentó la mujer entre lágrimas mientras sostenía con firmeza su bastón en una farmacia del oeste de Caracas.

Los adultos mayores no escapan de los efectos de la crisis que atraviesa Venezuela. La escasez de medicamentos, el alto costo y el abandono les hace cuesta arriba una vejez tranquila.

“Es cuestión de suerte”, dijo Jesús Quintero, de 54 años de edad, luego de recorrer tres farmacias en el oeste de la ciudad.

Hay quienes aún logran mantener el humor en medio de la adversidad. “Rezo mucho y trato de cuidarme. Uno empieza a buscar yerbateros, yerbitas y guarapitos de cuando yo era chiquito”, dijo de manera irónica Edmundo Dantés, de 71 años, luego de visitar cinco farmacias buscando tratamientos para la tensión.

De diez personas de la tercera edad encuestadas por El Nacional Web, solo dos de ellos lograron conseguir todos los medicamentos.

  

Envejecer en Venezuela

Luis Francisco Cabezas, director de la organización Convite, aseguró que Venezuela es un país que no está preparado para envejecer. El activista consideró que esto se debe a las malas políticas sociales implementadas en los últimos años.

Cabezas precisó que debido a la crisis económica, la escasez de alimentos y en especial la falta de medicamentos los adultos mayores han tenido que acudir a prácticas “un poco inocentes”.

“Los que utilizan el glucómetro necesitan cintas reactivas, que se consiguen a precios elevados, en donde se colocan las gotas de sangre. Ellos han tenido que optar por depositar la orina en un vaso, y colocarlo en un lugar donde haya hormigas, esperan cinco minutos, y si las hormigas se acercan al envase, consideran que tienen la azúcar alta”, comentó.

Cabezas indicó, según un recorrido por varios ancianatos, que hasta noviembre de 2016 se registraron 30 fallecidos por diversas causas- zika, dengue, etc- y como un denominador común: la desnutrición.

“El peor lugar para envejecer”

Para el cuerpo humano es de vital importancia el consumo de proteínas cuando la persona se encuentra en edad avanzada. En Venezuela, la leche, el pescado, el huevo —las proteínas— no son de fácil acceso para todos. Por ende, los adultos mayores no la están consumiendo como deberían, por lo que los niveles de glicemia se elevan.

Para los adultos mayores diabéticos esto representa un problema debido a que en el país hay 89.90% de desabastecimiento en los medicamentos para contrarrestar esta enfermedad.

“Los adultos mayores aparecen como un segmento poblacional que va adquiriendo cada vez mayor importancia dentro de la pirámide poblacional. Esto supone una enorme cantidad de población que requiere ser atendida, atenciones costosas. Hoy son alrededor de 10%, en unos 40 años serán unos 20%. Hay que tomar acciones. Somos un país que no está preparado para crecer”, precisó el representante de la organización.

En 2015, Help Age International realizó un estudio en el que se midieron cinco variables basadas en las mejores condiciones para envejecer. Venezuela resultó ser el peor país de Latinoamérica y en todo el continente americano. Solo fue superado por Honduras a nivel mundial.

El geriátrico

José Borrego, jefe de servicios generales del hogar Mano de Dios, aseguró que los ancianos que hacen vida en el geriátrico se han visto afectados por la escasez de medicamentos provocando un deterioro en su salud, a pesar del esfuerzo por parte de la institución.

“Los familiares son los que se encargan de buscar los medicamentos y se les hace complicado sobre todo los antiepilépticos, los anticonvulsivos y las pastillas para la tensión”, expresó el encargado en una exclusiva vía telefónica para El Nacional Web.

Accidentes cerebrovascular (ACV) y convulsiones son algunas de las consecuencias que han manifestado los ciudadanos de la tercera edad que residen en el lugar.

“La alimentación se intenta dar lo más balanceada posible para que los diabéticos no sufran con el tema del azúcar”, reiteró.

Algunos de los adultos mayores de Mano de Dios no cuentan con seguro social y han sido abandonados por su familias, por lo que a la institución se le hace cuesta arriba su manutención.

“Todos han sufrido la escasez de medicamentos. Hay quienes cuentan con la posibilidad para adquirirlos, pero hay quienes han sido abandonados”, añadió el entrevistado, quien señaló que el índice de abandono de ancianos en el lugar es de al menos 12%.

La solidaridad del venezolano se hace notar. Según asegura Borrego, hay familiares que compran más medicinas para luego donarlas y hay quienes realizan donaciones independientes, con lo que se logra ayudar a quienes no cuentan con el apoyo familiar o del Estado.

“Cuando no, hay que salir a la calle, patear y conseguir la medicina para evitar. Es complicado. No es sencillo tratar de atender a tantas personas abandonadas”, añadió.

  

Lea el especial de crisis humanitaria en enterapiaintensiva.el-nacional.com

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